México D.F. Martes 9 de septiembre de 2003
30 AÑOS DEL PINOCHETAZO
Las últimas palabras del presidente Salvador
Allende transmitidas por Radio Magallanes
¡No voy a renunciar! ¡Pagaré con
mi vida la lealtad del pueblo! ¡Viva Chile!
AFP
Santiago, 8 de septiembre. Las últimas palabras
del presidente socialista Salvador Allende anticiparon su muerte como una
"lección moral" a sus enemigos autores del golpe de Estado que hace
30 años instaló en Chile por 17 años la dictadura
del general Augusto Pinochet.
A continuación el texto íntegro del mensaje
a los chilenos, difundido por Radio Magallanes el 11 de setiembre de 1973:
"Seguramente esta será la última oportunidad
en que pueda dirigirme a ustedes. La fuerza aérea ha bombardeado
las antenas de Radio Magallanes.
"Mis palabras no tienen amargura sino decepción.
Que sean ellas un castigo moral para quienes han traicionado su juramento:
soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino,
que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor
Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad
y lealtad al gobierno, y que también se ha autodenominado director
general de Carabineros.
"Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores:
¡Yo no voy a renunciar!
"Colocado
en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad
del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos
entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá
ser segada definitivamente.
"Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no
se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La
historia es nuestra y la hacen los pueblos.
"Trabajadores de mi patria: Quiero agradecerles la lealtad
que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo
fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó
su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y
así lo hizo.
"En este momento definitivo, el último en que yo
pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el
capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, crearon
el clima para que las fuerzas armadas rompieran su tradición, la
que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante
Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará esperando
con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías
y sus privilegios.
"Me dirijo a ustedes, sobre todo a la modesta mujer de
nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la madre
que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo
a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron
trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales,
colegios clasistas que defendieron también las ventajas de una sociedad
capitalista.
"Me dirijo a la juventud, a aquéllos que cantaron
y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo
al hombre de Chile, al obrero que trabajó más, al campesino,
al intelectual, a aquéllos que serán perseguidos, porque
en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente
en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías
férreas, destruyendo los oleoductos y los gasoductos, frente al
silencio de quienes tenían la obligación de proceder.
"Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
"Seguramente Radio Magallanes será acallada y el
metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La
seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos
mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la patria.
"El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo
no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
"Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino.
Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la
traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más
temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por
donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
"¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan
los trabajadores!
"Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza
de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por
lo menos, será una lección moral que castigará la
felonía, la cobardía y la traición."
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