México D.F. Viernes 10 de octubre de 2003
Fracasa reunión del gobierno con sindicatos
en huelga desde hace tres semanas
Enfrentamientos en Bolivia entre trabajadores y policías
dejan 2 muertos
Aumentan las protestas contra la exportación
de gas y por la renuncia de Sánchez de Lozada
AFP, DPA, PL Y REUTERS
La Paz, 9 de octubre. Nuevos incidentes de violencia
volvieron a suscitarse hoy entre manifestantes y fuerzas de seguridad,
que arrojaron un saldo de dos muertos y una decena de heridos, cuando los
uniformados quisieron frenar una marcha de mineros que se dirigía
a la ciudad de El Alto, vecina de La Paz.
Los enfrentamientos se produjeron en Ventilla, jurisdicción
de El Alto, la cuarta ciudad más poblada y una de las más
deprimidas del país. En esos incidentes murieron el minero José
Atahuichi, de 59 años, y el estudiante Ramiro Vargas, de 22, y además
hubo 11 heridos, tres de ellos hospitalizados.
La
policía afirmó que la muerte de Atahuichi se debió
a la detonación de dinamita, ya que su cuerpo está mutilado;
la de Vargas, herido con arma de fuego, fue confirmada en un hospital.
La ministra de Participación Popular, Mirtha Quevedo,
explicó que la operación policial-militar intentó
frenar la marcha de los mineros del yacimiento de Huanuni, porque tenía
como meta "convulsionar La Paz", adonde planeaban arribar luego se sumarse
a las protestas nacionales contra la exportación de gas.
También afirmó que los trabajadores atacaron
vehículos varados con pasajeros, con la detonación de tacos
de dinamita, y que ante esa situación las fuerzas del gobierno se
vieron obligadas a intervenir utilizando agentes químicos y balines
de goma.
La televisora privada Unitel mostró imágenes
sin editar del cadáver del minero destrozado, con un brazo cercenado.
Sus compañeros afirmaron que los uniformados los
atacaron con granadas. Un minero mostró heridas en una pierna y
cortes en sus botines, ocasionados por esquirlas.
Con los dos fallecidos de este jueves se elevó
a ocho el número de muertos de estas protestas promovidas desde
hace tres semanas por organizaciones sindicales y campesinas, que exigen
también la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
En el ínterin, fracasó una reunión
entre representantes del gobierno y líderes gremiales, ya que no
acudieron los delegados de la poderosa Confederación Sindical Unica
de Trabajadores Campesinos, que había sido pactada por la Asamblea
Permanente de Derechos Humanos.
El desencuentro se mantiene no sólo por los incesantes
incidentes de violencia en las calles, sino además porque el gobierno
sólo acepta discutir un pliego campesino de 72 puntos, y se niega
a tratar exigencias de índole política como la renuncia del
presidente, el asunto del gas o la negativa de Bolivia a la adscripción
al Acuerdo de Li-bre Comercio de las Américas.
Este día se mantuvo la convulsión social
en La Paz con un cacerolazo de mujeres que salieron a las calles,
una marcha de Montero a Santa Cruz, otros miles de manifestantes entre
maestros, estudiantes e indígenas en Cochabamba, bloqueos en la
localidad de Los Yungas, así como cortes carreteros en otros puntos
del país andino por indígenas guaraníes y cocaleros
en la zona de Chapare.
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