Afirma que "pretende instruir la conciencia de los fieles"

La arquidiócesis de Guadalajara dice cómo reconocer al candidato adecuado

ALMA E. MUÑOZ

La arquidiócesis de Guadalajara utiliza su periódico Semanario para "instruir" a sus fieles sobre cómo votar hoy. Les recuerda que para elegir a un candidato ponderen su honestidad, capacidad de servicio, preparación y valores éticos. Pero sobre todo les explica cómo reconocer a un aspirante católico:

Como santo Tomás Moro, patrón de los gobernantes y políticos, rechaza toda componenda y, sin abandonar la fidelidad a la autoridad, afirma con su vida que el hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral. Es decir, su conciencia cristiana "no le permite favorecer la realización de un programa que contenga propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe", y defiende y promueve los derechos humanos desde la concepción hasta la muerte.

Para hacer una elección adecuada, señala, es necesario que los electores se pregunten, entre otras cuestiones, si están "bien informados" sobre la ideología de las distintas fuerzas políticas, y ésta "va de acuerdo con lo que pienso, creo y espero". A sus feligreses les recuerda, especialmente, el perfil de un político católico: ama a Dios y a sus hermanos al vivir la política como un servicio; presenta "gran competencia en el desarrollo del propio deber y una moralidad a toda prueba en la gestión desinteresada y transparente del poder; da testimonio de los valores humanos y evangélicos relacionados con la política, y no entiende este ejercicio como "un cálculo electoral, sino como un camino para la construcción del bien común".

También rechaza la violencia como método de reivindicación política y utiliza el diálogo como instrumento de toda confrontación constructiva; practica la doctrina social de la Iglesia "no como ideología o programa político, sino como luz de la ley ética universal para la comprensión del hombre y la sociedad".

Finalmente insiste que con su exhortación, la arquidiócesis de Guadalajara no busca el poder político; más bien, "pretende instruir la conciencia de los fieles, sobre todo de los que están comprometidos en la vida política, para que su acción esté siempre al servicio de la promoción integral de la persona y del bien común".