México D.F. Lunes 28 de julio de 2003
TOROS
Dignidad y respeto no son negociables por los ganaderos,
afirma su dirigente
Rechazan propuesta de reglamento taurino que presentaron
el empresario y los toreros
Revisar la normativa no es excusa para mantener la Plaza
México cerrada: Adolfo Lugo
LEONARDO PAEZ
El 17 de junio, el empresario de la Plaza México,
la Asociación Nacional de Matadores y la Unión Mexicana de
Picadores y Banderilleros entregaron al secretario de Gobierno del Distrito
Federal, Alejandro Encinas, una anticonstitucional propuesta de reglamento
taurino, en la que aquellos se arrogan facultades que históricamente
corresponden a la autoridad.
La
semana pasada la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia
emitió un escueto boletín de prensa en el que se niega a
suscribir los afanes autorregulatorios de esa propuesta. La Jornada
entrevistó al presidente de dicha asociación, Adolfo
Lugo Verduzco, ganadero de Huichapan, electo por aplastante mayoría
el pasado enero en la asamblea celebrada en León, Guanajuato.
-¿A qué obedece el rechazo de los ganaderos
a la propuesta de nuevo reglamento?
-Básicamente a que en ella se pretende marginar
a la autoridad de la fiesta de los toros, pasando por alto dos aspectos
muy importantes: primero, que desde los inicios del espectáculo
la autoridad ha sido factor de equilibrio y preservación de esa
tradición y, segundo, que en todo país taurino se establece
que en la plaza esté presente un representante de la autoridad civil
nombrado por ésta, no por los actores del espectáculo. Es
la ignorancia de la historia, de la fiesta de los toros y de su historia
lo que anima esas inclinaciones contra la autoridad.
-Si empresario, matadores y subalternos dicen ser los
que saben cómo hacer fiesta y lo que quiere realmente el público,
¿por qué éste ha abandonado las plazas?
-Hay que reconocer que todos los sectores de la fiesta
hemos equivocado el camino. Si no, tendríamos las plazas llenas.
Debemos adoptar la suficiente humildad para reconocer aquellos factores
que han sacado a la gente de la plaza. Todos somos corresponsables, incluso
la propia afición, que no se ha hecho escuchar con oportunidad y
contundencia, excepto alejándose de los cosos. Por ello es inevitable
conocer y tomar muy en cuenta el parecer del público, que es quien
hace posible todo espectáculo. Se puede ser un profesional de tiempo
completo, pero aun así hemos fallado al expulsar a la gente de las
plazas. Dónde hemos fallado, es lo que debe animar las mesas de
negociación, sin prepotencia, con madurez.
-¿Quién es más profesional -se pregunta
Lugo-, el que tiene 10 años en esto o los que llevan 40 asistiendo
a la función y apoyando pacientemente el espectáculo?
-Mientras tanto hay que abrir la Plaza México,
dar novilladas y no interrumpir el ciclo natural de la fiesta ni cerrar
tantas fuentes de trabajo, y cuando el Gobierno del Distrito Federal (GDF)
nos convoque, intentar entonces modificaciones sensatas al reglamento.
-También la autoridad tomó el camino equivocado.
-La autoridad por ningún motivo puede desentenderse
de salvaguardar los intereses del público. El juez cuenta además
con un asesor técnico para los pormenores de la lidia, por lo que
hay que fortalecer la presencia, sustentada y con buen criterio, de la
autoridad en las plazas, pero no multiplicando jueces, sino apoyando en
serio las facultades de uno solo. Veinte corridas por temporada no justifican
la presencia de tres jueces. Evidentemente también hay una crisis
de autoridad en las plazas.
-¿Está sobrerregulado el espectáculo
taurino?
-Mire, el reglamento vigente tiene 122 artículos;
los de España, Portugal y Francia casi llegan a 100; el de Venezuela,
232, y el de Perú 362. La propuesta de las agrupaciones es dejar
un reglamento con 36 artículos y cuatro transitorios, así
como una autoridad acotada al máximo, reservándose los proponentes
en sus llamadas normas taurinas unas facultades que los convierten en juez
y parte. Pretenden incluso proponer a los candidatos a juez de plaza.
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