México D.F. Martes 20 de mayo de 2003
Siempre habrá quienes salgan a partirse
la cara y poner el corazón en el combate, dijo
Regresar a la lucha libre sería una falta de
respeto al público y a mí: Perro Aguayo
El can zacatecano dice que a pesar de sus lesiones
aún no abandona la práctica deportiva
ANA MONICA RODRIGUEZ
Retirado desde hace dos años de los encordados
y supervisando la carrera de su primogénito, Pedro Aguayo asegura
que no ha logrado desprenderse del deseo de volver a la lucha libre, aunque
hacerlo a sus 57 años y con la infinidad de lesiones que acumuló
en su trayectoria "sería faltarle el respeto al público y
a mí mismo".
Al frente del gimnasio que tiene en Tala, Jalisco, el
conocido Perro Aguayo, asegura que aún no ha abandonado la
práctica deportiva. "Me hice al ánimo en que todo tiene un
principio y un final. Hago diario ejercicio, a pesar de que tengo los nervios
desconectados y varios huesos rotos en la columna vertebral, los cuales
ya no tienen remedio, pero con lo que se pueda hay que echarle", apuntó
una de las leyendas de la lucha libre en México.
El
retiro del Can de Nochistlán quedó marcado definitivamente
desde el 31 de marzo de 2001, cuando en su combate de despedida en la arena
México, su rival, Universo 2000, le aplicó un prohibido martinete
y lo mandó gravemente lesionado al hospital.
A partir de entonces el gladiador zacatecano tuvo que
luchar contra la sensación de no hallar un lugar fuera del cuadrilátero.
"Es increíble, todavía hace algunos meses me desesperaba
muy feo porque no encontraba mi lugar, pero hasta en eso siempre me ha
ayudado mi familia", apuntó.
Al popular luchador recientemente lo homenajearon en Culiacán
y Durango, y comenta orgulloso que todavía la gente se acerca para
pedirle autógrafos o simplemente para saludarlo, "a pesar de que
traigo el pelo corto aún me identifican".
-¿Aún tiene futuro la lucha?
-La lucha libre es igual a todos los deportes, todos son
espectáculo. Nada más que entre más serio sea el deportista
la gente lo toma de igual manera. En el deporte hay mucha gente que se
dedica a vivir de ello y muchas veces a chotearlo, pero existen personas
que tratan de darle nombre y prestigio a su actividad.
Añadió que "la lucha libre nunca va a morir,
porque siempre habrá quienes salgan a partirse la cara y poner el
corazón en un combate".
Entre las figuras mexicanas que El Perro Aguayo
admira destacan la velocista sonorense Ana Gabriela Guevara, Raúl
Ratón Macías, Julio César Chávez, Erik
El Terrible Morales, Cuauhtémoc Blanco y Hugo Sánchez,
además de sus colegas Rayo de Jalisco y Latin Lover, entre otros.
"Hay gente que me gusta ver por el esfuerzo que hace para
sobresalir, como es el caso de Ana Guevara, a quien sólo conozco
de vista, y respetuosamente he llegado a pensar: ¡qué vieja
tan chingona!"
-Ahora, ¿qué le hace falta?
-Extraño a mi público porque ya lo sentía
como si fuera mío, pero ni modo, gracias a Dios tengo una gran familia
con la que me saqué la lotería sin tener billete, eso es
bien padre.
Con infinidad de cicatrices en la frente y un sinnúmero
de lesiones en el cuerpo, luego de 31 años de carrera, Aguayo todavía
piensa trascender por medio de su hijo Pedro, de quien "voy encargarme
en algunas fechas y supervisar un poco su trabajo".
Tras haber peleado con los mejores exponentes de la lucha
libre mundial y abarrotar los lugares donde se presentaba, Aguayo acepta
con humildad que ese prestigio se lo ganó con trabajo y honestidad.
"Me siento orgulloso de haber sido El Perro Aguayo", concluyó.
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