México D.F. Jueves 28 de octubre de 2004
Lo acusan ante Rodríguez Alcaine de corrupto
Demandan electricistas de Acapulco destituir a líder
FABIOLA MARTINEZ
Un
grupo de electricistas de Acapulco realizó ayer un plantón
frente a la sede del Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la
República Mexicana (SUTERM), para exigir al dirigente de este gremio
y líder de la Confederación de Trabajadores de México
(CTM), Leonardo Rodríguez Alcaine, que haga respetar la decisión
de la mayoría de los afiliados de la sección 2 y se proceda
a la destitución del líder local, Mario Ramírez.
En este hecho poco común en las filas del SUTERM,
los manifestantes alegan que en asamblea -realizada el pasado 7 de septiembre-
la mayoría de los trabajadores votó en favor del relevo en
la secretaría general de la sección 2, de cuyo resultado
(90 votos en favor, dos en contra y 17 abstenciones) dio fe un notario
público.
Señalaron que continuarán en posesión
del inmueble sindical hasta que obtengan una respuesta satisfactoria de
la directiva nacional del sindicato. Por lo pronto, una comisión
de los trabajadores fue recibida por los allegados a Rodríguez Alcaine,
ante quienes expusieron "las irregularidades y excesos" cometidos por Mario
Ramírez.
En principio, piden investigar el supuesto enriquecimiento
ilícito del mencionado líder local, acusado no sólo
de "hostigar" a sus opositores, con el apoyo de su hermano, un jefe policiaco
de Guerrero, sino de usar y vender las plazas laborales.
Lo acusan además de impedir el levantamiento de
actas de riesgos y accidentes de trabajo, "para no afectar la estadística
de la Comisión Federal de Electricidad", y de cobrar hasta 30 mil
pesos para conceder plazas de base a familiares de empleados con mínima
antigüedad.
Debido a este movimiento, varias decenas de electricistas
recibieron suspensiones temporales. Sin embargo, los manifestantes confían
en que no haya más represalias, "porque no tenemos nada en contra
de la empresa, sólo queremos una representación sindical
auténtica".
Protesta en General Motors
Al mismo tiempo de la protesta de los electricistas, trabajadores
de General Motors, planta Silao, adheridos al Sindicato de Trabajadores
de la Industria Metal Mecánica Automotriz, acudieron a la CTM para
informarle a Rodríguez Alcaine de los actos de "corrupción
y violación a los derechos laborales" a cargo del líder sindical
en esa planta, Arturo Sánchez Hernández.
Los obreros de General Motors, integrantes de la planta
de producción de camionetas y motores, manifestaron su voluntad
de convocar a una asamblea en la que se revoque el mandato de su líder.
Señalan que no tienen ningún conflicto con la empresa y ratifican
su militancia a la CTM. Sin embargo, rechazan las acciones de su directiva,
"la cual ha originado la pérdida de empleo de varios de nuestros
compañeros y ejerce prácticas de acoso laboral, hostigamiento
e intimidación" contra los que manifiestan oposición a la
forma de utilizar el sindicato "para beneficio personal".
Los integrantes del comité sindical -le informaron
a Rodríguez Alcaine- sólo se han preocupado por sus intereses
y protagonismo personal. Señalan como ejemplo que la amenaza de
estallar una huelga en la planta Silao se emitió sin el acuerdo
de la base, aun cuando un eventual paro de esa naturaleza pone en riesgo
la fuente de empleo, afirman.
Los trabajadores piden una auditoría imparcial
y autónoma respecto de los recursos sindicales. Precisan que en
el pasado informe del grupo de Arturo Sánchez se informó
de un saldo de 846 mil 138 pesos, cuando los ingresos por concepto de cuotas
ascienden a casi 10 millones anuales. "¿Dónde quedó
el resto?", se preguntan. Piden cuentas también del uso de los recursos
de la caja de ahorro, así como de los intereses ganados en la cuenta
bancaria respectiva, documentos que no son mostrados a los delegados sindicales,
"porque sólo rinde informes generales, sólo nos dicen ingresó
tanto y se gastó tanto, pero no hay papel alguno que avale sus cuentas".
Al máximo dirigente cetemista le piden que convoque
a una asamblea general extraordinaria para recibir informes financieros
y pruebas documentales de las irregularidades. Rechazan también
que el propio sindicato les cobre por la gestión realizada ante
la Secretaría de Hacienda para la devolución de impuestos
del ejercicio fiscal 2002, ya que para ello deberían usar un porcentaje
del fondo sindical del que nunca reciben cuentas claras.
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