Prohibir la homosexualidad disminuye el número de vocaciones sacerdotales, opina el teólogo

La Iglesia católica, deshonesta en torno a la vida gay: James Allison

Hay una crisis en la institución por el tema, dice; irreversible, la apertura del clóset eclesiástico

JENARO VILLAMIL

El principal problema de la Iglesia católica frente a la cuestión gay es su "falta de honestidad" sobre lo que sucede en sus propias filas y el "encubrimiento" de los casos de abuso sexual y de pederastia ocurridos en distintos sitios, como en Boston, cuya diócesis deberá destinar 85 millones de dólares a la indemnización de las 552 víctimas.

Ese es el mayor monto económico pagado por una diócesis estadunidense para resolver casos de abuso sexual.

El teólogo James Allison se refiere a esta situación y rebate los planteamientos que el papa Juan Pablo II expuso en un nuevo documento, redactado por el cardenal Joseph Ratzinger, en el cual condena la unión de parejas del mismo sexo.

Esa posición es "más política que teológica", expresa, y considera que el propio Papa metió un "autogol" en este terreno. El documento "parte del principio de lo innegociable", pero "es totalmente ineficaz", porque la comunidad laica ya vive en una forma distinta a las prescripciones de la jerarquía.

Subraya la Iglesia católica se descalifica a sí misma al argumentar que los niños que crecen entre personas del mismo sexo presentan trastornos sicológicos.

"Las evidencias científicas demuestran que no hay ninguna diferencia entre los niños criados por parejas gays o lésbicas y parejas heterosexuales. Además, si la propia Iglesia ha tenido orfanatos en toda su historia y en ellos han crecido niños atendidos sólo por monjas o por sacerdotes, es una forma de descalificar su propia labor altruista", argumenta el teólogo.

Desaparece homofobia entre laicos

Entrevistado por La Jornada durante su reciente estancia en la ciudad de México, el autor del libro Una fe más allá del resentimiento, cuya traducción al castellano se publicó recientemente en España, advierte que "la comunidad laica de los católicos ya no es homófoba", a diferencia de los obispos que sostienen la misma posición contra las uniones del mismo sexo y del reconocimiento de los gays y las lesbianas a adoptar a sus hijos. "El problema es para ellos", destaca.

"Lo importante es que hablen con la verdad. Si sencillamente existimos tal y como somos, todo el argumento de El Vaticano se viene abajo", sostiene el teólogo gay de 43 años, que ha vivido y trabajado en comunidades eclesiales de México, Brasil, Bolivia, Chile y Estados Unidos y actualmente se define como "predicador mendicante".

Allison sugiere que el debate frente al Vaticano debe ser en términos de veracidad y comprobación científica de sus argumentos contra lo gay.

"¿Será que es verdad que existen sociedades donde lo gay es visto como defectuoso? Por lo que estamos viendo, hay un porcentaje de sociedades donde se acepta a los gays, no se provoca ninguna diferencia y la realización plena de los gays no es ningún problema. El Vaticano tiene que entrar al debate empírico para comprobar sus propios argumentos", expone.

-Sin embargo, los obispos, particularmente los mexicanos, han secundado esta posición de El Vaticano, punto por punto. Lo vimos recientemente en las elecciones federales y en distintas proclamas.

-Lo que hacen los obispos es secundarlo, pero existe en múltiples sectores un descreimiento de su eficacia. No hay que olvidar que muchos obispos no son personas con convicciones, sino funcionarios que se comportan como parte de una imagen institucional.

-¿Cómo enfrentarán los católicos esta posición cerrada de la jerarquía?

-En el mundo anglo, como Estados Unidos y Gran Bretaña, el problema ya no es lo gay, sino la honestidad. México no es muy diferente. La aceptación entre los jóvenes gays no es por un asunto de "decadencia", sino por un principio moral: hay que ser honestos. Y los jóvenes que aceptan a los gays también creen en otro principio moral: no es bueno odiar. Se ha expandido cada vez más la idea de que yo soy menos hombre si soy homófobo. Entre los adolescentes de las nuevas generaciones gays comienza a reinar la actitud de "¿y qué?" Se está llegando al grado de que los gays adolescentes se asumen en la misma edad que los heterosexuales y conviven entre ellos, sin ningún problema.

Posiciones caducas

Allison recomienda "no sobrerreaccionar frente al documento del Papa, porque el Vaticano y los obispos son caducos ante una realidad muy distinta a sus prejuicios".

Desde su punto de vista, en el seno de la propia Iglesia católica se vive "una crisis de consciencia interna por lo gay. La prohibición de la vida homosexual genera deshonestidad, humilla y disminuye el número de vocaciones sacerdotales".

-¿Qué sucederá dentro de la institución, porque tal parece que el problema de la no aceptación está en el seno de la misma Iglesia?

-La honestidad está queriendo brotar por todos lados. En un número creciente de obispos existe la certeza de que esta posición homófoba no los llevará a ninguna parte. Creo que es irreversible la apertura del clóset eclesiástico. No hay marcha atrás. Cuando se es honesto ya no hay posibilidad de retornar a posiciones anteriores.

Allison expone que el documento es más el resultado de "un empecinamiento personal" de Juan Pablo II que de un movimiento teológico. Recordó que desde marzo de 2003, durante una visita a Croacia, pronunció dos discursos condenando las uniones homosexuales; sin embargo, su documento se presentó hasta agosto de este año, es decir, "colocaron en duda su propia urgencia" frente al tema, ya que Canadá aprobó las uniones gays y la Iglesia anglicana ha dado avances al aceptar a un obispo abiertamente gay.

"No estamos ante un Vaticano maquiavélico que pretende ejercer toda su fuerza para frenar esto, sino ante un Papa empecinado y un Vaticano reticente", sintetiza.

"El encubrimiento" de sacerdotes y obispos acusados de abuso sexual, agrega, "ha generado una crisis de vocaciones y financiera". El problema fundamental es distinguir entre pederastia y homosexualidad.

Allison indica que el propio Vaticano, a raíz de las denuncias en Estados Unidos, consultó a principios de 2003 a 11 científicos especializados en casos de abusos de menores. "Ellos les dijeron que no hay vínculo entre pederastia y homosexualidad. Puede ser un factor de coincidencia, pero no de causa. La derecha católica estadunidense quiso pintar el problema como resultado de la invasión del clero gay".

A pesar de eso, "el clóset eclesiástico aún no distingue entre algo patológico (como puede ser la pederastia) y algo adulto (como una vida gay plena). Me da la impresión de que serán los abogados y los agentes de seguros de Estados Unidos, involucrados en las demandas, quienes los forzarán a hacer esta distinción".