México D.F. Viernes 11 de julio de 2003
Existen cada vez más librerías
especializadas para que los niños elijan y compren
La literatura infantil en México, una de las
áreas más prósperas
El mayor incentivo es que los pequeños se convertirán
en un grupo apegado a la lectura, señala Daniel Goldin La página
web de la UNAM-FCE cuenta ya con 700 suscriptores
CESAR GÜEMES
La literatura escrita originalmente para niños
en México se ha convertido en un doble fenómeno, explican
los especialistas en el tema Daniel Goldin, María del Carmen Larios
y Marina Kriscautzky.
Por una parte, los tirajes de los libros pensados para
los pequeños lectores superan con mucho a los de títulos
publicados para el lector en general, pero, por otra, fomentan la creación
de sólidos lectores adultos.
A partir de esas dos variantes y con la idea original
de Emilia Ferreiro, un grupo compuesto por especialistas que prestan sus
servicios en el Fondo de Cultura Económica (FCE) y la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrolló la primera
página mexicana para niños que leen y que a partir del acercamiento
con el sitio consiguen escribir. La ubicación del sitio es www.chicosyescritores.org;
días antes de que se anuncie su lanzamiento, la página web
cuenta ya con por lo menos 700 niños suscritos y en activo.
Mercado para primeros lectores
Daniel Goldin, titular del área de literatura para
niños del FCE, explica que desde hace muchos años la literatura
infantil y juvenil en México, y aun antes en Europa y Estados Unidos,
se ha convertido en una de las áreas editoriales más prósperas.
De
modo que la industria del libro invierte con miras al futuro, formando
lectores. ''Aunque es más importante que ese empuje libresco -apunta
Goldin- revela el lugar que los niños ocupan hoy en el mundo. Por
cierto, es un lugar muy distinto del que tenían hace medio siglo.
Ser lector, por su lado, implica ser una persona con un juicio, una opinión
y la posibilidad de participar en la realidad social.
''En términos civilizatorios el sitio que tienen
ahora los niños es inédito. Los historiadores hablan de la
'invención del niño' en el siglo XVIII. Y lo que vemos en
el siglo XXI en México es que los niños ocupan un lugar social
muy interesante. Reflejo de ello es la existencia de un mercado editorial
para primeros lectores. Y no sólo el mercado como tal, sino que
existen cada vez más libre-rías especializadas en las que
los pequeños pueden elegir y comprar directamente, y no por medio
de las escuelas a las que acuden."
Los tirajes de novela en México se han mantenido
a lo largo de los 10 años recientes en no más de 3 mil ejemplares
por libro que aparece, independientemente de que su autor sea reconocido
o no. Sin embargo, en la literatura infantil que se lee en México
la venta de un solo libro de Francisco Hinojosa, La peor señora
del mundo, ha alcanzado 200 mil ejemplares. Esa enorme distancia que
existe entre los libros para adultos y los que se hacen para niños
es explicada así por Goldin:
''Hay algunos autores mexicanos que venden muy bien, pero
son muy pocos. Lo cierto es que el mercado del libro para niños
puede ser profesionalmente hablando mejor que el de adultos. Cuando un
novelista hace una obra para adultos aspira, con todo derecho, a que pase
a formar parte de la historia de la literatura con todo lo que esto implica.
En cambio, la literatura para niños, entre otras cosas, se le presenta
al escritor como una oportunidad de desarrollo profesional, lo cual está
muy bien."
Apuesta por Internet
Respecto de los trabajos del FCE en literatura para niños
y jóvenes, Goldin informa que la propuesta es crear lectores y generar
un mercado que resulta más sencillo de formar entre los niños
que entre los adultos. Explica: ''Con frecuencia nos sucede que los lectores
que van creciendo nos demandan libros sin ilustraciones y con estructuras
más complejas. Tratamos de satisfacer esa necesidad, por una parte,
y por otra advertimos que esos lectores todavía muy jóvenes
dan el salto hacia otras lecturas. Por ello es necesario mirar los hechos
con amplia perspectiva. Es verdad que los libros para niños resultan
ser buen negocio para autores y editoriales, pero el mayor incentivo es
que dentro de unos años todos esos pequeños lectores serán
un gran grupo social apegado a la lectura".
A propósito de la página de Internet que
el FCE y la UNAM han colocado en el ciberespacio, Marina Kriscautzky informa
que la idea de crearla surgió ''a partir de observar cómo
las nuevas tecnologías se relacionan directamente con la formación
de lectores y escritores. Son elementos que poco a poco invaden la vida
de todos. Se ha dicho que la existencia de Internet puede resultar contraproducente
para fomentar la lectura, pero lo mismo se dijo en su momento de la radio
y la televisión sin que la presencia de esos medios de comunicación
restara lectores. En el caso de los niños, sabemos que son muy capaces,
a diferencia de los adultos, de apagar el televisor y abrir un libro. Apostamos
a que mediante Internet hay espacios para la lectura y la escritura porque
precisamente es un medio que permite realizar determinados tipos de lectura
que otros soportes no lo admiten".
María del Carmen Larios, también del FCE,
apunta que lo interesante de la página no es sólo generar
lectores y niños que escriban, sino ''que hay todo un eje en la
página que lleva a los niños a reflexionar sobre la necesidad
del lenguaje escrito, es decir, sobre su propio pensamiento".
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