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México D.F. Martes 20 de mayo de 2003

ASTILLERO

Julio Hernández López

El rollo nuestro de cada día

Indigenismo de ocasión, burócratas obstructores e impertinencias de Al Derbez

ROLLO, KILOMETROS DE rollo en el "relanzamiento" de la política presuntamente indigenista de un gobierno que había prometido resolver en 15 minutos el problema zapatista (dime de qué te acuerdas casi a mitad de sexenio y te diré de qué careces). Palabrería de oportunidad en la ceremonia oficial en que el Presidente de la República firmó el decreto correspondiente a la Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, normatividad ésta que, según el optimismo desparramado del motivador sexenal número uno del país, permitirá desarrollar programas de trabajo que estén "al margen de ciclos sexenales y de calendarios electorales". Faramalla indigenista en la que, desde luego, destacó la infaltable Xóchitl Gálvez, siempre entusiasta impulsora y promotora de nimiedades disfrazadas de políticas de Estado.

ROLLO DE ASFALTO convertido en gran estacionamiento chilango a causa de presiones burocráticas partidizadas de los trabajadores del peje gobierno. Las calles capitalinas, rehenes permanentes de los desacuerdos públicos, tomadas por asalto por las huestes de José Medel, el líder sindical que, retando al rey de las encuestas, cree posible tomar una rebanada de pastel de popularidad para su campaña personal a nombre del PRI por una diputación federal. Caos vial en una ciudad acostumbrada a que sus automovilistas pasen más tiempo a bordo de sus vehículos que en sus centros de trabajo: juegos de vencidas entre líderes sindicales y funcionarios andresmanuelistas con las calles y las avenidas transformadas en venas y arterias congestionadas de esos músculos en contienda.

PERO EL PEOR de los rollos, el lanzado por el canciller Al Derbez al anunciar que exigirá por conducto de los consulados mexicanos en Estados Unidos que se investiguen los pormenores de las muertes de los indocumentados de Victoria, Texas, y al exhortar a quienes por extrema necesidad recurren a polleros y coyotes fronterizos a que los denuncien. Lindas ocurrencias presuntamente reivindicativas del Piolín de Tlatelolco que no quiere darse cuenta de las maldades del Silvestre que tiene en casa: la causa primera de esos viajes de muerte es la desigualdad económica y la injusticia social que el foxismo no ha podido cambiar y sí consolidar. Los mexicanos deben viajar en tráileres de extremo riesgo hacia empleos desesperados, mientras en su patria los dineros públicos son entregados a empresarios, constructores de carreteras y banqueros (šAl extremo de que, sin pudor alguno, el propio presidente Fox se opone abiertamente a un ordenamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que lesionaría los intereses económicos de los Amigos que desde Banamex ayudaron a su campaña!) Pero don Luis Ernesto quiere que los exiliados económicos denuncien al único asidero ardiente que les queda: los introductores de mano de obra barata para la prosperidad económica gringa. Como si además quienes para no morirse de hambre se arriesgan a hacerlo en contenedores rodantes pudiesen luchar de verdad contra la mafia de traslados humanos a la que desde sus zapatillas de alta sociedad ni siquiera alcanza a vislumbrar la delicada jefa del Instituto Nacional de Migración, ente oficial sólo útil en las fronteras para extorsionar a centroamericanos en el sur y para proteger a traficantes de espaldas mojadas en el norte (más arrojado parece, en cambio, The New York Times, al hablar del "frío estado de las relaciones mexicano-estadunidenses y de la promesa incumplida de Bush de instaurar una nueva era dorada en las relaciones vecinales". Descarriladas por completo esas relaciones, según el rotativo de la Gran Manzana, deben ser salvadas, para que así se puedan evitar muertes de migrantes como las de Victoria, Texas).

ASTILLAS: A LO LARGO de las recientes semanas, varios lectores han hecho llegar a esta sección comentarios referentes a la posibilidad (seguridad en algunos de esos corresponsales cibernéticos) de que el síndrome agudo respiratorio (sar) fuese una creación humana sembrada en China para aminorar su crecimiento económico e impedirle convertirse en la gran potencia que rompiera el dominio unilateral del mundo que hoy ejerce Estados Unidos. A pesar de ser usualmente tan irresponsable el subcomandante en tecla de esta sección, negose a dar cabida a tales alegatos cargados en más de una ocasión de fuerza argumental casi irrefutable. Pero ayer, para tranquilidad de conciencia del susodicho escribano, hubo un desmentido oficial de altísimo nivel: David Heymann, responsable del área de enfermedades infecciosas de la Organización Mundial de la Salud, aseguró que no hay ninguna prueba de que la llamada neumonía asiática hubiese sido creada en laboratorio alguno o por humano alguno "con fines terroristas". Es de desearse que los malpensados queden ya así apaciguados... En Roma, donde fue a dar gracias al gobierno italiano por el apoyo a la invasión estadunidense a Irak, el primer papá del mundo defendió la labor de su hijo en la Casa Blanca donde, modesto que es George daddy al no mencionarlo públicamente, George baby está rodeado de funcionarios que fueron de la primera administración federal Bush... De entre varios correos relacionados con el tema, Maria Luisa Robles Martínez considera que algunos reclamos internéticos a este tecleador podrían tener orígenes muy específicos: "como soy un poco escéptica en relación a la pureza virginal de los comentarios que te hacen, no me queda alternativa más que pensar en que ha abierto sus alas el pajarraco denominado ave azul", programa electorero ese, agrega Astillero, que en otras ocasiones ha puesto en juego mecanismos de acoso en serie a periodistas que critican al PAN, al clero o a al gobierno foxista, o a todos juntos, alineados siempre por la derecha... Y por hoy es todo, mientras sigue el espectáculo de las demandas y contrademandas, acusaciones y revires entre el cardenal Carpizo y el procurador Sandoval.

Fax: 5605-2099 [email protected]

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