México D.F. Jueves 28 de octubre de 2004
Demandan que refleje las posturas de todos los
sectores y proteja al maíz de los transgénicos
Productores exigen a diputados replantear la ley de
bioseguridad
Usabiaga reprueba que ''intereses mezquinos'' cierren
las posibilidades de la tecnología
Comisión Intersecretarial propone experimentar
con grano modificado para dejar de especular
MATILDE PEREZ U.
El secretario de la Comisión Intersecretarial de
Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, Víctor
Manuel Villalobos Arámbula, se manifestó por que en México
se inicien las experimentaciones en el campo del maíz transgénico,
para "dejar de estar en la especulación, pero antes hay que tener
una ley para tomar decisiones''.
A
su vez, el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Javier Usabiaga
Arroyo, comentó que "nadie tiene derecho de privar a los hombres
del campo de su desarrollo. Si hablamos de eliminar la pobreza, la tecnología
es una forma; no la cerremos por intereses mezquinos".
Tanto en su participación en la reunión
anual del Grupo Consultivo sobre Investigaciones Agrícolas Internacionales
(CGIAR, por sus siglas en inglés) como en posterior entrevista,
el titular de la Sagarpa destacó que el gobierno ''está muy
atento y tiene sumo cuidado con los desarrollos tecnológicos; no
hay ningún peligro para la sociedad ni para la biodiversidad'' por
la producción de transgénicos.
Explicó que desde hace varios años se siembra
algodón, soya y jitomate transgénicos, y ''los productores
están fascinados con los resultados, porque tienen mayores rendimientos,
lograron mejor calidad en su producción y han abatido costos".
Antes, durante su participación en la reunión
anual de CGIAR, apuntó que la internacionalización de la
agricultura y el intercambio de productos no deben ser vistos como una
amenaza para los países, "si mantenemos un equilibrio en las balanzas
comerciales y disponemos de los espacios económicos necesarios para
mantener sanas nuestras economías".
La agricultura, abundó ante el presidente de la
CGIAR, Ian Johnson, "ha enfrentado prejuicios y mitos en su devenir, de
allí la importancia de fomentar y difundir las bases científicas
de las disciplinas agroalimentarias (...) Paradójicamente, los conocimientos
nuevos muchas veces nos desconciertan y, justamente, la apropiación
de ellos nos da seguridad y certeza. Los conocimientos desconciertan a
los ignorantes, por ello no hay que promover prejuicios ni mitos".
Cuando decía esto, un grupo de activistas de Greenpeace
se levantaron de sus asientos y mostraron carteles con mensajes en inglés
exigiendo que se detenga la siembra y producción de transgénicos,
para luego lanzar a la mesa del presidium un montón de maíz,
mientras a los asistentes entregaron pequeñas bolsas con granos
de maíz blanco con la leyenda: "no permitamos que roben nuestro
tesoro".
Usabiaga Arroyo no se inmutó y continuó:
"estamos conscientes de la interdependencia, la responsabilidad ética
que estos temas implican; son intensos los trabajos que la comunidad internacional
debe realizar en la armonización de políticas y programas
para el desarrollo, en particular respecto a la biodiversidad, la biotecnología
y la bioseguridad". Después dijo que los actos de protesta habían
sido "panchos, exhibicionismo puro. No fue una protesta, porque
ésta se hace con argumentos, con razones y conocimientos".
Convocó a los integrantes del CGIAR a continuar
con sus trabajos de investigación en beneficio de los pueblos del
mundo; su objetivo de promover el crecimiento, generar riqueza y lograr
la sustentabilidad ambiental y social.
El presidente de CGIAR, Ian Johnson, invitó a los
participantes a tomar en cuenta las opiniones de los productores, las organizaciones
civiles, los consumidores y el sector privado, y no sólo trabajar
con los socios de los países desarrollados, en vías de desarrollo
y subdesarrollados, además de agilizar sus alianzas.
El agro, dividido
En tanto, en el foro de consulta sobre la ley de bioseguridad
sobre organismos genéticamente modificados, a la que convocó
la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, los
productores polarizaron sus posturas.
Los agricultores de los estados del norte se manifestaron
en favor de la siembra y producción inmediata de transgénicos,
incluyendo maíz, mientras los del centro y sur mantuvieron su negativa
en tanto no exista una ley que sea más puntual en la protección
de la biodiversidad y la salvaguarda de las razas y variedades del maíz.
Hubo quienes, como Fidencio, productor de Tlalquitenango,
Morelos, quien dijo ignorar el tema, vinieron porque los invitaron, ''pero
lo que da tristeza es no ser competitivos y tener que importar maíz
de Estados Unidos, mientras que acá no tenemos orden en la producción
ni en el mercado, menos apoyo para que los ejidatarios accedamos a los
avances tecnológicos, ni siquiera tenemos dinero para comprar un
tractor".
Productores de Tamaulipas defendieron la producción
y siembra de transgénicos, porque con el algodón "nos hemos
dado cuenta de que ha aumentado la producción; no nos deben negar
una herramienta que nos servirá". Productores de Sonora, en voz
de Arnulfo Montes, destacaron: "hay que entrar al mundo globalizado".
Posturas contrarias sostuvieron productores de Puebla,
Veracruz y Chiapas, así como representantes de organizaciones ecologistas,
ya que "los grandes perdedores seguiremos siendo los campesinos; nos convertiremos
en los esclavos de la política neoliberal", apuntó Rolando
Valentín, de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales
Campesinas Autónomas del estado de México.
No podemos poner en riesgo 7 mil años de evolución
natural del maíz ni la cultura de los pueblos, señalaron
integrantes de la Unión Campesina Emiliano Zapata Vive, de Puebla.
Si se aprobara la ley como está redactada sería un crimen
para los campesinos y un apoyo a los grandes empresarios de las trasnacionales.
Efraín Bello García, de la Confederación
Nacional de Productores de Maíz, demandó controlar la contaminación
de maíz e impedir el acceso libre del grano transgénico de
Estados Unidos. "Respetamos las decisiones de los productores del norte,
pero no podemos romper con 7 mil años de existencia del maíz;
hay que cuidar nuestro tesoro porque sin él moriremos", advirtió.
La mayoría de los 53 participantes exigieron a
los diputados reflexionar en torno a volver a hacer una ley que refleje
las posturas de todos los sectores de la sociedad y, sobre todo, que proteja
al maíz.
El secretario de la Comisión de Agricultura, Luis
Cerón, aseguró que los legisladores no aprobarán una
ley que no considere las posturas de todos, pero también destacó
que hay "mucha ignorancia y falta de información sobre los transgénicos
entre los campesinos".
Aclaró que la baja productividad no se debe a la
falta de uso de semillas transgénicas sino a la carencia de una
política pública para beneficio de los agricultores. "Los
diputados no somos observadores de piedra, nuestra responsabilidad es legislar
para proteger la salud de los mexicanos y la producción de alimentos,
por ello se propondrá asignar una partida del presupuesto para la
producción de maíces criollos".
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