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México D.F. Sábado 20 de septiembre de 2003

Ofreció un concierto pleno de nostalgia la noche del jueves en el Auditorio Nacional

Milanés recorrió las tonadas que lo han hecho el intérprete que no ha contradicho su canto

ARTURO CRUZ BARCENAS

Pablo Milanés pisó el pasado jueves el Auditorio Nacional, nuevamente, y en la gradería se escuchó el coro, el canto de quienes alguna vez supieron de la utopía de un presidente con muchos atributos: socialista, médico, humanista, amigo, leal, de una pieza, impulsado por el mandato de su gente. Por Salvador Allende, por Chile. El cantautor cubano hizo un recorrido por las tonadas que lo han hecho el cantor que no ha contradicho su canto, su vida.

ƑCuál va a cantar al final? Unos dijeron que tal o cual, otros pedían la que quizá los unió en una noche de vino en sus tiempos ceceacheros, cuando los universitarios eran de otros colores, y escuchaban el canto nuevo, la voz combativa de Viglietti, de Jara. El suspenso. ƑCuál sería la última?

Padres con sus hijos adolescentes, para que éstos se dieran un quemón con Para vivir, el anhelo de sinceridad ante quien se quiere y por eso se deja libre, aunque se extrañe para toda la vida. ƑPara qué afectar a los otros? Amigos de tiempos chavalones, de cuando no se tenía nada que hacer y se tenía toda una vida por delante.

Para ellos y las parejas que creen que las canciones de Milanés las hizo Nicho Hinojosa, el covero número uno de este y otros mundos, se escuchó la nostálgica Hoy la vi, que narra el rencuentro con alguien ajeno en el rostro. Es el mismo ser, pero diferente. Cuánto gané, cuánto perdí, balance de los días que ya se fueron, a la manera de Darío, cuando se valora la juventud, ese ''divino tesoro''.

Así por el estilo, con la voz suavemente caprina de Milanés: Días de gloria, En saco roto, y otras. Su camisa gris de fuera, sin fajarse, a su vieja usanza. "A los cubanos, a mis compatriotas, unas preguntas. A mis amigos que hoy son carpinteros, y que tienen oficios". El es de oficio cantor. Acabada la canción agradece el aplauso con un apóstrofe que lo acerca al enorme Cristo de Sao Paulo. "Son los años que se cayeron como estrellas de luz". Es la nostalgia. Se va la vida, compañeros; se va la vida, se va ligero, como la vida en el lavadero, como lanzó León Chávez.

Todos tuvimos juguetes. Algunos trenes eléctricos, otros fichas o corcholatas que con imaginación fueron cochecitos. Son "los juguetes del amanecer". Son "los años de luz, inocencia y dolor". Para que se levante el ánimo, el morenazo se arranca con De qué callada manera. Sabor, que no todo es nostalgia. Hay son para el corazón. Hay que quitarle un poco al concierto ese aire de solemnidad.

Mírame bien, canción terminal, de quien decidirá qué onda con el futuro. Mírate bien. Diálogo de ojos. El talión más adecuado: te miro si me miras. Milanés da vuelta a las hojas colocadas en su atril. El amor de mi vida, de recuerdos telenoveleros. Y sentimientos de ser el San Pedro de uno mismo. "Te mentiré tres veces antes de...". "Quiero saber qué es lo que atormenta mi interior".

Contra la discriminación sexual, "dedicada al movimiento gay, en especial para Lázaro Gómez, cantaremos El pecado original", profundo, donde "dos almas, dos cuerpos, dos hombres que se aman serán expulsados del Paraíso". Nadie es Dios, "no nos equivoquemos otra vez".

Lo demás es reír y cantar: La vida no vale nada, El tiempo pasa, Para vivir, Yolanda. Pasa el concierto por sus mejores momentos. Se escuchan por las que se pagó el boleto. El breve espacio en que no estás... "suele ser violenta y tierna". Frotación con una piedra rugosa. El que es güey hasta la muerte le sabe.

Viene la última luego de un conato de que se iba el maestro Milanés. Regresó para echarse la del estribo. La afortunada: Yo pisaré las calles nuevamente... "y en una hermosa plaza liberada me detendré a llorar por los ausentes". De cuando se soñaba no ser lo que se es ahora, al modo del poema de José Emilio Pacheco. Fue la penúltima. La del adiós de la noche fue Yo no te pido... "que me bajes una estrella azul; sólo te pido que mi espacio llenes con tu luz". Salvo eso, todo lo demás es oscuridad. O somos o no somos, o todo o nada. Gracias, maestro Milanés.

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