El director del festival negó la petición del Partido Popular contra la cinta de Medem

McCarthy celebra en Donostia haber reunido mundos tan distintos en The station agent

ARTURO GARCIA HERNANDEZ ENVIADO

San Sebastian, 19 de septiembre. La marginación social, la falta de comunicación, la soledad, la frustración, la amistad y la solidaridad, conforman el núcleo temático de The station agent, del estadunidense Tom McCarthy, la cinta que más ovaciones y mejores comentarios ha recibido hasta ahora dentro de la sección oficial del festival de Donostia.

La película ha gustado por la originalidad de la historia, por la notable factura del guión (escrito por el propio McCarthy) y por la magistral calidad interpretativa de Peter Dinklage, Patricia Clarkson y Bobby Cannavale, actores formados en el ámbito teatral de Nueva York. De hecho, The station agent (aún está por definirse el título en español) llega a San Sebastián con el Premio a la Mejor Actriz, al Mejor Guión y el Premio del Público en el festival de Sundance.

Tibia recepción a Supertex

La historia transcurre en un poblado rural de Estados Unidos. El protagonista central es Fin (Peter Dinklage), un hombre de 1.33 metros de estatura, huraño y desconfiado, poseedor de una amplia cultura ferroviaria, quien inesperadamente se ve beneficiado por una herencia. El hecho propicia su encuentro con otros dos seres, tan solos, frágiles y marginales como él: Joe (Bobby Cannavale), descendiente de inmigrantes cubanos, y Olivia (mujer madura en proceso de separación de su esposo).

''Marginales, es la palabra que hay que utilizar para describir a los personajes", explicó McCarthy ante los medios, minutos después de la proyección de su cinta de hora y media de duración, cuyo guión le tomó tres años de trabajo y el rodaje 20 días. Cada personaje representa también la diversidad cultural y étnica de la sociedad estadunidense: ''Me maravilló la posibilidad de reunir esos mundos tan distintos".

Otra de las cintas participantes en la sección oficial y proyectada hoy fue la producción germano-holandesa Supertex -dirigida por Jan Schütte y basada en la novela homónima del holandés Leon de Winter- a la que el programa oficial del festival califica como ''un filme clásico en el mejor sentido del término", pero que fue tibiamente recibido durante su presentación ante los medios.

Entre los aspectos más atractivos de la película, situada en el Amsterdam contemporáneo, sobresale el conflicto -implícito- de lo que para los protagonistas significa ser judío: el patriarca de la familia, sobreviviente de un campo de concentración nazi y fundador del emporio textil que da nombre a la película; su esposa, feliz en su abnegación; el hijo mayor, laico y pragmático, en conflicto constante con su padre; el hijo menor, gris y apocado, que encuentra en la religión las respuestas a su vida.

Pese a su correcta realización formal, Supertex no parece ser de las cintas que harán historia en el presente festival.

La que ya empezó a ser historia, aun sin exhibirse, es La pelota vasca, la piel contra la piedra, dirigida por Julio Medem (director de Lucía y el sexo), que aborda la complejidad social y política del País Vasco y está programada para el próximo domingo, dentro de la sección Zabaltegi. La cinta ya provocó que el Partido Popular exija su retiro de la muestra cinematográfica en Donostia, pero la petición ha sido rechazada categóricamente por el director del festival, Mikel Olaciregui.