México D.F. Jueves 28 de octubre de 2004
Sergio Hernández presenta su más
reciente grabado La vara del hada
México, ''con parámetros muy poco favorables
para la salud de los jóvenes''
El pintor recrea un mundo de insectos y reflexiona sobre
el miedo que impide actuar
La edición de ese trabajo estuvo a cargo de Tiempo
Editores que dirige Emilio Payán
MERRY MAC MASTERS
El pintor Sergio Hernández (Huajuapan de León,
Oaxaca, 1957) ha aprendido de sus vivencias que gozar de buena salud mental
permite actuar de una forma más libre en el arte.
En
su más reciente grabado de gran formato, La vara del hada,
de 90 por 160 centímetros, realizado con agua fuerte y agua tinta,
Hernández recrea un mundo de insectos para hacer una introspección
de su vida, así como una reflexión de ''la constante del
miedo que nos impide actuar".
La vara del hada incluye un texto de Arnoldo Kraus,
colaborador de La Jornada, y será presentado hoy a las 19
horas en el Centro de Cultura Casa Lamm (Alvaro Obregón 99, colonia
Roma).
La producción consistente en 50 pruebas de edición,
cinco tanto de taller, de edición y de editor, estuvo a cargo de
El Taller de Grabado Tiempo Editores que dirige Emilio Payán.
Hernández escogió un mundo de insectos porque
de alguna manera se ve reflejado en dos pinturas que admira mucho: una
crucifixión del alemán Mathias Grünewald (1460-1528)
y el cuadro La vara del hada, cuyo título retomó,
trabajado a lo largo de nueve años en el manicomio por el inglés
Richard Dadd, quien tenía pocos antecedentes como pintor.
Esta obra ''enigmática", cuya iconografía
refleja el estado anímico de un hombre recluido en una institución
mental por haber matado a su padre, muestra cómo Dadd se refugia
en este cuadro de saturación de imágenes y cómo una
lente "sale del foco".
Hernández utilizó el mismo nombre en la
medida que se trató de ''un ejercicio sobre el cuadro".
Explica: ''Por tradición siempre se he aprendido
a pintar y dibujar por medio de los grandes maestros o de las obras en
que uno tiene interés; entonces, las calco y las copio como una
forma muy antigua de entrar en la pintura. Mediante esa enseñanza,
por un lado, uno puede asimilar un lenguaje propio y, por otro, es la forma
de acercarse a una obra admirada con más cuidado para tratar de
ver qué es lo que pensaba el artista al ejecutarla.
''Lo que me atrae como pintor de esta imagen es que se
trata de una profunda reflexión sobre el interior de él.
La pintura, aunque se haya llevado nueve años, está trabajada
muy bien. Me llama mucho la atención el acercamiento del interior
y su exteriorización por medio de la pintura."
Otro proyecto con Kraus
-¿Este interés por el aspecto sicológico
es una constante en su obra?
-No, he sido muy inquieto y he trabajado muchos temas.
Sucede que he descubierto que con los años o con mis vivencias que
la salud mental es muy importante, el principio de que ningún ser
es propiedad de nadie. Es decir, bajo esta idea uno puede actuar más
libre en el arte. En fin, quise hacer una introspección de mi vida
y reflexionar sobre los temores y la constante del miedo que nos impide
actuar.
''En esa placa está planteado el miedo como tema
aunque no es el caso del cuadro de Dadd. Hay una recreación de mi
interior en la placa como un paralelismo con este hombre. Claro, ha sido
como un instante. Trabajé la placa durante tres meses.
''Cada inicisión es como una reflexión sobre
lo que repercute al tocar, rozar o incidir tan agresivamente como puede
ser la punta de metal. Es una cosa de sensualidad, sensibilidad, digamos,
de filigrana.''
-¿Para trabajar bien hay que gozar de buena salud?
-Sí. Mi principio fue muy difícil en lo
económico y social. Tomé grandes cantidades de alcohol. La
relación de salud en ese momento de mi vida era un estado de zozobra
y, a la vez, por la mala alimentación, no estaba desarrollando mis
facultades completas.
''Estaba muy minada mi salud por mi pasado inmediato.
Entonces, había allí una parte que era de alguna manera como
un niño salvaje porque seguía siendo niño y actuaba
de acuerdo con sus emociones en la pintura, de una manera visceral, con
hambre de sueños que en ese momento quizá eran mis parámetros.
Por ejemplo, triunfar, ser exitoso, ganar premios o desconectarse en un
momento de todo eso como algo maldito, algo que uno rechaza por el estado
en que se está.
''No he tenido el suficiente tiempo para leer y recrear,
pero este país, esta ciudad, con tanta pobreza, con tanta mala educación,
da parámetros muy desafortunados para la salud de los jóvenes.
Bueno, la vida es así también, hay que caminar sobre eso.
Tampoco hay que cerrarse ante el mundo porque seguirá siendo así."
Hernández tiene otro proyecto con Kraus, esta vez
sobre la muerte. Es una carpeta de seis grabados que también se
realizará en el taller de Emilio Payán. Con Tane Ofebres
realiza varias esculturas, ahora sobre el amor por medio de los labios.
Prepara dos exposiciones para el Instituto de Artes Gráficas de
Oaxaca, una de su colección personal en esa disciplina, y la otra
de lo que él ha hecho en grabado. También terminó
una serie pictórica sobre el Parián de México que
desea exponer. Y, tiene una beca de la Fundación David Rockefeller
para trabajar en el norte de Italia, en septiembre de 2005.
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