Agradecen fans al dibujante el fino humor transmitido por generaciones

Quino convocó a una audiencia similar a las de Saramago y Grass

Multitudes aclamaron al caricaturista: ''¡Te queremos, te queremos!

''Crecí pensando en Mafalda y quise darle el gusto también a mis hijos''

ANA MONICA RODRIGUEZ

Con gritos de ¡Te queremos Quino, te queremos!, los seguidores del creador de Mafalda se resistían a abandonar la fila que hicieron en la librería Gandhi para que les fueran firmados los volúmenes del afamado caricaturista.

Salvador Lavado Tejón firmó libros de su autoría -editados por diversos sellos- durante más de dos horas y media, aunque la inconformidad surgió en quienes no alcanzaron un boleto de los 300 que se repartieron para llegar hasta donde estaba sentado el dibujante argentino.

Niña emblemática

Con dos cervezas Bohemia, un café y agua, Quino permaneció en esa librería del sur de la ciudad, inclinado la mayor parte del tiempo, situación que aprovecharon los lectores para tomarse la foto y agradecerle con un apretón de mano el fino humor transmitido a varias generaciones mediante sus personajes. Tal es el caso de Mafalda quien cumple cuatro décadas de vida.

El dibujante, quien también festeja medio siglo de trayectoria, llegó a México para presentar su obra De viaje con Quino bajo la firma Tusquets.

Empleados y directivos de la librería coincidieron en que la gran convocatoria que logró Quino en las instalaciones de Miguel Angel de Quevedo, sólo ha sido vista con los escritores José Saramago y Günter Grass.

''Crecí pensando en Mafalda y quise darle el gusto también a mis hijos", dijo una de las lectoras.

Otra pidió que el dibujante le firmara una playera con la bandera argentina y la emblemática caricatura de la niña.

¡Que baje y nos salude!

Joaquín Salvador Lavado Tejón, de 72 años, sonrió en contadas ocasiones y levantó el rostro otras tantas, absorto, sin percatarse de que en el primer nivel los lectores que no te-nían boleto y a quienes ya les habían informado que Quino estaría este miércoles en un Palacio de Hierro, gritaban con ejemplar en la mano: ''¡Que baje y nos salude!"

Petición que fue escuchada por los organizadores de Tusquets y Gandhi, quienes acompañaron al argentino a la vista de las personas que seguían esperando en la planta baja del inmueble.

Al finalizar la firma de libros, que por cierto fueron más de tres centenares, Quino sólo comentó que estaba ''un poco cansado".