México D.F. Jueves 28 de octubre de 2004
Vestidas con trajes autóctonos darán
vida al megapanteón a inaugurarse el lunes
Con papel, engrudo y mucho talento, Alejandro Montero
creó 88 calaveras para altar en el Zócalo
IGNACIO ORTEGA RIVAS
A sus 71 años de edad, a don Alejandro Montero
Miranda, oriundo de la colonia Peralvillo, la muerte le sonríe.
Como provenientes del más allá, de sus manos brotan deidades
y personajes prehispánicos: un caballero águila, mujeres
macehuales, danzantes aztecas, zapotecas y purépechas, y dioses
como Tláloc, Mictlantecuhtli y Cihuatéteotl.
Ochenta
y ocho de esas figuras, todas de cartón, serán colocadas
a partir de las 10 de la noche del domingo 31 de octubre en el Zócalo
capitalino como parte de la ofrenda monumental México un pueblo
con cultura, tradición e historia, para recibir a quienes lleguen
del Mictlantecuhtli a visitar a los vivos. Para ello, el gobierno
del Distrito Federal le asignó a don Alejandro 400 metros cuadrados
de la plancha, el doble que el año pasado.
En charla con este diario en su casa-taller, señala
que para dar forma a sus figuras desde febrero ha estado trabajando con
más de 80 kilogramos de harina para elaborar engrudo, otros tantos
de plastilina, varios litros de pegamento y cientos de hojas de papel craft.
Las largas horas empleadas en moldear el cartón
y la plastilina han encallecido sus manos; su larga barba, de años,
parece ser producto no de la edad, sino del humo del cigarro que exhala.
Mueve mucho las manos, como si revolviera la bocanada y de ella extrajera
sus recuerdos que comparte a La Jornada.
No se sabe exactamente quién buscó a quién:
si la muerte a don Alejandro o viceversa: cuenta que debido a varios accidentes
que lo dejaron mal físicamente, tuvo que abandonar su primera actividad,
la de maestro albañil.
En su condición de desempleado comenzó la
búsqueda de algo nuevo: trabajó la madera a navaja, se metió
a la pintura de imitación, actividad con la que llegó a esbozar
por lo menos 200 cuadros, muchos de las cuales exhibe en las paredes de
la escalera de su casa ubicada en la colonia Peralvillo. Tuvo que dejar
el pincel debido a que quería "algo nuevo, más creativo",
y terminó haciendo piñatas.
En esas andaba cuando conoció a Los Olvidados,
un grupo de cartoneros que exponían ofrendas en el Zócalo,
pero cuyas obras resaltaban lo grotesco, lo sangriento, lo irreverente.
Fue su ahora amigo Pedro Ríos quien lo conectó con los artistas
del cartón y de ahí tuvo la idea de hacer un movimiento de
conservación y difundir la tradición mexicana del Día
de Muertos con una fuerte dosis de colorido, armonía y contenido.
Y es que, sostiene, México es un pueblo con cultura y tradición.
Fue la Secretaría de Desarrollo Económico
(Sedeco) del Gobierno del Distrito Federal quien el año pasado,
durante la primera exposición en la que participó Alejandro
Montero, les consiguió los permisos y el material que ocupan para
hacer su trabajo.
El tema de entonces fue un panteón infantil, tema
que nunca se había tocado en otras exposiciones, y el estado invitado
fue Michoacán. A ese espectáculo, que ocupó 200 metros
cuadrados de la plancha capitalina, acudieron aproximadamente 3 millones
de personas y hasta el gobernador Lázaro Cárdenas Batel vino
a la inauguración.
A pesar de que en esta ocasión el espacio que ocupará
la megaofrenda es el doble que el del año pasado, el presupuesto
se redujo, pues muchos comercios de los cuales Sedeco obtenía el
material ahora se han negado a donarlo y la dependencia tampoco quiere
generar compromisos con los mercaderes, "quienes en algún momento
pueden condicionar la ayuda a obtener una concesión".
De este modo se reduce el papel, la pintura, las flores,
las tarimas, los cercados, los tablones, y toda la parafernalia necesaria
para el montaje, pues además tendrán que construir 29 lápidas
de 1.30 por 0.60 metros y se colocarán 800 veladoras, 40 kilogramos
de copal y 40 de carbón. Habrá pasillos por donde circule
la gente.
A falta de más material, Alejandro Montero usa
la imaginación y ya ha construido otras piezas que utilizará:
un teponaztle, una caracola, un caparazón de tortuga y hasta platillos
típicos de la República Mexicana. Todo de cartón,
engrudo y talento, mucho talento, aunque no todo es de papel, pues inclusive
llega a mostrar una calavera de piedra.
Don Alejandro se plantará la noche del domingo
con sus 88 calaveras, vestidas con trajes autóctonos, en los 400
metros cuadrados que le asignaron en la plancha capitalina. "Para no perder
la costumbre de festejar el Día de Muertos y no el Halloween", señala
el creador de las imágenes que darán vida al panteón
capitalino.
Será el jefe de gobierno, Andrés Manuel
López Obrador, quien inaugurará la ofrenda el primero de
noviembre a las 10 de la mañana y se espera que atraiga mucho turismo,
pues éste se ha incrementado desde que el Día de Muertos
fue elevado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura como patrimonio de la humanidad.
Una vez que concluya la exposición, las calaveras
serán retocadas y donadas a algunas escuelas de la ciudad para incentivar
en los niños la preservación de la cultura ancestral de los
mexicanos.
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