Las mexicanas Emma Cabrera y Margarita Cabello quedaron segunda y tercera

El keniano Philip Metto y la rusa Albina Gallyamova dominaron el maratón capitalino

En varoniles Jusús Capula ocupó el tercer lugar; criticó la participación de tantos kenianos

ROSALIA A. VILLANUEVA

Una vez más los corredores de Kenia dominaron el maratón Internacional de la Ciudad de México, en su edición 22, con el 1-2 que hicieron Philip Metto y Charles Nyamoki.

En la rama femenil también las extranjeras impusieron sus condiciones con el triunfo de la rusa Albina Gallyamova. Los mexicanos, tanto en hombres como en mujeres, ocuparon el lugar tres, con Jesús Primo Capula, y segundo y tercero, con Emma Cabrera y Margarita Cabello.

Metto, quien el año pasado quedó en segundo lugar, en esta ocasión obtuvo el triunfo, aunque debió esperar hasta el kilómetro 29 para irse en solitario, una vez que sus 11 compatriotas participantes trabajaron exitosamente en equipo por la nueva ruta de 42.195 kilómetros que por primera vez pasó por los alrededores de la Basílica y el trayecto fue casi plano.

El ganador empleó un tiempo de 2:18.12 horas, seguido de Nyamoki, con 2:20.32, y del mexiquense Capula Torres, que cronometró 2:20.32. De los 12 competidores de elite que cruzaron primero la meta, cinco fueron de Kenia, lo que evidenció más la crisis que hay en el atletismo nacional de fondo.

La carrera se desarrolló bajo un cielo nublado que por momentos amenazaba con lluvia, pero eso no impidió que los atletas tomaran la salida programada con una diferencia de 20 minutos entre hombres y mujeres, frente a Palacio Nacional, repleto de familias apostados detrás de las vallas para apoyar a los miles de competidores.

Puntearon 18 corredoras

Las damas, en menor número que los varones, comenzaron a dispersarse por las calles del Centro Histórico para enfilar hacia Lázaro Cárdenas hasta llegar a la Calzada Guadalupe, donde un grupo de 18 corredoras tomó la punta de inmediato con la keniana Lucia Subano, América Mateos, Emma Cabrera, la rusa Gallyamova, Margarita Cabello, Paola Cabrera, Erika Guevara y Dulce María Rodríguez, entre las más conocidas.

La gente aplaudía al verlas y hasta los peregrinos que iban a la Basílica se distraían por la numerosa caravana de patrullas, vehículos oficiales y 16 motociclistas que las resguardaban, mientras los 30 reporteros que cubrieron ambas competencias eran transportados en la única micro, y otros más en un par de periqueras de fotógrafos.

El pelotón femenil se mantuvo compacto y tanto extranjeras como mexicanas se disputaron el liderato por largo rato, mientras Isaac Kimaiyo, Boaz Loroupe, Wilson Kibet hacían lo mismo con el contingente varonil, donde el veterano Benjamín Paredes tuvo un destello fugaz para ponerse en tercer lugar, pero poco le duró el gusto, ya que a la mitad de la competencia comenzó a rezagarse.

La armada africana, encabezada por Kimaiyo, impuso el ritmo al acelerar y aflojar el paso a placer, cadencia a la que se sometió al resto de los competidores, inclusive el poblano Jaime Portillo, a quien dejaban escapar algunos metros para volverlo a cazar, como lo hicieron en el kilómetro 25 cuando rebasaron a las mujeres.

Así se mantuvieron hasta que Metto se convirtió en el líder y no abandonó la posición hasta cruzar la meta frente a la Catedral, donde casi media hora después llegaría triunfal la rusa Gallyamova con tiempo de 2:43.17, por delante de Emma Cabrera (2:45.17) y Margarita Cabello (2:45.24).

Este fue el sexto triunfo en maratón para la europea, quien ha competido en seis pruebas similares en igual número de meses, desde que radica en el estado de Zacatecas, sin la atención de un entrenador y médico. "Yo corro por gusto no por dinero'', declaró categóricamente la atleta de 40 años.

Al final de la carrera, el mexiquense Capula se quejó de la numerosa participación de kenianos, porque eso impide a los mexicanos sobresalir, por lo que sugirió a los organizadores imponer un mayor control en las inscripciones.

Sin embargo, la directora del Instituto del Deporte del Distrito Federal (IDDF), Dione Anguiano, dejó en claro que no se les puede discriminar; "si ellos cumplen con los requisitos de competencia no hay por qué limitarlos'', concluyó.