Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 4 de abril de 2003
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Mundo

Fidel Castro acudió al puerto de Mariel en medio de intensa movilización

Visos de que terminó la crisis de los rehenes en Cuba; no hay reporte oficial

Los responsables serán castigados, asegura jefe de la Sección de Intereses de EU en la isla

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 3 de abril. El secuestro de una lancha de pasajeros parecía haber concluido hoy, bajo la supervisión del presidente Fidel Castro y tras una amplia movilización de fuerzas de seguridad en torno al puerto de Mariel, 50 kilómetros al oeste de La Habana.

A la medianoche del jueves no había confirmación oficial de la suerte corrida por la nave, los secuestradores y 47 rehenes, ni se sabía si en el desenlace hubo heridos o muertos. Sin embargo, la presencia de Castro en Mariel durante varias horas esta tarde y su retirada del lugar, seguido de una caravana de vehículos policiales, ambulancias y bomberos, era la mayor indicación de que el crispante episodio había llegado a su fin.

Antes de la presunta conclusión, las autoridades habían anunciado su disposición a usar la fuerza para resolver la crisis, tras lograr la liberación de tres rehenes y de persuadir a los secuestradores para que dejaran arrastrar la lancha hasta puerto, a fin de evitar una tragedia en altamar.

En la madrugada del miércoles un grupo armado se apoderó de la lancha Baraguá, que cubre la ruta entre La Habana y la pequeña población de Casablanca, al otro extremo de la bahía de la capital, de acuerdo con un informe oficial.

La nave, con 50 personas a bordo, fue tomada por entre ocho y diez hombres armados con una pistola y numerosos cuchillos, que lograron enfilar la embarcación hacia el norte. De inmediato dos unidades guardafronteras salieron a escoltar a la lancha, según la misma fuente.

Desde las tres de la mañana del miércoles los secuestradores anunciaron por radio que lanzarían rehenes al mar si no recibían una nave de remplazo. Más tarde, de acuerdo con el reporte, cambiaron su exigencia por la de combustible para seguir el viaje.

El informe indicó que casi al mediodía del miércoles la nave se quedó sin combustible a unos 48 kilómetros al norte de Mariel. En ese punto, en aguas internacionales, la Baraguá pasó casi todo el día, hasta que los asaltantes aceptaron que la embarcación fuera remolcada a puerto para evitar un desastre en el lugar, azotado por olas de hasta cuatro metros.

A las 22:12 la lancha quedó amarrada a diez metros del muelle de Mariel, con los secuestradores "manteniendo los cuchillos en el cuello de mujeres rehenes". El grupo armado aceptó liberar a dos mujeres y un hombre en condiciones delicadas de salud, agregó el informe oficial.

Desde el mediodía del jueves, cuando se hizo pública la nueva ubicación de la nave, se registró un intenso movimiento de personal y vehículos de organismos de seguridad en Mariel, donde la policía impidió el paso de periodistas extranjeros a la zona portuaria.

Un comunicado oficial dijo entonces que los secuestradores mantenían irreductiblemente su exigencia de combustible y que "se utilizará la fuerza si la situación de los rehenes se hace crítica".

Castro pudo ser visto al caer la tarde abandonando Mariel, tras lo cual salió del poblado un largo convoy de vehículos oficiales, lo que se interpretaba como la conclusión del conflicto.

Los medios informativos cubanos difundieron en forma insólita una declaración en la cual el jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos, James Cason, ratificó que los secuestros de naves son delitos que serán castigados "con toda la fuerza del sistema legal estadunidense" y que los atacantes de los dos aviones plagiados en las últimas dos semanas están detenidos en espera de juicio.

Cason subrayó que los convictos por el secuestro de una nave se catalogan, automáticamente, como no elegibles para la residencia en Estados Unidos.

La declaración fue una reacción estadunidense al encadenamiento de tres secuestros por potenciales emigrantes en Cuba, que habían evocado el clima que precedió a la crisis de los balseros, una salida masiva de unos 32 mil cubanos hacia Estados Unidos en 1994, luego que La Habana decidió abrir sus fronteras tras una serie de acciones violentas en búsqueda de un viaje fácil hacia ese país.

Aquel conflicto se saldó con acuerdos vigentes que prevén la salida ordenada y periódica de cubanos hacia Estados Unidos y son la única materia de negociación permanente entre ambos países.

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