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México D.F. Viernes 10 de octubre de 2003

Unos 20 mil empleados de compañías estadunidenses trabajan ya en el país invadido

La ocupación de Irak, "sueño hecho realidad" para unos cuantos empresarios

Bush luce cual "dictador de segunda en un país tercermundista", opina experto en comercio

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 9 de octubre. La ocupación estadunidense de Irak se está convirtiendo en una pesadilla para los militares y, en una operación carísima para los contribuyentes de este país, aunque para decenas de grandes empresas estadunidenses, con vínculos cercanos al presidente George W. Bush, la ocupación es un sueño hecho realidad, según varios informes recientes.

Ya hay aproximadamente 20 mil empleados empresariales estadunidenses trabajando en Irak (uno de cada 10 estadunidenses en el país árabe trabajan para una empresa estadunidense) y algunos informes sugieren que un tercio de los aproximadamente 4 mil millones de dólares que el gobierno estadunidense gasta cada mes en el país ocupado es destinado a empresas estadunidenses con vínculos cercanos a funcionarios del gobierno de Bush. La Halliburton Corporation, que fue encabezada por el vicepresidente Dick Cheney, ya ha obtenido contratos con un valor de 2 mil millones de dólares bajo la Operación Libertad de Irak, mientras que la Bechtel Corporation goza de contratos que suman casi mil millones de dólares.

Algunos iraquíes y legisladores estadunidenses acusan que la corrupción es desenfrenada en este proceso de contratación, y que los grandes donantes de las campañas electorales de Bush y sus aliados están cosechando miles de millones de dólares en ganancias para lo que son, en el mejor caso, contratos dudosos. Mientras que el Congreso de Estados Unidos debate un gasto adicional de 89 mil millones para Irak, la "fiebre del oro", como la calificó el Washington Post, se ha convertido en un enfoque central del debate político en este país.

"Lo que estamos viendo es un desperdicio que está enriqueciendo a Halliburton y Bechtel, que le está costando a los contribuyentes miles de millones de dólares, y de hecho está frenando el ritmo de la reconstrucción en Irak", acusó el representante demócrata Henry Waxman durante una audiencia legislativa reciente.

Los republicanos se han alarmado tanto por las acusaciones de corrupción e inflación de precios, que el Senado ha aprobado una ley en demanda de mayor transparencia en el proceso de contratación con el sector privado e incrementado penas por el lucro con la guerra.

Pero no sólo está perturbado el Congreso aquí, sino el consejo de gobierno iraquí en Bagdad, impuesto por Estados Unidos, también ha cuestionado el proceso de contratación, sobre todo ciertos contratos que fueron otorgados para la compra de rifles Kalashnikov y capacitar a la policía. "No hay transparencia", afirmó Mahmoud Othman, integrante kurdo del consejo de gobierno en entrevista con el New York Times. El rotativo reportó la semana pasada que varios empresarios iraquíes han dicho que fueron obligados a pagar sobornos para obtener contratos de las autoridades estadunidenses, y a pesar de desmentidos por parte de Bechtel y promesas de transparencia, hay casi nula información disponible sobre los detalles de todos estos contratos.

"La idea de libre comercio que tiene el gobierno de Bush es que ayudas a tus amigos", comentó William Hartung, director del Proyecto de Comercio de Armas del World Policy Institute, quien escribe un libro sobre el proceso de contratación privada en esta guerra.

En entrevista con La Jornada, Hartung señaló que el gobierno de Bush solicitó a Halliburton que diseñara los requisitos para empresas que competían para contratos de reparación de los campos petroleros, y después se le permitió concursar exitosamente por estos mismos contratos.

La gigantesca empresa de construcción e ingeniería energética con sede en Texas estuvo encabezada por Cheney durante gran parte de la década anterior y aún mantiene una relación cercana con el ahora vicepresidente de Estados Unidos. Aun después de que asumió su puesto, Cheney siguió recibiendo pagos de entre 140 mil y 160 mil dólares cada año por esa empresa en lo que se llama "compensación diferida", según datos del Servicio de Investigación del Congreso.

"Bush se llevó su mentalidad de compinches de Texas y la trajo a Washington", acusó Hartung. "En verdad no lo hace verse mucho mejor que un dictador de segunda de un país tercermundista que está poniendo al frente a sus cuates". El contrato de Bechtel no es mucho más transparente, señaló, y agregó que el director de la Agencia de Estados Unidos por el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) que otorgó el contrato a esa empresa, anteriormente trabajaba para la propia Bechtel.

Hartung acusa que en ambos casos no hubo un concurso real para otorgar estos contratos y los resultados desde un inicio ya estaban definidos.

Los primeros 1.2 mil millones de dólares en contratos para Halliburton fueron otorgados sin un concurso real, y Bechtel recibió un contrato de 680 millones de dólares para trabajos de reconstrucción de la infraestructura de Irak (aeropuertos, agua, electricidad, escuelas, carreteras y edificios del gobierno) sin tener que competir con otras empresas, y después fueron otorgados en secreto otros 350 millones de dólares, según informó el Wall Street Journal.

Los detalles de los contratos estadunidenses para Irak, los cuales apenas se empiezan a conocer, confirman que algunas empresas ya están gozando de ganancias multimillonarias. DynCorp, de Virginia, por ejemplo, está cobrando al gobierno estadunidense 240 mil dólares por cada uno de los mil 500 entrenadores de policía que están enviando a Irak para capacitar a la nueva fuerza policiaca de ese país. Los alemanes y los franceses han ofrecido realizar la capacitación de la policía gratis, pero ese ofrecimiento fue rechazado por Estados Unidos.

"Es increíble", comentó James Lyons, un ex contratista militar entrevistado por el New York Times. "La gente ha de estar babeando."

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