Implica la privatización del sector, sostienen militantes del tricolor

Rotundo no del PRI a la propuesta eléctrica oficial

Las facultades del Estado se relegan a la ley secundaria, advierten

ENRIQUE MENDEZ

La propuesta de reforma eléctrica del gobierno federal, que insiste en modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución para quitarle a la nación la exclusividad sobre el sector eléctrico, fue rechazada ayer por senadores y una mayoría en la dirigencia del PRI, pues aun cuando se presentó como un plan ''nuevo'', su redacción implica la privatización del sector, la legalización de las empresas privadas que ya generan electricidad, y porque limita al Estado a la prestación del servicio público.

Las facultades del Estado se relegan a la ley secundaria, se trasladan sólo a la Secretaría de Energía y se reducen a la ''planeación del sector, fijar tarifas de generación, respaldo, capacidad, transmisión y conducción'', y en cambio se abre el camino a los capitales privados mediante la "figura del productor externo de energía".

El senador Manuel Bartlett Díaz resumió: ''Es la misma gata, pero revolcada. La única diferencia es que ahora se presenta en formato Power Point, y no aceptaremos ninguna presión para que el PRI modifique sus documentos básicos''.

El legislador poblano, junto con sus compañeros Oscar Cantón, David Gutiérrez y Raymundo Gómez, así como el presidente de la Fundación Colosio, Rodolfo Echeverría Ruiz, acotaron que el programa de acción y la plataforma del partido prohíben a los legisladores votar a favor de un cambio constitucional.

Echeverría Ruiz retó a que quienes pretendan modificar el sentido de esos documentos convoquen a una asamblea nacional, y Bartlett advirtió que ahora el secretario de Gobernación, Santiago Creel, sabe que no tiene en la bolsa los votos del PRI.

En respaldo a esa postura, el dirigente nacional del tricolor, Roberto Madrazo Pintado, dijo frente al secretario de Energía, Felipe Calderón Hinojosa; el director de la Comisión Federal de Electricidad, Alfredo Elías Ayub, y los cuatro ex directores de la empresa, quienes la semana pasada respaldaron el proyecto de Vicente Fox, que el partido está dispuesto a negociar, pero no por ello traicionará sus documentos básicos.

''Nosotros pensamos que es necesaria una reforma energética para conformar con recursos una locomotora de la maltrecha competitividad y productividad de México... pero sí partimos de atributos fundamentales que no estamos dispuestos a negociar.''

Durante la reunión con los funcionarios de la administración federal, los senadores insistieron en que la CFE es ''absolutamente rentable'', e inclusive Elías Ayub reconoció que las ''ataduras'' de la Secretaría de Hacienda impiden a la empresa echar a andar proyectos nuevos. Los impuestos y los subsidios, dijo, son una carga para la compañía.

En ese punto del debate, Bartlett atajó: ''Bueno, entonces si es rentable se acabó el debate. Vayámonos ya''.

Ante el rechazo tajante -aunque priístas como el gobernador de Hidalgo, Manuel Angel Núñez; el senador Genaro Borrego y el dirigente cetemista Leonardo Rodríguez Alcaine se expresaron a favor de la fórmula foxista-, Calderón convocó a la cúpula del PRI, luego de la reunión de cuatro horas en la sede nacional, ''a explorar conjuntamente una propuesta, que recoja lo ya debatido y podamos diseñar nuestro propio modelo y diseñar un traje a la medida de México'' en materia eléctrica.

No obstante acotó que para el gobierno foxista confeccionar ese ''traje a la medida'' pasa por ''modificar el marco constitucional'' vigente y quitar al Estado la exclusividad en la generación, conducción, transformación, distribución y abastecimiento de energía eléctrica, como se expone en los dos documentos que la Secretaría de Energía entregó ayer a los priístas.

La reunión de ayer evidenció aún más las diferencias entre los grupos del Revolucionario Institucional. Mientras Núñez Soto, el ex secretario de Hacienda José Angel Gurría, Rodríguez Alcaine y Genaro Borrego defendieron la necesidad de una apertura, el resto de los oradores intervinieron para rechazar el modelo que se les presentó.

Más aún, cuando Madrazo habló de defender la rectoría del Estado en el sector, Bartlett señaló que esa posición no es suficiente, porque además es necesario defender que el Estado mantenga el control pleno de la industria.

Tres conferencias

Luego de cuatro horas de debate, los senadores que se oponen a la apertura salieron del salón Presidentes del PRI, y a petición de los reporteros se dispusieron a ofrecer una conferencia en un salón habilitado en la planta del Edificio 2. A punto de iniciar, por una puerta lateral que da al elevador privado entraron Madrazo, Calderón, Elías Ayub y el subsecretario de Energía, Nicéforo Guerrero, y a pesar del disgusto no tuvieron más remedio que sentarse al lado de los legisladores.

La declaración de prensa fue protocolaria, de agradecimientos mutuos por la posibilidad del encuentro, y el dirigente priísta planteó que el partido está dispuesto a explorar una alternativa, siempre y cuando la reforma no implique ''la dependencia del exterior''. Los funcionarios y Madrazo salieron del salón, pero se quedaron los senadores. Bartlett Díaz insistió en que la posición de la mayoría de la bancada en el Senado de la República es ''totalmente en contra'' de la privatización, y refirió que en la mesa se le entregó a Calderón un compendio con los argumentos de por qué han rechazado la postura oficial.

''Lo que él hizo fue defender su posición, su propuesta, pero le dijimos que era la misma (de agosto de 2002). Las nuevas ideas no existen. Nada que no hayamos discutido ya'', declaró.

Oscar Cantón ironizó: ''Sí es diferente, pero en perjuicio de los mexicanos, porque ahora se dice que la única responsabilidad del Estado es el servicio público, pero se le quita la distribución y se remite a que esto se defina en leyes secundarias''.

Para matizar la posición de los senadores, el vocero y el coordinador jurídico del CEN, Carlos Jiménez Macías y Miguel Angel Yunes, respectivamente, así como el secretario técnico del Consejo Político Nacional, David Penchyna, ofrecieron una tercera conferencia de prensa, y desde lejos Bartlett se mofó: ''Me voy a quedar a ver si lo que dicen es cierto''.

Penchyna insistió en que el proyecto que se les presentó sí es distinto al del año pasado, pero cuando se le preguntó por qué dijo: ''Es una redacción distinta'', aunque admitió que el gobierno ''sí contempla la reforma constitucional''.

Al final del día, la dirigencia resumió que tras cuatro horas de debate no hubo acuerdos, y por lo tanto no se manejó una fecha tentativa para una eventual reunión posterior.