México D.F. Lunes 18 de octubre de 2004
Concluyó el encuentro libresco convocado
por el GDF
La feria del Zócalo mostró que la gente
sí lee: Leyva
El secreto de la actividad, que hace los volúmenes
accesibles
El hábito, un acto de democracia, define el coordinador
MERRY MAC MASTERS
Se
derrumbó el mito de que los mexicanos no leen y que los pobres en
México no se interesan por la lectura.
Una de las ''grandes ganancias'' de Feria del Libro en
el Zócalo, cuya cuarta versión concluyó ayer, ha sido
''demostrarnos que la gente sí lee'', afirma el coordinador del
encuentro, José Angel Leyva, quien recomienda: ''hay que sacudirnos
esta actitud demagógica de elaborar programas y proyectos que en
realidad no tienen como finalidad poner el libro al alcance de la sociedad''.
Los editores, a su vez, entendieron el mensaje: para que
la gente lea hay que hacer accesibles los libros. Más allá
de las ofertas, el público tiene que, literalmente, tropezarse con
los libros para que se vea tentado, no sólo a sobar y leerlos, sino
también a comprar.
Según Leyva, existe la idea falsa de que en la
Feria del Libro en el Zócalo se ofrecen saldos de ediciones que
no tienen mayor relevancia. Para el funcionario, no obstante, la lectura
tiene que ver con un acto de democracia, en el que el individuo elige y
decide qué quiere leer. La Feria del Libro en el Zócalo ofrece
esta posibilidad porque, al ser abierta y gratuita, lo que se busca es
la aproximación con los lectores para que no tengan "ningún
argumento para decir: 'no podemos asistir'''. Las más de 500 actividades
presentadas tampoco tuvieron costo alguno para el público, cuya
asistencia se reflejó favorablemente en los puestos.
Para el entrevistado, la del Zócalo tiene bien
definido su perfil en la medida que es una feria para los lectores. Explica:
"Las ferias de libro como la de Francfort, Alemania y Guadalajara, que
son muy importantes, son ferias de encuentro de editores para ver derechos
de autor, y también son vitrinas de los autores para dar a conocer
sus trabajos. Aquí viene el autor y tiene un contacto directo con
un público que quizá nunca ha escuchado su nombre''.
Aparte de su aspecto literario, la del Zócalo también
es un festival cultural, que cuenta con dos ciudades invitadas (en esta
ocasión fueron Fortaleza, Brasil, y Guadalajara, Jalisco). Para
Leyva, una feria equivale a ''un puerto donde se embarcan todos los esfuerzos
de fomento a la lectura. Aquí, vienen en busca de este punto de
encuentro los más de 600 libro clubes que apoya la Secretaría
de Cultura de la ciudad de México''.
Ya que siempre hay lugar para mejorías, Leyva señala
la necesidad de hacer más atractiva el aspecto general de la feria.
Si la primera versión estuvo ''muy ligada con la estética
de la pobreza, que es lo que domina en nuestro medio'', para la próxima
se piensa conseguir patrocinadores para "cambiar esa imagen y hacerla más
cómoda. Por ejemplo, nos dimos cuenta en el transcurso de la feria
de que no había lugares donde sentarse, entonces tuvimos que rentar
algunas bancas".
Debido al éxito del encuentro de bibliotecas mexicanas
y brasileñas, la Dirección General de Bibliotecas, del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, ha propuesto que esa experiencia
se repita el próximo año, sea cual fuere el país representado.
Otra innovación fue la exhibición de escultura.
Ayer, Juan Soriano se dio una vuelta para ver las dos piezas suyas incluidas.
Marek Keller anunció que el artista inaugurará el martes
19, a las 12:30 horas, en la ENEP Acatlán, una muestra de bronces
y grabados. Para enero de 2005 Soriano prepara una exposición de
esculturas monumentales en frente de la torre de rectoría de la
UNAM, lo que viene a ser apenas su segunda muestra en ese plantel después
de más de 60 años.
Durante el intercambio de 10 días de ''experiencias
urbanas'', la delegación de Brasil mostró tanto interés
luego de conocer el Faro de Oriente que su director, Benjamín González,
fue invitado a viajar al país sudamericano para hablar de ese "modelo
de reconversión social".
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