El Nobel nigeriano clausuró el ciclo Cartas del destierro en el Palacio de Bellas Artes
Wole Soyinka llama a defender la libertad frente los fanatismos
Hace falta pasar de la denuncia retórica a estrategias más concretas y concertadas, señaló
''Debemos estar preparados para hablar y actuar en beneficio de la creatividad''
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Un llamado a defender los espacios de libertad contra el asedio de los fanatismos religiosos e ideológicos, de los totalitarismos y las dictaduras. Eso fue, en resumen, la conferencia que dio el Premio Nobel de Literatura 1986, Wole Soyinka, la noche del martes en el Palacio de Bellas Artes. En una elocuente y emotiva exposición, durante la clausura del ciclo Cartas del destierro, el dramaturgo y novelista nigeriano, exiliado desde 1995, exhortó a escritores, artistas, pensadores, cineastas, periodistas y creadores en general a estar atentos frente a la amenaza del oscurantismo, la superstición y las intolerancias de todo tipo. Y sostuvo que para llevar a buen fin la defensa de la libertad es necesario pasar de la denuncia retórica y políticamente correcta a estrategias más concretas y concertadas.
Batallas titánicas
Luego de ser presentado por Alvaro Mutis, Soyinka empezó recordando la célebre premisa de René Descartes, Cogito, ergo sum (Pienso, luego existo) para subrayar la relación vital que existe entre libertad y creatividad: ''Pienso y, por tanto, soy esa miriada de variantes: creo, hago, construyo, imagino, etcétera. Por tanto, existo".
A lo largo de la historia, los protagonistas de esa noción han librado, inclusive a costa de su vida, ''batallas titánicas de las que todos somos beneficiarios": Sócrates, Galileo, Giordano Bruno, Martin Luther King, Nelson Mandela.
En opinión del autor de El hombre ha muerto y La estación del caos, es importante revisar ese aspecto de la historia para ''comprender más rápidamente el hecho contemporneo de que el fanatismo religioso y la intolerancia ideolgica son en realidad un aspecto familiar de la lujuria por el poder y el deseo territorial que nunca ha abandonado al mundoÓ.RETURN [0]set by platform pref
La naturaleza de los que prefe-ran mutilar o matar al sujeto de su adoctrinamiento antes que permitirle vivir dentro de la incertidumbre de las preguntas o el escepticismo, ÔÔno difiere de la tirana de los dictadores de cualquier poca, de esa especie que slo entiende la sustancia de su propio ser mediante la sumisin evidente del otro, sin dudas, sin preguntas, sin concesiones a ningn orden alternativoÓ. Se trata de una estirpe legionaria de ÔÔcensores terminales, de asesinos sombros que son incapaces de tolerar la creatividad, que no admiten nada ms all de la imaginacinÓ.RETURN [0]set by platform pref
Cultivar los rayos de luzRETURN [0]set by platform pref
Por eso Ðabund SoyinkaÐ cineastas, msicos, escritores, periodistas, muchos de los cuales estn exiliados pero enriqueciendo las culturas de los pases que los han acogido, tienen la misin de ejercer y fomentar la libertad creativa. Llam a no desatender ÔÔlos rayos de luzÓ que se abren paso en algunas naciones como Irn, ÔÔhundidas en la oscuridad de la supersticin. A pesar del lado oscuro de la fe, por nuestro bien y alberguemos y promovamos esos esfuerzos, especialmente ah donde los espacios de libertad parecen abrirse slo para volver a ser amurallados, en una situacin que peridicamente arroja fatalidades terribles, ejecuciones de artistas y escritores que se niegan a quedarse amuralladosÓ.RETURN [0]set by platform pref
Dentro de la estirpe de tiranos y fanticos, Soyinka ubic lo mismo a Hitler que a Lenin; a George W. Bush y Ariel Sharon que a Osma Bin Laden: ÔÔÀQu es el fanatismo? Reconocimos su maldad cuando las Torres Gemelas de Nueva York se redujeron a puro polvo. Pero existe en las zonas que menos sospechamos, como en el corazn de la cruzada de este campen democrtico autoimpuesto ante el mundo. Cuando Osama Bin Laden manifiesta que el mundo est dividido en creyentes y paganos, es muy fcil identificar la amenaza de una mente fantica, pero qu pasa cuando omos a Bush expresar: Ôel que no est con nosotros est contra nosotros, del lado de los terroristasÕ. ÀNos atreveremos a reconocer que en esta misma mente fantica es hora de las Torres Gemelas, que esa misa mente se vuelve un horno mesinico?ÓRETURN [0]set by platform pref
Contra las fuerzas del atavismoRETURN [0]set by platform pref
Necesitamos Ðinsisti Wole SoyinkaÐ ÔÔestar conscientes y alertas sobre la tensin entre las fuerzas del atavismo y las fuerzas para liberar nuestra mente; preparados para prestar una mano, para hablar y actuar en beneficio de la creatividad y de los espacios libres. Millones de nuestros vecinos globales viven a la sombra del poder furtivo y del fanatismo. Ya es tiempo de abandonar el lenguaje anodino de lo polticamente correcto y empezar a trabajar en esta misin contra una amenaza que slo se puede comparar con la devastacin que produce el sidaÓ.RETURN [0]set by platform pref
El Nobel propuso la batalla contra el fanatismo y la intolerancia como imperativo moral, en el entendido de que ÔÔla moral slo se puede ejercitar bajo una condicin de libertad. La moralidad es, en su manifestacin elemental, una eleccin, una construccin vital en una sociedad de robots. El poder promueve la seduccin que atena el imperativo moral, liberando al ciudadano indolente del esfuerzo arduo de elegir. Nunca de buena fe, sino para atraer la mente colectiva y anestesiarla. Es deber de la libertad resistir an ms y desarrollar estrategias para infundir en la gente el principio de escepticismo y crtica; el restablecimiento de la mente como un hbitat de la libertadÓ.