Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 12 de abril de 2003
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Economía

Carlos Marichal

La teoría de un nuevo imperio

Uno de los aspectos más sorprendentes del enorme auge del belicismo de Estados Unidos es el éxito de los ideólogos halcones en proporcionar un nuevo discurso y proyecto imperial para la Casa Blanca y para la poderosa maquinaria militar de ese país. Es más que evidente que el actual presidente estadunidense no tiene la capacidad intelectual para formular ideas más complejas que aquellas resumidas en la frase "eje del mal". Pero sus asesores le han ido proporcionando algunos conceptos adicionales que permiten vislumbrar la naturaleza del nuevo imperio que impulsan con toda la agresividad posible.

Quizá la más explícita formulación sea aquella de Thomas Donnelly, miembro del American Enterprise Institute, uno de los nidos de halcones más influyentes de la administración republicana. En un reciente comunicado, titulado "Pax Americana Duradera", Donnelly ha afirmado: "La batalla entre la primacía estadunidense y la multipolaridad está llegando a su fin y lo que amanece es un mundo que nadie ha imaginado." Remata afirmando que la derrota de Naciones Unidas definitivamente marca el fin del sistema de poder vigente desde el fin de la guerra fría.

De acuerdo con este discurso guerrero, se impone desde ahora el poder unilateral de Estados Unidos, sin que ni Europa ni China puedan contestarlo por décadas. La guerra contra Irak constituye la demostración del poder duro del Pentágono, que permitiría ratificar la hegemonía de Washington a nivel mundial. A su vez, los halcones sostienen que el conflicto demuestra la debilidad de lo que ellos denominan el poder blando del multilateralismo. Donnelly reconoce que a pesar de que Francia lo esgrimió con gran habilidad en Naciones Unidas, este poder blando se verá derrotado por la contundencia de los misiles y bombas que caen sobre Bagdad.

Como se ha venido señalando en la prensa en las semanas recientes, los actuales acontecimientos marcan un viraje violento en la política exterior estadunidense, la cual se fincó durante la década pasada en el concepto algo ambiguo de globalización, que tendía a dar prioridad a la diplomacia y a las negociaciones internacionales. De acuerdo con un reciente y brillante artículo publicado por Narcis Serra, socialista y antiguo ministro de Defensa de España, la nueva estrategia de Bush se finca esencialmente en la militarización de la política exterior. Aun cuando dicha estrategia está apenas en proceso de cuajar, se pueden identificar varios de sus elementos fundamentales que incluyen, en primer lugar, la promoción a ultranza de los intereses de Washington con el fin de garantizar un mundo unipolar en el que Estados Unidos no tenga competidor que le pueda igualar.

La nueva teoría neoimperial se ha ido fraguando en una serie de influyentes institutos estadunidenses de pensamiento derechista. La prestigiosa revista británica The Economist ha señalado que han sido de particular importancia los siguientes think tanks: el Heritage Foundation, el Manhattan Institute, el Hoover Institution y el American Enterprise Institute (AEI). La revisión de sus comunicados ofrece un material indispensable para captar la naturaleza del nuevo proyecto imperial. Ellos son la fuente de apoyo ideológico a los altos funcionarios que son promotores directos de la militarización, como Condoleeza Rice, Donald Rumsfeld, Richard Cheney, Paul Wolfowitz y el recientemente dimisionado, Richard Perle, conocido como el súper halcón. Una muestra de la influencia directa de dichos institutos es el hecho de que en años recientes, el Comité de Defensa del Pentágono ha sido encabezado por Richard Perle, miembro del AEI, y que una cuarta parte de sus miembros provienen de la Hoover Institution (de la Universidad de Stanford).

En la lista de miembros de la AEI se observa cómo se juntan los ideólogos académicos más conservadores con directivos de corporaciones y asesores del gobierno. Hay más de 20 directivos corporativos del AEI, entre los cuales se cuenta, por ejemplo, Lee R. Raymond, presidente de Exxon-Mobil, la compañía petrolera más grande del mundo. A su vez, en el consejo académico figura Samuel Huntington, de Harvard, viejo ideólogo de la guerra de Vietnam y autor del nefasto libro El conflicto de las civilizaciones (1996); a su lado, se sienta Eliot A. Cohen, de la Johns Hopkins University y especialista en libros de estrategia militar, entre los cuales figura su reciente obra titulada Cuchillos, tanques y misiles. Entre los 50 investigadores del instituto se encuentra Lynne Cheney, esposa del vicepresidente, quien ha publicado un reciente y poco inocente volumen para jóvenes y niños titulado Manual de patriotismo. La revisión de las páginas electrónicas de estos institutos son ya de consulta obligada para entender algunas de las líneas estratégicas del nuevo proyecto imperial de Washington.

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