.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones

P O L I T I C A
..

México D.F. Jueves 15 de enero de 2004

Soledad Loaeza

La propuesta de George W. Bush

El presidente Bush ha presentado una propuesta relativa a la inmigración indocumentada, problema que en Estados Unidos ha adquirido enormes dimensiones. Se calcula que entre 8 y 12 millones de extranjeros viven y trabajan en ese país en la penumbra de un mundo que se ha desarrollado al margen de la ley, de ellos la mitad son mexicanos. Se trata de un asunto muy importante para Estados Unidos. Por esa razón, el gobierno de Washington ha presentado una solución elaborada de acuerdo con sus propios criterios e intereses. Como insistió en subrayarlo el presidente Bush, su objetivo no es otorgar una amnistía generalizada para todos los indocumentados que, según él mismo señaló, han violado las leyes estadunidenses. Su propósito es regularizar su situación por un periodo de tiempo determinado. De acogerse al nuevo programa, estos inmigrantes se convertirían en trabajadores legales, pero temporales, pues estarían comprometidos a regresar a su país de origen al cabo de tres años renovables. El programa no contempla condiciones migratorias de largo plazo, como podrían ser permisos de trabajo o de residencia indefinida; tampoco es una etapa en un proceso hacia la naturalización.

Para sorpresa de muchos, después de la reunión bilateral que sostuvieron en Monterrey los presidentes Bush y Fox, el mandatario mexicano mostró un gran entusiasmo ante la propuesta. "Qué más podíamos pedir", afirmó. Sin embargo, podría documentarse ampliamente la distancia entre las expectativas enunciadas por el gobierno mexicano en 2001 en materia migratoria, que fantaseaba con fronteras abiertas, y la propuesta de Washington, a pesar de que ahora el plan Bush parece ofrecer mucho más que los 200 mil permisos de trabajo que entonces había planteado al gobierno mexicano. Aunque la propuesta no incluye ninguna cifra, el simple hecho de que así sea sugiere que se está pensando en un número mucho más elevado, pero se trata de atenuar las previsibles reacciones negativas de los conservadores.

La alegría que al presidente Fox le causó el plan migratorio tenía que haber sido la misma que a uno le provoca saber que un buen amigo ha encontrado solución a un problema que era un dolor de cabeza constante. Uno se solidariza con él, aunque el problema no sea propio, pero nada más. A riesgo de parecer cínicos, tendríamos que reconocer que, si bien a todos nos concierne la condición de los mexicanos indocumentados en Estados Unidos, y querríamos aliviar la vulnerabilidad en la que se encuentran, lo cierto es que para México la migración a Estados Unidos ha sido una solución a presiones demográficas y a la limitada capacidad de nuestra economía para crear empleos. No sólo eso; las remesas que envían esos trabajadores a México son una muy significativa fuente de ingresos para millones de familias mexicanas. Así que un plan que propone devolver a México en tres o seis años cientos de miles de trabajadores que se fueron en busca de mejores condiciones de trabajo y de vida no responde precisamente a nuestros intereses, sobre todo si no logramos impulsar un crecimiento económico estable, de largo plazo y con tasas anuales superiores a 5 por ciento. Este es nuestro problema y nuestra prioridad; sin embargo, el gobierno mexicano parece haberlo perdido de vista.

El gobierno de Fox se inició con planes muy ambiciosos de cambio y de revisión de políticas y decisiones de gobiernos anteriores. La política exterior fue una de las áreas en las que los foxistas pusieron mayor empeño en mostrar un quiebre con el pasado. En la búsqueda de nuevos temas y de distinción se reacomodaron los temas, se reorientaron líneas de acción, se adoptó una nueva retórica y se propuso una nueva relación con Estados Unidos. La verdad es que no había mucha necesidad de revisarla. Desde los años 90 esa relación había transcurrido alegremente por las vías de la cooperación, entre abrazos presidenciales y la formación de firmes amistades personales entre Salinas y Bush padre, y Zedillo y Clinton. Así que en busca de cambios lo que el gobierno de Fox hizo fue adoptar las prioridades de Estados Unidos como si fueran propias, entre ellas la migración y el cambio político en Cuba. Ambos son temas viejos en la agenda estadunidense, pero en la agenda mexicana no habían sido incluidos entre las urgentes prioridades del interés nacional.

La migración fue incluida en las preocupaciones mexicanas cuando el propósito era estructurar la cooperación en la relación bilateral, reconociendo la complejidad e importancia del tema en Estados Unidos. Sin embargo, para México las soluciones a este problema migratorio no pueden ser un fin en sí mismo, son un medio para entablar una negociación efectiva con Estados Unidos sobre temas económicos que nos interesan. El gobierno de Bush requiere del apoyo mexicano para que su plan sea considerado siquiera factible; nosotros necesitamos discutir las dificultades con que se ha topado el funcionamiento real del TLCAN, el proteccionismo estadunidense, los subsidios a la agricultura, sus efectos sobre el maíz mexicano, los obstáculos a nuestras exportaciones de jitomate y aguacate. Antes de felicitarnos porque los jardineros mexicanos en San Diego estarán tres años a salvo de la migra, necesitamos discutir un programa masivo de creación de empleos en México. Si no hay trabajo aquí, Ƒa qué regresarían los antiguos indocumentados?

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email