Entraría en una situación bastante difícil que obligaría a otro apretón al gasto, dice

Prevé el GDF mayor austeridad y recortes si niegan techo de deuda

La petición de $2 mil 500 millones, acorde con su capacidad de pago, señala director de Finanzas

RAUL LLANOSA, GABRIELA ROMERO Y LAURA GOMEZ

De concretarse el recorte presupuestal de 9 mil millones de pesos, derivado de la descentralización educativa, el Gobierno del Distrito Federal entraría en una situación "bastante difícil" que obligaría a "un apretón mucho muy grande" en el gasto de la ciudad, y a que se den "recortes muy severos" en algunas áreas de la administración pública local.

Así lo advirtió ayer el oficial mayor del gobierno capitalino, Octavio Romero Oropeza, quien dejó en claro que pese a ello se garantizarán los recursos necesarios para mantener los programas sociales de beneficio para la población de menores recursos, además de que se descartaría cualquier posibilidad de despido de la planta laboral al servicio de la ciudad, a quienes además se les daría el aumento salarial de ley.

Durante su comparecencia ante las comisiones unidas de Administración Pública Local y de Asuntos Laborales de la Asamblea Legislativa, el funcionario expresó que a la par de esa situación se seguiría con la política de austeridad. Luego, el perredista Emilio Fernández le preguntó si era posible más racionalidad en el gasto del GDF.

"En el primer año de esta administración -respondió Romero- fue relativamente fácil el apretón de tuercas; en el segundo no hubo que echarle mucha galleta; en el tercero ya empezó a complicarse, porque había ya menos tela de dónde cortar, y en este año todavía se lograron ajustes.

"Entonces, yo creo que todavía se puede seguir con la austeridad, aunque será cada vez más difícil"; no obstante, remarcó el funcionario que la concreción de la reforma al artículo 122 constitucional obligaría a ajustar aún más el cinturón.

Respecto de las áreas en las que habría más austeridad, dijo que los ahorros podrían salir de una estrategia de mayores compras consolidadas, sobre todo en las delegaciones, donde la adquisición de papel, automóviles, vales y seguros permitiría realizar los ajustes.

Otros golpes al presupuesto

En este contexto, el director de Administración Financiera de la Secretaría de Finanzas, Edgar Amador Zamora, advirtió por otro lado que una eventual negativa del Congreso de la Unión a aprobar el techo de endeudamiento solicitado por el GDF, de 2 mil 500 millones de pesos provocaría que el recorte real de recursos, sumados los derivados de la reforma al 122 constitucional, fuera de 11 mil 500 millones de pesos, que sería un "golpe muy duro para la ciudad y llevaría a recortar aún más el gasto para garantizar la prestación de servicios a la ciudadanía".

Se cancelarían, dijo, diversos proyectos del Metro, como la modernización del mando centralizado en las líneas 8, 9 y A; el nuevo banco de pruebas de tarjetas electrónicas digitales del sistema de pilotaje automático (SEAT); la rehabilitación de carros de rodadura neumática y la adquisición de 45 nuevos trenes para la línea 2.

También se afectarían obras de infraestructura, drenaje, agua potable y residual -en las que se calcula invertir 367 millones de pesos- y tampoco se gastarían 40 millones de pesos en el combate a la delincuencia.

La aprobación del techo de deuda solicitado, que "no debería tener ningún problema, pues está acorde con la capacidad de pago del GDF", implicaría una disposición bruta por 5 mil 430 millones de pesos, debido a amortizaciones estimadas por 2 mil 930 millones, y garantizaría el funcionamiento de la ciudad, pero "la decisión final la tienen los legisladores federales y confiamos en que esté basada en cuestiones económicas y no de otra índole", afirmó.

Mientras, en una reunión de trabajo con diputados de la Comisión de Transporte de la ALDF, el director del Fideicomiso para el Mejoramiento de las Vías de Comunicación (Fimevic), Rodrigo Rey, reconoció que el presupuesto de esta entidad aumentó en 206 millones de pesos, ante la necesidad de concluir el 31 de diciembre la segunda etapa del segundo piso, el deprimido de la calle de Rosales y el puente de Prolongación San Antonio.

Dichas obras están blindadas y estamos en proceso de cerrar los contratos respectivos, para lo cual se cuenta con 400 millones de pesos, aunque el recorte cancelaría la construcción del segundo piso en Viaducto, los puentes del Eje 3 Oriente, la continuación del Eje 5 Poniente, otros corredores confinados de transporte y provocaría una recesión en la industria de la construcción y un incremento del desempleo.

"Sería un desastre que se contrajera ese sector por esa situación, pues tiene un impacto en otras ramas económicas. Ojalá y se acuerde que sea un proceso gradual y no se detenga la obra pública de la ciudad, ya que tan solo del distribuidor vial dependen 10 mil personas de manera directa y aminore el impacto por la reforma al 122, para que no se detenga la obra pública de la ciudad", consideró.