Irresponsables, las críticas en el contexto de décadas de subversión: David McReynolds

Debate la izquierda de EU sobre Cuba

Si Dagoberto Rodríguez actuara igual que James Cason, sería expulsado: Wayne Smith

JIM CASON CORRESPONSAL

Washington, 1Ɔ de mayo. La decisión de figuras progresistas de criticar la reciente encarcelación de activistas políticos y la ejecución de tres secuestradores en Cuba ha provocado un amplio debate en el circuito liberal y de izquierda en Estados Unidos.

Algunos, como el escritor Marc Cooper, dijeron que lo que ocurre en Cuba es peor que cualquier cosa que haya hecho el procurador general John Ashcroft en Estados Unidos.

Otros, como Noam Chomsky, Edward Said, Immanuel Wallerstein y Naomi Klein han contextualizado su crítica al régimen cubano al condenar también la subversión estadunidense en Cuba y han apoyando el derecho a la autodeterminación de ese pueblo.

Pero el veterano líder socialista David Mc-Reynolds sostiene que esta crítica es irresponsable en el contexto de décadas de subversión y agresión, y con el peligro de una acción como secuela de la invasión de Irak.

Sostiene que quienes están preocupados por los arrestos de disidentes -y McReynolds dice ser uno de ellos- deberían discutirlo en privado. Los que han firmado declaraciones públicas criticando al régimen, escribió McReynolds en un debate cibernético en que participan más de 10 mil progresistas, han "entregado un arma a la gente de Bush".

Hasta el momento nadie de la cúpula política estadunidense ha comentado este debate entre progresistas sobre Cuba y no lo han utilizado para sus propósitos.

Los principales medios del país también han ignorado esta discusión y las declaraciones de figuras de la izquierda. No obstante, Dennis Hays, director de la oficina en Washington de la Fundación Nacional Cubana-Americana, dijo que las declaraciones de conocidos izquierdistas de este país tienen un impacto y "cortan la premisa de legitimidad del régimen", comentó a La Jornada.

De hecho, sólo la petición promovida por Cooper y firmada por conocidos escritores e intelectuales del circuito progresista cuestiona la legitimidad del régimen cubano.

La declaración firmada por Chomsky y otros apoya el derecho a la autodeterminación de Cuba. Pero la sugerencia de Hays de que dan apoyo a quienes promueven un "cambio de régimen", es lo que preocupa a McReynolds y a un sector de la izquierda.

Por otro lado, la coalición Answer, que organizó varias de las marchas más grandes contra la guerra en Irak y entre cuyos miembros está el ex procurador general Ramsey Clark, empezó a circular una solicitud de apoyo a La Habana que expresa preocupación por la subversión estadunidense en la isla.

"Percibimos con preocupación la intensificación de la campaña de subversión y agresión contra Cuba dirigida por el gobierno de Estados Unidos", indica la petición, y pide finalizar los ataques y el bloqueo, así como la libertad de cinco cubanos encarcelados en Miami, entre otras demandas.

Hasta la fecha, la declaración firmada por Chomsky y otros ha recaudado más de 800 firmas hasta el miércoles pasado. Joanne Landy, codirectora de la Campaña por la Paz y la Democracia, que organizó la declaración, dijo a La Jornada que su grupo se sorprendió ante el número de personas que deseaban firmar el documento, difundido por su sitio de Internet (www.cpdweb.org).

"La gente dio la bienvenida a la oportunidad de defender a esa gente (los disidentes) en Cuba y no apoyar un ataque estadunidense contra la autodeterminación", dijo.

Reconoció que algunos progresistas perciben que cualquier crítica en esta coyuntura sólo sirve para ayudar a los intereses de la Casa Blanca, pero rechazó ese argumento.

"La declaración -apuntó- no ofrece ningún apoyo a Estados Unidos en su intento de controlar el futuro de Cuba. Claramente está en contra de cualquier movida para minar la autodeterminación de Cuba".

Informada de que la Fundación Nacional Cubana-Americana había recibido con beneplácito la declaración, Landy indicó que está equivocada: "Nos oponemos tanto a la represión como a la política estadunidense y a la gente que coopera con Estados Unidos".

Michael Alpert, uno de los fundadores de la revista de izquierda Z Magazine, firmante de la petición de Landy, escribió: "a pesar de décadas de terror auspiciado por la CIA y el boicot impuesto por Estados Unidos, Cuba supera por mucho a la mayoría de sus vecinos latinoamericanos en logros intelectuales, culturales, de salud, educación y políticos".

Alpert apoya lo que caracteriza como un movimiento para recuperar las aspiraciones iniciales de la revolución cubana al avanzar de "estructuras partidistas leninistas y de dictadura a una democracia participativa sobre la base de la participación masiva".

Pero otras, en sus intervenciones en un amplio debate del grupo izquierdista de discusión cibernética Portside -así como en el sitio de la revista The Nation y en Z-Net-, sostienen que la experiencia de Chile durante el gobierno de Salvador Allende ayuda a que Cuba sea muy cautelosa, particularmente en un momento en el que altos funcionarios de la Casa Blanca hablan abiertamente de un "cambio de régimen" en la isla.

"Estamos muy conscientes de las condiciones especiales en Cuba, con presencia armada estadunidense en su tierra, Guantánamo", escribió McReynolds. "Con fondos para fi-nanciar disidentes, agentes de la CIA y, claro, la larga tradición de intentos para asesinar a Castro. Por esto y 'acciones menores' como bahía de Cochinos, tal vez lo más notable es que Cuba sigue relativamente libre más que de sufrir una prensa aburrida de partido único, o indebidamente temerosa de una libertad formal de discusión."

Otro que está de acuerdo con esta línea es el escritor izquierdista Jonathan Nack, de Oakland, California: "El camino futuro de la democracia cubana no será pavimentado por izquierdistas estadunidenses que piden im-pulsar reformas. Creo que en este momento esto sólo puede pavimentar el camino a una mayor intervención estadunidense, tal vez hasta la militar", escribió en un debate online.

Para Nack, "el camino hacia la democracia cubana será pavimentado por la suspensión del embargo estadunidense y la llegada al poder de más gobiernos de izquierda en América Latina. Es sobre eso que se deberían enfocar los izquierdistas estadunidenses".

El diplomático Wayne Smith, ex encargado de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, quien protestó por el arresto de disidentes, dijo que no le sorprenden las recientes acciones del gobierno cubano.

En entrevista con La Jornada indicó que las acciones del responsable estadunidense en Cuba, James Cason, sobrepasaban lo aceptable de las actividades diplomáticas.

"Imaginen la reacción si Dagoberto Rodríguez, jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, hubiese sostenido reuniones con estadunidenses insatisfechos y declarara que su propósito es fomentar una forma diferente de gobierno, socialista. El procurador general John Ashcroft lo habría expulsado y probablemente arrestado a los estadunidenses que hubiesen trabajado con él", agregó.