México D.F. Lunes 28 de julio de 2003
Nadie podría precisar quién es el mejor ciclista de todos los tiempos: Eddy Merckx
Armstrong e Induráin vivieron dos épocas diferentes
DPA
Paris, 27 de julio. Lance Armstrong y Miguel Induráin tienen algo en común: son los únicos que han ganado por quinta ocasión el Tour de Francia en forma consecutiva.
Sin embargo, al estadunidense lo definen como una máquina que se hizo humana luego de padecer un cáncer que superó, en tanto que el español sorprendió al mundo por su estatura de casi dos metros y sus 80 kilos de peso para ser el mejor escalador de montaña, algo inusual en un ciclista profesional.
Ambos son de épocas diferentes dice otro pentacampeón de la carrera gala, el legendario Eddy Merckx, pues mientras Armstrong se consagra como el más grande entre los corredores actuales, Induráin fue un ciclista que no se ha visto en toda la historia. "Yo no puedo saber quién es el mejor de todos los tiempos, no se puede comparar corredores de antaño con los actuales'', dijo el belga.
La gran diferencia entre uno y otro está en los nombres. Induráin tuvo que enfrentarse a una triple generación de corredores; los que pertenecían a la suya como Bugno, Chiapucci o Riis; y los que daban el último coletazo con Fignon y Lemond, y los nuevos Berzin, Zuelle o Pantani.
En medio también surgieron rivales como Rominger y Ugrumov. Armstrong sólo tiene de adversarios a Ullrich, Beloki, Vinoukurov y Rumsas.
La historia de Armstrong es la historia de una obsesión. Meticuloso, perfeccionista, arrogante e incluso líder del US Postal (patrocinado con 20 millones de dólares), que se empeñó en ser un grande del ciclismo y ni siquiera un cáncer testicular (1986) pudo impedirlo para que desde 1999 se hiciera dueño del Tour.
Por otra parte, la morfología de ambos corredores es completamente diferente. Induráin era un gigante de casi 80 kilos que compensaba con unas facultades físicas soberbias, las cuales lo hacían subir como los más estilizados y ganar con una potencia devastadora.
A Armstrong, por su parte, el cáncer le cambió el tono muscular, capaz ahora de desarrollar una arrolladora explosividad en la alta montaña.
Tiene una capacidad de sufrimiento excepcional que le hace realizar entrenamientos que en condiciones normales son inhumanas para un ciclista medio.
En cuanto a personalidad los dos corredores se sitúan en extremos opuestos. Lance pertenece a la escuela de Merckx e Hinault, donde predominaba la doctrina del coraje, la ambición y el egoísmo deportivo sin dejar resquicio alguno a sus rivales, y Miguel tiene un estilo propio: generoso, tranquilo y carismático, que siempre contó con la simpatía de todos.
El ciclista tejano promete que volverá en 2004 por su sexta victoria; sin embargo, reconoce que su tiempo "es limitado'' al notar ya "el paso de los años (tiene 31)'', por lo que confía "en no calcular mal el punto adecuado para el retiro''. |