Antonio Gershenson

Los aeropuertos y la economía

Entre las múltiples vertientes de las medidas tomadas en los aeropuertos, de las cuales se ha hablado tanto en días recientes, están sus efectos en la economía. Parece claro, pues ya sucedió en el pasado, que la economía estadunidense no se ve precisamente muy beneficiada de este tipo de medidas. En especial las líneas aéreas, y más en general el turismo y otras formas de relaciones internacionales como el comercio y la inversión internacional, no se ven favorecidas. Muchos que pueden evitar viajar a Estados Unidos, ante las actuales circunstancias, lo han hecho.

Esto se da en un contexto de déficit comercial y presupuestal del país vecino del norte. Los gastos extraordinarios para la guerra en Irak y sus derivaciones, así como la reducción de ingresos, agravan esos problemas. Y esto afecta también a la economía mexicana, orientada a la obtención del grueso de sus ingresos de las exportaciones hacia Estados Unidos.

Con un presupuesto federal restrictivo y Hacienda amenazando con la tijera, desde antes de que se hayan empezado a ejercer los recursos, tampoco se ve que la economía pueda recibir mucho impulso por ese lado. Y con un mercado interno todavía afectado por bajos niveles de empleo y de ingreso de la mayoría de la población, pues tampoco por ese lado va a estimularse la economía nacional.

Se puede afectar también la economía reduciendo los vuelos dentro del país, con la posposición de posibles vuelos nacionales de quienes quieren eludir molestias y pérdidas de tiempo. Ya no digamos lo que puede suceder con las actividades turísticas, empezando por la hotelería.

La baja en la demanda de las áreas afectadas reduce el mercado para otras zonas de la economía y generaliza los efectos recesivos. Si ya han cerrado fuentes de trabajo por diversas razones, esto agrega otras más.

Tal vez haya quienes estén felices con este panorama. Por ejemplo, los tecnócratas, quienes se alarman cuando hay crecimiento económico real, porque supuestamente eso va a "sobrecalentar" la economía, podrán estar tranquilos al respecto. Y, claro, algunos que tienen ingresos abundantes y privilegios diversos hablan de la feria según les va en ella, y dicen que vivimos en el país de las maravillas. Mientras no nos topemos con una iracunda Reina de Corazones...

Ya sólo falta que el flujo de dinero que envían los migrantes a México se vea también afectado. Y todo en lo que se anuncia como una guerra contra el terrorismo, que no deja de ser difícil de palpar.

De modo que a las múltiples razones para buscar que no se nos siga afectando con las citadas medidas aeroportuarias, se agrega otra: su efecto en la economía.