.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
C U L T U R A
..

México D.F. Martes 16 de marzo de 2004

Continúa el proyecto de investigación de arqueología subacuática del INAH

Documenta un libro el naufragio de la flota de la Nueva España

El volumen es resultado de la labor multidisciplinaria que coordina Flor Trejo Rivera

La tragedia reveló un desastre mayor: la corrupción en la industria naviera de la época

ARTURO JIMENEZ

Octubre de 1631. Hace apenas unos días que la flota de la Nueva España, comandada por el capitán general Miguel de Echazarreta, salió del puerto de Veracruz con destino a La Habana en su tornaviaje a las costas de la sede del imperio español, en el viejo continente.

El tiempo parece favorable para la navegación. Sin embargo, a la altura de la sonda de Campeche una tormenta sorprende a las 13 naves de la flota. Los tripulantes enfrentan la violencia de los vientos y las marejadas.

Descapitalizada corona española y terribles trámites burocráticos

Al menos cinco de los barcos naufragan, entre ellos los tres galeones principales: Santa Teresa, San Antonio y el navío Nuestra Señora del Juncal, esperados con ansia por una corona española descapitalizada.

De las naves que se salvan, entre galeones y pataches (embarcaciones más pequeñas), unas regresan a Veracruz, otras siguen a La Habana y unas más se refugian en Campeche.

Pero detrás de la tragedia por la pérdida de vidas y de cargamentos -oro, plata, sedas, grana, añil- se esconde otro desastre mayor: una historia de corrupción y de mala calidad en la industria naviera.

También, un gobierno monárquico urgido de recursos que presionaba a los mandos de sus flotas, quienes ya padecían de tripulaciones no capacitadas, exceso de carga y otros errores.

Es parte de la crisis de un imperio afanado en mantener su predominio y sometido a la presión de sus competidores: Inglaterra, Francia y Holanda, que alentaban a las organizaciones de piratas.

La ansiedad en la metrópoli por el arribo de recursos de la flota de la Nueva España 1630-1631 se debe a que la flota de 1627-1628 no llegó al sucumbir a un ataque de corsarios del Caribe.

La desesperación es mayor porque la flota de 1630-1631 en realidad debió haber zarpado de España en 1629 y regresado en 1630, lo que no sucedió por los terribles trámites burocráticos.

La tormenta, gota que derramó el vaso

La historia anterior es el punto de partida del libro La flota de la Nueva España 1630-1631. Vicisitudes y naufragios (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Instituto Nacional de Antropología e Historia), escrito por varios investigadores y coordinado por Flor Trejo Rivera.

''La tormenta sólo fue un factor que desencadenó la tragedia de esa flota", dice la investigadora Trejo Rivera. Los naufragios eran comunes, pero aumentaron en el siglo XVII por las causas mencionadas.

''Lo que ya no fue común es que se hundiera más de media flota, y menos los barcos de mayor porte (tonelaje), como los galeones. A partir de la tragedia se desató una polémica en todo el imperio."

El libro La flota de la Nueva España 1630-1631. Vicisitudes y naufragios es uno de los resultados de un trabajo multidisciplinario más amplio.

Incluye ocho años de investigación documental en México, Cuba y España. Además, tres temporadas de campo en la sonda de Campeche (1997, 1998 y 2003) y otra en aguas de Veracruz, en 1999.

Su nombre es Proyecto de Investigación de la Flota de la Nueva España de 1630-1631 y es encabezado por Pilar Luna, titular de la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (La Jornada, 6 y 7 de noviembre, 1998).

La información documental reunida era tan amplia que el equipo de trabajo decidió hacer un libro que reconstruyera la vida de esa flota, enlazada a la historia de la navegación del imperio español en esa etapa del siglo XVII.

Recuperación de objetos grandes; los pequeños, en el lecho marino

Aparte del libro, se ha generado el Inventario y Diagnóstico de Recursos Culturales Sumergidos en el Golfo de México, que abarca más de cien ''anomalías" o áreas con vestigios de los siglos XVI al XXI.

De esos recorridos se han podido recuperar materiales como anclas, cañones, balas, mosquetones y otras armas. Sólo son objetos grandes que saltan a la vista, porque los más pequeños están bajo el lecho marino, aclara Trejo Rivera.

De los vestigios propios de los barcos hundidos de la flota de la Nueva España se han delimitado varias áreas y se espera poder rescatar y estudiar los primeros objetos en próximas temporadas de campo, las cuales son muy costosas.

Pronto se publicará una serie de videos sobre los trabajos del proyecto completo, adelanta Pilar Luna, quien recuerda que la arqueología subacuática mundial tiene 40 años de vida y 22 en México, país que ha logrado reconocimiento internacional.

La flota de la Nueva España 1630-1631. Vicisitudes y naufragios será presentado el próximo jueves a las 19 horas en el auditorio Fray Bernardino de Sahagún del Museo Nacional de Antropología (Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec).

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email