México D.F. Martes 14 de octubre de 2003
Mañana abrirán la exposición
Estética socialista en México, en el Carrillo Gil
El arte de contenido social sigue en vigor pese a su
expulsión del mercado
Cuando el miedo al pensamiento de izquierda desaparezca,
entonces se podrá valorar, señala el curador de la muestra
También se exhibirán los filmes Redes y ¡Viva
México!
MONICA MATEOS-VEGA
Cuando el miedo al pensamiento de izquierda desaparezca,
se podrá apreciar y valorar en todo su esplendor el arte de contenido
social, ése que floreció durante la primera mitad del siglo
pasado en México y que a pesar de haber sido relegado hoy tiene
vigencia estética, señaló Ricardo Pérez Escamilla,
curador de la muestra Estética socialista en México. Siglo
XX, que mañana se inaugura en el contexto del programa Revisiones
de la colección Carrillo Gil, en el museo del mismo nombre.
Con la exposición también se pretende invitar
al público ''a renovar su apreciación de estas manifestaciones
artísticas en función de las circunstancias políticas,
económicas y culturales del presente" al mostrar ''obras que no
han envejecido y merecen volverse a ver".
Pérez
Escamilla explica en el catálogo que acompaña la colección:
''La estética socialista tenía como meta primordial la consecución
de un arte accesible a las grandes mayorías, un arte público
de sentido didáctico. En nuestros días el arte identificado
con la estética socialista carece de difusión adecuada. Este
desdén -no ajeno al macartismo de los años 50 que satanizaba
el concepto- se debe en parte al desvanecimiento de la esperanza socialista
que se vio truncada en los países del Este europeo, por la desaparición
de la Unión Soviética como tal y, por otro lado, al predominio
del neoliberalismo que alienta a muchos de los gobiernos contemporáneos."
La exposición reúne 150 piezas, entre pintura
de caballete, dibujo, grabado, fotografía, escultura, así
como libros ilustrados, revistas, partituras musicales, inclusive ejemplos
de arte decorativo. Además, se proyectarán películas
representativas como Redes, ¡Viva México! y,
si se consuma el ''hallazgo", informó el curador, una cinta de Agustín
Jiménez sobre niños de Morelia.
Una gran escultura de un obrero será colocada en
la entrada de ese museo. Se trata de una pieza de Ignacio Asúnsolo,
que durante la época del presidente Lázaro Cárdenas
se encontraba en el camellón central de la avenida Juárez,
a la altura del hotel del Prado, pero que después fue ''relegada"
a la avenida del Taller para finalmente ser colocada en la fachada del
Congreso del Trabajo, ''donde casi no se ve. Propongo que el Gobierno del
Distrito Federal (a cuyo jefe, Andrés Manuel López Obrador,
haré llegar esta petición) la traslade a una de nuestras
plazas principales o la entregue en comodato al Museo Nacional de Arte",
señala el curador.
Exaltación de la ''raza de bronce''
En rueda de prensa en la que estuvo acompañado
por la subdirectora del Carrillo Gil, Sylvia Navarrete, Pérez Escamilla
lamentó que el Museo Dolores Olmedo, ahora dirigido por Carlos Phillips,
no haya prestado los bocetos del mural que Diego Rivera realizó
en 1927 en la Universidad Autónoma de Chapingo -cuyas imágenes
están presentes en esta exposición- debido a su rígido
sistema de intercambio: ''Querían darnos una manzana a cambio de
un cuarto de manzanos", puntualizó Pérez Escamilla.
El especialista detalla que la estética socialista
se distingue en México por crear nuevos prototipos de belleza, exaltando
la llamada ''raza de bronce"; el enaltecimiento del nacionalismo en la
representación de los paisajes rural y urbano, así como la
descripción de las problemáticas laborales en ambos ámbitos;
el establecimiento de nuevas figuras heroicas: el obrero, el campesino
y la mujer; el trabajo como justificación del progreso de la nación;
la lucha de clases como meta de igualdad entre ricos y pobres; y la promoción
de la educación popular y de campañas sociales (de alfabetización
o de salud) por el territorio nacional.
Explicó que el arte de contenido socialista ha
sido combatido y expulsado del mercado, ''porque no es útil a los
países poderosos que nombran a sus gobernantes bajo criterios de
intereses económicos, como sucedió en México, donde
Vicente Fox llegó a la Presidencia por mercadotecnia y no por su
ideología".
No obstante, añade el curador en su texto, ''tal
vez los mexicanos no tendríamos nuestra identidad actual sin obras
como el Monumento a la Revolución, los murales de Diego Rivera,
los vitrales de Fermín Revueltas, la Sinfonía proletaria
de Carlos Chávez, los poemas de Efraín Huerta y otras expresiones
artísticas que abonan la estética socialista.
''Aun cuando prevalece el prejuicio de que 'arte que se
identifica con la estética socialista no es arte' y pervive el recelo
por la ideología que tuvo como matriz -porque sus valores no son
afines al neoliberalismo- lo cierto es que sus obras permanecen y guardan
una legalidad estética propia."
El catálogo ilustrado con todas las obras que conforman
la exposición incluye textos de Carlos Monsiváis y Rafael
Barajas El Fisgón.
(Estética socialista en México. Siglo
XX se abrirá mañana a las 20 horas, para concluir el
12 de enero de 2004, en el Museo de Arte Carrillo Gil, en avenida Revolución
esquina Altavista, San Angel.)
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