Legisladores salientes aún no devuelven automóviles que les fueron asignados

Muchos pendientes en la entrega-recepción en la ALDF

RAUL LLANOS SAMANIEGO

A pesar de que la próxima semana asumen el cargo los diputados electos a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), los grupos parlamentarios aún no entregan los vehículos que les fueron asignados desde septiembre de 2000; sin embargo, la Oficialía Mayor de este órgano de gobierno no los ha requerido para hacer lo conducente.

De acuerdo con Armando Quintero, ex presidente de la Comisión de Gobierno durante el primer año de la ALDF, al PRI, PAN y PRD se les asignó un automóvil marca Tsuru y una camioneta tipo Ram; al PVEM le correspondieron dos Tsurus, pues tenía ocho diputados, mientras que Convergencia y Democracia dispusieron de una unidad similar.

Fue decisión de cada una de las fracciones parlamentarias determinar el destino que se daría a los vehículos durante estos últimos tres años.

En conferencia de prensa, Quintero Martínez comentó que en el caso de su grupo, un Tsuru se le asignó a él y otro a Dione Anguiano, junto con una camioneta. A la fecha, Anguiano pidió licencia para ocupar la dirección del Instituto del Deporte, y se desconoce bajo la responsabilidad de quién quedaron los automóviles.

El ex presidente de la Comisión de Gobierno añadió que si en esta semana no le es requerido el Tsuru que tiene bajo su resguardo habrá de entregarlo ante la Oficialía Mayor para que quede inventariado y registrado que se devolvió.

De paso, el también jefe delegacional electo de Iztacalco comentó que dejó cuentas claras durante su gestión al frente de la Comisión de Gobierno de la ALDF, y descartó que pudiera haber existido alguna anomalía.

Puntualizó que en el año que duró su encargo se crearon varios manuales de operación administrativa y, ante los resultados entregados por el despacho contable Freyssinier Morín, que auditó los tres años de la ALDF, comentó que está libre de toda culpa y declinó hacer comentarios acerca de un posible rasuramiento de los datos finales.

Y concluyó: "los resultados de la primera auditoría externa en la historia de la Asamblea Legislativa, vistos sin amarillismos y sin escándalo, demuestran que se caminó por la ruta de la honradez y transparencia que la ciudadanía demanda de sus instituciones".