México D.F. Domingo 10 de octubre de 2004
Es considerado el teórico con mayor influjo
en el mundo occidental contemporáneo
Falleció el filósofo francés Jacques
Derrida, padre de la deconstrucción
Ultimo sobreviviente del grupo pensadores del 68,
en el que participaban Althusser, Lacan y Foucault, entre otros Su
método nació como respuesta al predominio del estructuralismo
AFP Y DPA
Paris, 9 de octubre. El filósofo francés
con mayor influjo en el mundo occidental contemporáneo, Jacques
Derrida, cuyo nombre aparece indisolublemente ligado a un método
de pensamiento del que fue artífice y que se conoce como deconstrucción,
falleció la noche del viernes a los 74 años, en un hospital
de París, a causa de cáncer de páncreas.
Quienes lo acompañaron en sus últimos momentos,
afirman que murió ''sin sufrir'', tras un periodo de hospitalización
que se prolongó por tres semanas.
Derrida era el último sobreviviente de un grupo
identificado como pensadores del 68, el cual integraban Althusser,
Lacan, Foucault, Barthes y Deleuze.
El
presidente francés, Jacques Chirac, lamentó la desaparición
de quien consideró ''una de las mayores figuras en la vida intelectual
de nuestro tiempo".
Si bien su trabajo se conoció, comentó y
asimiló en varios países, fue en Estados Unidos donde su
pensamiento tuvo una acogida más generosa y atenta: "allí
experimenté menos censura, barreras y conflictos que en Francia",
comentó en una reciente entrevista con el diario francés
L' Humanité.
En Estados Unidos tenía el estatuto de "estrella
de la filosofía", merced a la deconstrucción, noción
que permeó toda su propuesta filosófica.
Derrida estaba convencido de que el mundo occidental se
basaba en la premisa equivocada de que se puede confiar en el verdadero
e inamovible significado de las palabras y los conceptos.
Con el método referido, intentó comprobar
que no es posible establecer un significado válido, definitivo para
los textos. Este principio es la base de la tesis de que ningún
pensamiento y ningún concepto pueden ser interpretados de manera
absoluta. Un análisis verdadero y objetivo de los textos sería,
por tanto, imposible.
En su libro Psyché. Invenciones del otro, explicó
que en los años 60 la corriente del estructuralismo "dominaba y
la deconstrucción parecía ir en ese sentido, ya que la palabra
significa una cierta atención a las estructuras, pero es también
un gesto antiestructuralista. Y su éxito se debe, en parte, a este
equívoco".
Deconstruir -se lee en el Diccionario de hermenéutica
de la Universidad de Deusto, Bilbao- "consiste en deshacer, en desmontar
algo que se ha edificado, construido, elaborad,o pero no con vistas a destruirlo,
sino a fin de comprobar cómo está hecho ese algo, cómo
se ensamblan y se articulan sus piezas, cuáles son los estratos
ocultos que lo constituyen, pero también cuáles son las fuerzas
no controladas que ahí obran".
Las teorías de Derrida despertaban memorables pasiones.
La universidad británica de Cambridge fue escenario de una gran
polémica en 1992, cuando se anunció la intención de
otorgarle un diploma honoris causa. ''Es un escéptico genial
que cuestiona las ortodoxias'', dijeron algunos. ''Las doctrinas absurdas
de Derrida niegan la distinción entre realidad y ficción'',
respondieron otros. Finalmente, el diploma le fue otorgado tras una dividida
votación, procedimiento muy raro en Cambridge.
Hijo
de padres judíos, Derrida -nacido en Argelia un 15 de julio- abrevó,
sobre todo, de los filósofos del existencialismo, desde Kierkegaard
hasta Heidegger, Camus y Sartre.
Ingresó en 1950 en la Escuela Normal Superior de
Francia y fue profesor asistente en Harvard (Estados Unidos) y luego en
La Sorbona (Francia).
En 1965 fue nombrado profesor de filosofía en la
Escuela Normal Superior donde ocupó, junto con Althusser, la función
de director de estudios. Más tarde impartió clases en París
y diversas universidades estadunidenses, entre ellas Yale y John Hopkins,
entre otras.
En 1982 estuvo encarcelado unos días en una prisión
checa por apoyar a intelectuales disidentes. En esa época se comprometió
en una amplia reflexión sobre la institución filosófica
y la enseñanza de esta materia, creando en 1983 el Colegio Internacional
de Filosofía, que presidió hasta 1985.
Entre sus 80 libros, que constituyen un diálogo
sin concesiones con la metafísica occidental, destacan La escritura
y la diferencia, La diseminación, Márgenes
de la filosofía, Glas, La verdad en pintura, Para
Paul Célan, Del espíritu, Heidegger y la pregunta,
Invenciones del otro, Del derecho en la filosofía,
Espectros de Marx, Aporías y Resistencias del sicoanálisis.
Jacques Derrida lucía una abundante cabellera canosa
y tenía su residencia en los suburbios del sur de París.
Abuelo, casado con una sicoanalista, había tenido un hijo con Sylviane
Agacinski, quien luego se convirtió en la esposa del ex primer ministro
francés Lionel Jospin.
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