Aprueba el proyecto de Abascal, PRI, PAN y PVEM

Se somete el sector obrero priísta a reformas de Fox

Víctor Flores se pone de nuevo a la orden del Presidente

FABIOLA MARTINEZ Y JUAN MANUEL VENEGAS

Sin la presencia de obreros, los dirigentes del Congreso del Trabajo (CT) volvieron a la senda del oficialismo que les dio esencia en los 70 años de gobiernos priístas y ahora, en lo que ellos llaman "el nuevo sindicalismo", ofrecieron su aval al presidente Vicente Fox Quesada para que aplique la reforma laboral que los diputados del PRI y del PAN llevaron a la tribuna del Congreso, en diciembre pasado.

Durante la ceremonia conmemorativa del Día del Trabajo, en la residencia oficial de Los Pinos, la mayoría de los presentes en el salón Adolfo López Mateos no se acordó de la postura de oposición a la reforma laboral que fijó por la mañana, en el Zócalo, el líder minero Napoleón Gómez Urrutia; también olvidaron las críticas a la crisis de empleo que prevalece en el país y la advertencia de no permitir que desaparezcan las conquistas históricas del movimiento obrero.

Quizá por eso los más tranquilos eran los funcionarios del gabinete y, en particular, el secretario del Trabajo, Carlos Abascal Carranza, con su equipo, quienes ayer temían que se repitiera el abucheo del primero de mayo de 2001 al Presidente, en protesta por la pretendida imposición del IVA en alimentos y medicinas.

"Ahora -señaló al final uno de los más cercanos colaboradores de Abascal- todo salió bien, no hubo rechiflas ni protestas." El éxito de la ceremonia se calibró de ese modo porque después de todo asistieron "a título personal" varios dirigentes sindicales afiliados a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), central que acordó no acudir al encuentro en Los Pinos.

No podía haber un ambiente más propicio para que el líder de los ferrocarrileros, Víctor Flores Morales, uno de los tres oradores en la ceremonia, expresara: "Hemos asumido el compromiso de impulsar un renovado sindicalismo autónomo, libre y democrático".

Este dirigente, el mismo que en 2000 se puso a las órdenes del entonces presidente electo Vicente Fox y prometió colaborar en todo con el "jefe", señaló que la nueva cultura laboral es la mejor fórmula para el desarrollo armónico de las relaciones entre trabajadores y empresarios.

Enseguida, aseveró ante el Presidente que la iniciativa de reformas a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que presentaron diputados de PRI, PAN y PVEM "fue elaborada mediante el consenso de patrones y trabajadores y como resultado del diálogo convocado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social".

El aval a la enmienda legislativa quedó en claro porque, agregó Flores, "el proyecto de reforma contiene los puntos en que las partes coincidimos que es necesario que la legislación laboral se modifique para hacerla coincidir con el nuevo escenario" en el que se desarrollan las relaciones de trabajo.

"Por eso, señor presidente Fox, en este día tan significativo de los trabajadores, respondemos a su gobierno, le manifestamos que en nuestras relaciones con los empresarios y el gobierno es necesario cambiar el enfrentamiento por el diálogo y los consensos."

Así, los del "renovado sindicalismo", primero Flores y luego el presidente de la Confederación de Trabajadores de México, Leonardo Rodríguez Alcaine, dieron el sí a la reforma laboral foxista.

Ante ello lució como un solitario discurso opositor el emitido por Agustín Rodríguez, presidente colegiado de la UNT, quien destacó que los salarios y el empleo van en declive y que los esfuerzos del gobierno por impulsar la recuperación del salario ofrecen resultados insuficientes.

El también líder de los trabajadores de la UNAM fue el primero en hablar y el único en señalar que la transformación de la LFT que promueve el gobierno es "insuficiente y limitada", porque no incluye una enmienda al artículo 123 constitucional ni se encuentra vinculada a la reforma del Estado o a un programa de cambio en la política económica.

"šBasta ya de esa política que parte de la premisa de que la estabilidad macroeconómica es un objetivo en sí mismo e impide que los mexicanos construyamos nuestro destino con nuestras propias manos!", expresó el dirigente.

Nadie hizo eco. El discurso del unetista no retumbó en los oradores del autodenominado "renovado sindicalismo" y mucho menos en el mensaje del presidente del CT o el líder del Consejo Coordinador Empresarial, Héctor Rangel Domene.

El representante del llamado organismo cúpula de la iniciativa privada dijo que México ha logrado "manejar ordenadamente" la recesión económica gracias a la disciplina fiscal y monetaria del gobierno.

Sin embargo, dejó en claro que para lograr un crecimiento más vigoroso de la economía es necesario concretar las reformas energética, fiscal y laboral, "ejes fundamentales" en la remoción de obstáculos a la productividad e inversión privada.

"Debe la sociedad en su conjunto lograr que la próxima legislatura sí aborde estos temas y, en cuanto a la reforma laboral, lograr la modernización de la LFT."