RUTA SONORA

Patricia Peñaloza

El vals de Café Tacvba

COMO EN TODA fiesta popular de XV años, ponerse un poco sentimental no extraña a nadie, y menos cuando con emoción de tío ebrio, uno puede ver que "aquella niña deja los juegos para comenzar a ser una mujer, que sus partecitas han crecido, que sus alas se despliegan para emprender un vuelo cada vez más alto". De la misma manera, quienes hemos seguido la trayectoria del grupo-orgullo de Ciudad Satélite, Café Tacvba (que los días 6 y 7 de octubre ofrecieron dos conciertazos para celebrar sus 15 años de existencia), advertimos casi con orgullo esa evolución y crecimiento que los erige actualmente como la banda de rock más importante de México y Latinoamérica. ƑCómo es posible afirmar esto tan categóricamente?

EN 1989, UN grupo de amigos diseñadores (más un ingeniero electrónico), nautas de los Circuitos Ingenieros, Escultores o Navegantes, decidió ubicarse al margen de lo recurrente entre quienes armaban bandas de rock más por relajo que por alcanzar un posicionamiento masivo (en aquel entonces era impensable). Así, con bagajes que no sólo venían del new wave sino del danzón, el cha cha chá y el bolero que oían sus papás, surgió primero el grupo Alicia ya no vive aquí. Cambiarían su nombre a Café Tacvba, en honor al restaurante de la calle Tacuba, entonces frecuentado por una nueva generación que buscaba retomar al Centro Histórico como entorno , así como dejar de considerar "naca" la música tradicional, la imaginería popular. De aquí la esencia que hasta hoy conserva el cuarteto: un proyecto musical mestizo (el café proveniente de Arabia y España, más el vocablo nahuatl "tacuba"), capaz de fundir el rock contemporáneo con la idiosincrasia local, como otros grupos hicieron, incitados a su vez por las propuestas de Botellita de Jerez, Jaime López o Rockdrigo González. A diferencia de los tacubos, la mayoría de su generación se fue quedando en el camino.

MUSICALMENTE, CAFE TACVBA unió dos elementos aparentemente opuestos: la música tradicional (con todo y tololoche) con la electrónica (entonces, nadie lo hacía). Con letras irónicas, recreaban las pachangas de unos darks en Garibaldi, o la preferencia de un joven por la belleza de la sirvienta indígena de su novia (Café Tacvba, 1992). La coronación de su estilo llegó con el disco Re (1994), donde la fusión de lo folclórico fue contundente, en temas como El puñal y el corazón (danzón y mambo), Esa noche (bolero), El Aparato (huapango) o Ingrata (polka norteña), todo ello mezclado con rock, funk y punk. Los temas de sus canciones irían de las preocupaciones sociales a las existenciales, pasando por un álbum instrumental. La fusión folclore-rock variaría hasta Cuatro caminos (2003), en que por primera vez usaron batería, bajo, y demás elementos tradicionalmente roqueros.

LO DEMAS ES historia: siete discos (uno de ellos doble, un EP y uno de éxitos); premios nacionales e internacionales; discos de oro y platino; soundtracks; reconocimientos en revistas como Rolling Stone, Spin o Uncut.; ganadores de premios MTV, así como del Grammy internacional y el Grammy Latino.

MAS PARA ELLOS, la clave no radica en los reconocimientos sino en la pasión, la honestidad, la congruencia y el rigor férreo con que trabajan. Quienes han laborado con los "tacubos" sabrán de su alta disciplina; que el dinero que ganan lo invierten más en equipo que en ellos; que no dejan de estudiar y prepararse musicalmente, por lo que siempre se renuevan y suenan frescos; que son congruentes con sus principios (suelen apoyar causas sociales). Pero sobre todo, que cuentan con una humildad tal que les ha hecho mantener los pies en la tierra, jamás sobrevalorarse o sobre-exponerse, y clarificar sus objetivos artísticos. Han sabido cocinarse a fuego lento y es con su amplitud de propuesta, que son escuchados por la niña fresa, el carnal del Chopo, o la bandita de Neza. Como dice Emmanuel del Real (tecladista, compositor y programador) en su página de Internet: "Cada uno tiene una visión o una expresión artística muy especial, que sumada resulta lo que es el grupo. Aquí lo bueno es que funcionó, y lo más inteligente de esto ha sido saberlo administrar para poder seguir haciéndolo".

POR TODO ESTO, no se ve de cerca otra banda que tenga la solidez y credibilidad que hoy posee Café Tacuba, equiparable sólo a bandas como la argentina Soda Stereo en los años 80. El más sincero reconocimiento desde esta tribuna a la vivacidad emotiva de Rubén Albarrán y sus múltiples personalidades; a la genialidad musical y sensibilidad naïve de Emmanuel del Real; a la melodía y sostén groso de Quique Rangel; a la curiosidad existencial y estética de Joselo Rangel. Gracias a Café Tacvba por estos 15 años de brincos y corazón. ƑMe permiten bailar con ustedes este vals?

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