México D.F. Viernes 2 de mayo de 2003
La primera etapa de restauración requirió
$2.9 millones, señala Enrique Semo
Nuevo rostro del Museo de la Ciudad de México
para refrendar su vocación
Buena parte de ese presupuesto fue utilizada para remozar
la fachada principal
Se necesitan de 1.5 a 2 millones de pesos para tener
''todo acabado'', dice el funcionario
MERRY MAC MASTERS
El Museo de la Ciudad de México vive un ''renacimiento".
Con ese propósito y como primer paso se invirtieron 2.9 millones
de pesos en diferentes trabajos dados a conocer por Enrique Semo, secretario
de Cultura del Distrito Federal.
Se
trata de la restauración de la fachada principal del recinto, en
Pino Suárez 30, obra que requirió buena parte del presupuesto.
Como apuntó Semo, muchos de los acabados no existían, pues
fueron rehechos -con base en planos que se conservan- sobre piedra, de
tal manera que corresponden al original del antiguo Palacio de los Condes
de Calimaya, hoy sede del museo.
Luego, se instaló una nueva iluminación
computarizada en los espacios interior y exterior. En la planta baja se
abrió la librería El Pórtico, especializada en el
tema de la ciudad, con entrada desde Pino Suárez y otra desde el
museo. También hay planes de abrir una cafetería.
Aunque daba servicio desde septiembre, fue reabierta la
biblioteca Jaime Torres Bodet -creada en 1964, pero cerrada durante la
década anterior-, de 10 mil volúmenes, muchos de los cuales
tienen que ver con la historia de la urbe, por ejemplo, las actas del cabildo,
las memorias del ayuntamiento de la ciudad de México; además,
hay colecciones de leyes y decretos desde la Colonia. El martes pasado
se anunció formalmente el reinicio de sus servicios y el establecimiento
de convenios y vínculos con otras instituciones, como las universidades
autónomas de México y la Metropolitana, el Instituto Mora,
el Archivo Histórico de la Ciudad de México y la Fundación
Tavera, de España, entre otras.
Terminó restauración del estudio de Clausell
Se anunció la conclusión de la restauración
de la sala en la que Joaquín Clausell mantuvo su estudio, bajo la
supervisión del Instituto Nacional de Bellas Artes. (El pintor impresionista
vivió allí de 1905 a 1937.) Las pinturas que decoran sus
paredes ''hoy lucen sin grietas y el salitre que amenazaban" la obra pictórica.
Una segunda etapa prevé la restauración
de la fachada del museo de la calle República de El Salvador. Pendiente
también está la restauración de los muros ubicados
detrás del estudio de Clausell. Para ello, la Asamblea Legislativa
del Distrito Federal ya le asignó presupuesto, pero ''falta que
haya el dinero en forma de ingresos para aplicarlo". El comienzo de esta
etapa, agregó Semo, depende de la Secretaría de Obras, sin
embargo ''tenemos la esperanza de que sea a mediados de año'' cuando
reinicien. Estimó necesitar de 1.5 a 2 millones de pesos para tener
"todo acabado".
El "nuevo rostro" del museo apunta hacia su vocación.
Como recordó el funcionario, no hay ningún museo en el DF
dedicado ''exclusivamente" a la urbe. El planteamiento considera una exposición
permanente que ''hable" de la ciudad, a la vez que el museo ''se transforme
en una de las galerías más importantes para el quehacer de
artistas que residen aquí o cuya obra esté ligada con su
residencia aquí". Todos los espectáculos y actos programados
seguirán su marcha, agregó.
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