.. | México D.F. Martes 14 de octubre de 2003
Lorenzo Córdova Vianello*
Las razones del dictamen
En su artículo El cajón de los insultos,
publicado ayer en La Jornada, el consejero electoral del Instituto
Electoral del Distrito Federal (IEDF), Eduardo Huchim, nuevamente cae en
una serie de imprecisiones y equivocaciones al referirse al dictamen y
a la resolución que el Consejo General del Instituto Federal Electoral
(IFE) aprobó el pasado 10 de octubre en relación con el caso
Amigos de Fox. Creo que resulta pertinente hacer algunas reflexiones en
torno a esas imprecisiones que, sin duda, son derivadas del desconocimiento
del dictamen:
1. El IFE siempre ha desplegado a fondo todas las atribuciones
que la ley prevé en su favor en materia de fiscalización:
nunca se ha pecado de omisión, pero tampoco de exceso. El estricto
apego a la legalidad, vale decirlo, ha sido la mayor fortaleza del instituto.
La resolución del Consejo General del viernes pasado, en la que
se confirmó que tanto el Partido Acción Nacional (PAN) como
el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) incurrieron en violaciones
a las normas de financiamiento, dentro del caso conocido como Amigos de
Fox, y se impusieron las sanciones correspondientes, es precisamente prueba
de ello.
En este caso, durante casi un año, el IFE tuvo
que enfrentar primero la negativa de la Comisión Nacional Bancaria
y de Valores y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
para entregar la información que era necesaria para las pesquisas
del IFE. Esas autoridades alegaban que los secretos bancario, fiduciario
y fiscal impedían al IFE conocer dicha información. El instituto
sostuvo en tres diversas ocasiones su derecho y reiteró sus solicitudes;
las negativas persistieron.
Por ello, el Consejo General tomó la decisión
de cerrar el caso, en un primer momento, el 9 agosto de 2001. Se trató
de una determinación necesaria para que pudiera ser conocido por
el Tribunal Electoral, que era, hay que decirlo, la única autoridad
facultada para interpretar el conflicto de normas que impedía al
IFE acceder a las cuentas bancarias. Así lo dijo el presidente del
IFE en esa sesión: "...todo el mundo ha reconocido aquí que
hay un auténtico conflicto de normas. Y en efecto, no hay mal que
por bien no venga. Espero que en el momento en que alguno de los partidos
políticos interponga un recurso ante el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación, el tribunal nos dote con una resolución,
de los instrumentos para que a futuro el IFE pueda tener toda la información
que requiere de la Secretaria de Hacienda". Afortunadamente así
ocurrió y el IFE pudo acceder a la información que a la larga
culminaría en una sanción al PAN y al PVEM de 545 millones
de pesos.
Más adelante, el IFE se vio obligado a litigar
ante tribunales federales, entre julio de 2002 y abril de 2003, contra
los amparos interpuestos por los Amigos de Fox que pretendían blindar
sus cuentas bancarias al escrutinio de la autoridad electoral. El IFE ganó
todos los juicios y recibió el respaldo de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, con lo que la información pudo fluir definitivamente.
2. La entera investigación del IFE está
encaminada a descubrir la red de financiamiento paralelo a la contabilidad
del PAN, del PVEM y de la Alianza por el Cambio, que realizó gastos
electorales en favor del candidato presidencial de esa coalición.
La existencia de un financiamiento paralelo es precisamente lo que se sanciona.
Se equivoca quien considera que la existencia de ese financiamiento es
meramente un agravante. Para decirlo con claridad: lo que el IFE determinó
es que hubo recursos por más de 91 millones de pesos -provenientes
tanto de fuentes lícitas como de fuentes ilícitas-, que fueron
erogados para apoyar la candidatura presidencial de Vicente Fox paralelamente
a los gastos electorales de Alianza por el Cambio. Es decir, la existencia
de ese financiamiento paralelo es lo que provocó diversas sanciones
que se fueron acumulando.
A saber: a) que una mínima parte de ese financiamiento,
que sumó 91 millones, provenía del extranjero; b) que otra
pequeña parte provenía de los poderes públicos (Senado);
c) que una parte sustancial la aportaron empresas de carácter mercantil;
d) que otra parte vino de fuentes no identificadas; e) que lo erogado implicó
la superación del tope de gastos de campaña, y f) que todo
ese financiamiento no se reportó al IFE. Insisto: precisamente lo
que se sanciona por un total de 545 millones de pesos es el financiamiento
paralelo, pero falta por falta.
3. Todas las sanciones que impone el IFE responden a un
sistema de precedentes; es decir, una conducta ilícita es sancionada
con base en criterios ciertos previamente establecidos. No podría
ser de otra manera porque la certeza es uno de los principios a los que
constitucionalmente está obligado el IFE. Hay que decir, no obstante,
que en el caso Amigos de Fox se determinó la comisión, entre
otros, de dos ilícitos nunca antes detectados ni sancionados: a)
financiamiento de personas que viven y trabajan en el extranjero (por 11
mil dólares); y b) aportaciones de personas no identificadas (por
más de 26 millones de pesos). Esas dos irregularidades, consideradas
graves, fueron sancionadas con el criterio más severo de los que
ha aplicado el IFE: 350 por ciento del monto involucrado. Las penas no
pueden ni deben ser determinadas arbitrariamente, ni pueden ser diferentes
en un caso o en otro. Los criterios para sancionar deben ser ciertos y
no pueden ser establecidos al antojo de la autoridad electoral, pues su
credibilidad va de por medio. ¡Si no reportar financiamiento en el
caso Pemexgate significó una multa de 200 por ciento para
el Partido Revolucionario Institucional, no reportar financiamiento en
el caso Amigos de Fox no puede no ser el mismo 200 por ciento! Se dice
que en un caso ganó la Presidencia y en el otro no, pero la autoridad
no puede ni debe (¡ay del día en que ello ocurra!) sancionar
resultados, sino conductas.
Para terminar, una última reflexión, me
da mucho gusto coincidir con el consejero Huchim en una cosa: efectivamente,
el IFE es una institución que ha contribuido enormemente al avance
democrático del país y, por ello, "debe ser respaldado de
forma decidida por todos los actores políticos y la sociedad entera".
*El doctor Córdova Vianello es autor de varios
artículos y ensayos sobre teoría política, derecho
electoral y ciencia política; profesor de la Facultad de Derecho
de la UNAM y asesor del maestro José Woldenberg Karakowsky
|