México D.F. Domingo 10 de octubre de 2004
Dame Malvina y Encarnación Vázquez
ofrecieron gala de ópera en el Juárez
Virtuosismo vocal en la fiesta del espíritu
La soprano neocelandesa encomia el trabajo de la Orquesta
del Teatro de Bellas Artes
FABIOLA PALAPA QUIJAS ENVIADA
Guanajuato, Gto., 9 de octubre. Dame Malvina Major
y Encarnación Vázquez, dos de las voces más importantes
del arte lírico contemporáneo, ofrecieron este viernes un
concierto operístico con la Orquesta del Teatro de Bellas Artes,
bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, en el Teatro
Juárez de esta ciudad.
Ataviada con vestido verde, Vázquez hizo gala del
virtuosismo de su voz al interpretar las arias Nacqui all' anfano
y Non piú mesta, de la ópera Cenicienta, del
italiano Gioacchino Rossini, en la versión 32 del Festival Internacional
Cervantino.
La
cantante mexicana, que ha obtenido premios en los concursos como Carlo
Morelli, Oralia Domínguez y Fanny Anitua, se ha distinguido a lo
largo de su trayectoria por su amplio repertorio, que incluye música
de cámara, sinfónica, ópera y contemporánea.
El público permanece en silencio para saborear,
una a una, las melodías que ejecutan los músicos de la OTBA.
En el escenario, la intérprete mexicana desborda energía,
mientras su voz resuena por todo el foro. Sus virtudes han quedado grabadas
en los presentes y el hechizo de su canto reafirma a la mezzosoprano como
la gloria nacional.
Encarnación Vázquez lucía feliz de
compartir el escenario con la soprano Dame Malvina y también de
presentarse nuevamente en la fiesta del espíritu, que ha
significado mucho en su trayectoria artística.
En su momento, la soprano de Nueva Zelanda entonó
obras de Wolfgang A. Mozart como Le nozze di figaro Porgi amor y
Canzonetta sull' aria, mientras Vázquez deleitó a
los asistentes con la inconfundible pieza Voi che sapete.
Malvina Major es la primera artista neocelandesa que se
presenta en México, y sobre la Orquesta del Teatro de Bellas Artes,
comentó que se ubica como una de las mejores a escala mundial. Además
se mostró contenta y afortunada de trabajar con Enrique Patrón,
"que conoce todas las óperas y sabe todas las palabras".
Absoluto silencio después del intermedio. Patrón
de Rueda comienza a dirigir el intermezzo de la ópera L'amico
Fritz, de Pietro Mascagni. Tras finalizar la obra, una lluvia de aplausos
empieza a sonar en el teatro, hasta que el director concertador agradece
la ovación.
En un solo concierto se mostró la elegancia de
la ópera y la música clásica. Malvina y Vázquez
reivindicaron su potencia y estilo vocal para interpretar Ebben?, ne
andró lontana, de La Wally, de Alfredo Catalani; Vissi
de Arte, de Tosca, de Giacomo Puccini; Carceleras, de
Las Hijas de Zebedeo, de Ruperto Chapí, y Vilja, de
La viuda alegre, del austriaco Franz Léhar.
La belleza vocal de las intérpretes y la majestuosidad
del edificio del Teatro Juárez se mezclaron en una velada musical
cervantina. La gala finalizó con la Barcarola, de Los
cuentos de Hoffmann, de Jacques Offenbach, con las dos artistas, pero
ante la ovación del público, Malvina y Vázquez regresaron
al escenario para interpretar dos arias más.
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