TOROS

La PGJDF tiene en su poder el contrato apócrifo

Entregan pruebas de la estafa de Herrerías

LUMBRERA CHICO

Por si alguien dudara aún que Rafael Herrerías falsificó la firma de Enrique Martín Arranz, apoderado de José Tomás, con el objetivo de obtener el permiso de la delegación Benito Juárez para realizar el canje de tarjetas del derecho de apartado y esfafar a miles de personas por un monto cercano a 26 millones de pesos, he aquí una prueba irrefutable y contundente.

Un amigo de José Tomás, muy interesado en que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) lleve hasta las últimas consecuencias su investigación en contra de Herrerías, entregó a La Jornada una copia del contrato alterado por el "empresario" de la Monumental Plaza Muerta (antes México) y un testimonio gráfico del propio Arranz que simplemente dice: "Esta es mi firma".

Ante la fuerza de tal demostración de la culpa de Herrerías, cabe esperar que el secretario de Gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas, no interponga sus influencias ante la PGJDF ni recomiende al procurador Bernardo Bátiz que mire a otro lado, porque detrás de la aparente triquiñuela del cacique de Mixcoac hay sólidos elementos para presumir la existencia de un fraude maquinado por 2 millones 600 mil dólares.

Lo inquietante es que la PGJDF no haya tomado aún cartas en el asunto, mientras Encinas prepara una mesa de "diálogo" con Herrerías, al tiempo que éste se vale de los servicios de un famoso periodista deportivo de la televisión que en fecha reciente llamó a un integrante de la Comisión Taurina del Distrito Federal y le transmitió el siguiente mensaje: "Si hablas con Martín Arranz y le preguntas cuánto quiere por retirar su demanda, Herrerías te presta la Plaza México un sábado en la tarde, para que hagas un festival de caridad, si le paras esa bronca".

Muchos intereses turbios, como se puede apreciar, gravitan en torno del conflicto que mantiene cerrado el que alguna vez fuera el coso taurino más importante del país.