Carlos Bonfil

Virus

De Todd Haynes, el director de Lejos del cielo (Far from heaven), de Poison y Velvet Goldmine, Quality films distribuye actualmente en DVD una de sus cintas más interesantes, Virus (Safe, 1995), jamás estrenada comercialmente. Entre los múltiples rezagos de nuestra exhibición figuran en primer término productos del cine independiente estadunidense y numerosas películas europeas y asiáticas. La proliferación del DVD permite no sólo la llegada anticipada de cintas muy recientes, sino el rescate de cintas de calidad que no lograron en su momento atraer el interés de distribuidores y exhibidores comerciales. Ignorar su paso por las cadenas de renta y venta de video, equivaldría hoy a asestarles un segundo golpe, verdadero tiro de gracia.

Virus es una de estas cintas, y conviene de entrada no confundirla con una cinta comercial de Wolfgang Petersen, también del mismo año, y con el mismo título en español, estelarizada por Dustin Hoffman, y que en inglés se llamó escuetamente Outbreak (Brote de una epidemia). En el filme de Petersen, un virus mataba a seres humanos derritiendo sus órganos internos en menos de 24 horas -una referencia muy clara al virus del ébola. En la realización de Haynes, no se trata siquiera de un virus, sino de un extraño debilitamiento del organismo humano provocado por la diaria exposición a productos contaminantes. El título original, Safe, alude a la búsqueda frenética de un espacio de seguridad, al abrigo de todas las amenazas del medio ambiente.

Carol White (Julianne Moore, estupenda) es un ama de casa en el sur californiano, en el San Fernando Valley de tantos cineastas independientes, de Altman a Thomas Anderson. La descripción que hace Todd Haynes de este entorno aséptico y luminoso, es inclemente. Carol semeja desde el inicio una autómata del confort doméstico -ordena todo de modo impecable, es adicta al consumo de lácteos, y para envidia de sus amigas, jamás suda en el gimnasio; es inexpresiva, carece de temas de conversación y se somete a sus esporádicos deberes conyugales con resignación y abulia. Súbitamente esta mujer se ve víctima de un padecimiento que anuncia convertirse en una nueva epidemia, el MCS (Múltiple Chemical Sensitivity), una extrema vulnerabilidad ante una gran variedad de productos químicos (pesticidas, fragancias, contaminantes, plásticos, cosméticos y un largo etcétera). Los síntomas se resumen en una irrefrenable degradación del estado físico y anímico de la protagonista, en una severa depresión de su sistema inmunológico.

Todd Haynes combina las paranoias que asaltan a una clase social aferrada a un estilo de vida, donde la seguridad y el confort son los valores supremos, y la alusión metafórica al brote de epidemias (15 años después de la aparición del sida, ocho antes de la aparición de la neomonía atípica), y al clima de incertidumbre que éstas crean en individuos y colectividades. Una primera parte del relato describe el ansia y el terror de la protagonista ante el malestar inexplicable, la impotencia de una ciencia incapaz de brindar un diagnóstico certero, y la confusión que se instala entre familiares y amigas de la protagonista. En un segundo segmento aparece un nuevo objeto de sátira: el grupo de autoayuda al que acude Carol, y que sólo busca lucrar con su inseguridad y sus sentimientos de culpa. Todd Haynes deja atrás las convenciones de los géneros de horror y ciencia ficción, y se concentra en el escrutinio de un estado mental en deterioro, de esa amenaza exterior que se transforma en tormento interno, todo en una espiral de pesimismo muy próxima, en sus metáforas de disgregación orgánica, al primer cine de David Cronenberg.

Virus (Safe) se encuentra disponible en centros de video y, a un precio muy accesible, en las tiendas Mix Up; también, en su versión original, en el recién abierto Videodromo, culto al cine (Alfonso Reyes 238, Condesa), una estupenda opción en venta y renta de videos alternativos, donde el producto más exótico e inaccesible es, naturalmente, el cine de Bruce Willis.