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México D.F. Lunes 29 de marzo de 2004

ASTILLERO

Julio Hernández López

Leonel Aznar

Romper diarios para Ƒlimpiar? culpas
Crisis en busca de chivos expiatorios

EL PRESIDENTE NACIONAL del Partido de la Revolución Democrática, y algunos delegados asistentes al congreso nacional del sol azteca, extendieron ayer a La Jornada una peculiar (aunque innecesaria) carta de confirmación de su independencia editorial. Con aparente despecho pero, sobre todo, con cobardía esencial, Leonel Godoy y algunos delegados congresistas se mostraron intolerantes, fascistoides, respecto al ejercicio periodístico de un diario que históricamente ha sido crítico de las malas causas (la corrupción, por ejemplo) y solidario con las buenas (como las causas indígenas y sociales, tan ausentes del debate perredista actual, centrado más bien en los afanes por recomponer de cualquier manera el negocio político-electoral en crisis). Enojados porque un diario de izquierda no es cómplice de sus trapacerías malamente disfrazadas, Godoy y sus inquisidores llegaron al extremo infantil de hacer confeti con las ediciones de La Jornada a su alcance (al cierre de esta columna se ignoraba si algún resolutivo del congreso perredista ordenaría la instalación de alguna hoguera a la que fuesen destinadas otros materiales de esta casa editorial).

PILLADO EN FALTA por la superioridad cardenista (que desde hace rato trataba de desmarcarse del perredismo ya obsolescente, para dedicarse abiertamente a la construcción de una cuarta plataforma presidencial presuntamente nacionalista), Godoy no encontró mejor manera de tratar de evitar la orfandad política que culpar a otros de los errores propios. En una nota de 1878 palabras, firmada por Blanche Petrich y Renato Dávalos, estaban las 32 palabras de las que ayer el michoacano buscaba entre desfiguros desdecirse aunque fuese recurriendo al cómico expediente de pretender que los políticos entrevistados por reporteros tienen el "derecho" de hablar con ellos sin que lo declarado deba ser difundido: "Lo que no haré -había dicho Godoy- es adoptar la propuesta de Cuauhtémoc Cárdenas de restructurar las instancias de dirección; que todos renuncien y yo nombre nuevos liderazgos. Eso me convertiría en un dictadorzuelo". El enérgico presidente nacional perredista no se dio cuenta de la gravedad de sus palabras hasta que el propio Cárdenas le entregó la renuncia a todos los cargos partidistas hasta ahora habidos. Fue entonces cuando Leonel descubrió que las palabras destacadas en un sumario de la nota principal de La Jornada eran falsas, pues, de no haberse producido la reacción del ex gobernador de Michoacán y del Distrito Federal, Godoy habría seguido tan campante.

PERO LAS CONSECUENCIAS políticas de sus palabras imprudentes le parecieron tan devastadoras que le llevaron a arremeter contra un diario, además de llenarle de líquido los ojos y de impulsarle a presentar una renuncia engañosa (no irrevocable, como la de Cárdenas, sino especialmente deseosa de ser revocada, para así aprovechar el momento y conseguir el voto de confianza que días antes había anunciado que buscaría en este congreso). Impreciso, demagógico, sin dar nombres ni más datos, dijo: "Hay una corriente, hay una posición partidista en La Jornada, que la ha asumido constantemente y se involucra en los asuntos internos del PRD". El embate de Godoy provocó reacciones que hicieron recordar lo sucedido el pasado 18 en Madrid, cuando unos 4 mil miembros del Partido Popular se lanzaron verbalmente contra el Grupo Prisa (que imprime el diario El País), la Cadena Ser y Telecinco, acusándolos de manipuladores. Acá, en México, Leonel Aznar logró con su discurso que algunos de quienes le escuchaban rompieran en pedazos los ejemplares de La Jornada que llevaban.

EL ENEMIGO, EL maligno, era el diario que reproducía las palabras de un dirigente partidista que nunca se ha distinguido por su sagacidad intelectual ni su precisión verbal: 32 palabras impresas en hojas de papel reciclado serían el chivo expiatorio de la crisis de los videos digitales a todo color; el problema no es la corrupción, ni el abandono de las causas populares, ni las mafias mercenarias habilitadas como corrientes, sino el hecho de que un diario se meta en los asuntos internos del PRD, al haber reproducido las palabras de un burócrata de partido que provocó consecuencias en su jefe histórico por lo demás ni tan impensadas ni tan automáticas, sino más bien en curso y bastante esperables con uno u otro pretexto. El hombre que siempre ha hecho su carrera política a la sombra de los Cárdenas se enojó con La Jornada porque los editores de este diario no le corrigieron con comprensión y complicidad su expresión de "dictadorzuelo" y porque aquí se ha difundido abiertamente la triste realidad de ese partido sin videos, pero con datos, hechos y razones.

TALES SON LOS saldos de un domingo con más negro que amarillo: el PRD vuelve a mostrar que no tiene salida ética. Busca revolturas y fórmulas mágicas que le permitan aparentar mejorías sin querer enterarse de que se ha desfondado; que el cinismo, la corrupción y, en varios casos (como el del declarante Leonel Godoy) la cobardía, le han hundido. Partido irremediablemente partido en tribus de canibalismo capaces de darse tarascadas a sí mismas en momentos de hambre extrema. El portafolios de Bejarano como cumbre gráfica (y por ello condenable, por haberse permitido el pecado de la videograbación) de las muchas y crónicas transas cotidianas de una estructura partidista dedicada a lo electorero, a los arreglos redituables, a la convivencia política entendida como chantaje al poder que se dice combatir. Congresos (como el de ayer) que son simples mecanismos de reacomodos presuntamente ingeniosos de las mismas cuotas grupales, de los mismos intereses corruptos, de las mismas prácticas y tendencias sucias. El ingeniero se va de los cargos como preámbulo a su despedida mayor, al tiempo que la cúpula le pide que reconsidere, tal vez para demostrar que el PRD no es un partido caudillista. Pero ni el michoacano ni su contraparte tabasqueña más aplaudida en comparecencia pública reciente tienen interés en seguir cargando el fardo llamado PRD. No hay futuro, aunque de ello se pretenda culpar a un diario por el gran pecado de no ser cómplice ni partidista.

Fax: 5605-2099 [email protected]

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