Sus restos se depositarán en el templo de San Pedro y San Pablo

Familiares y representantes del beisbol mexicano dieron el adiós a Beto Avila

ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL

Veracruz, Ver., 27 de octubre. Con la presencia de familiares, políticos y representantes de la Liga Mexicana de beisbol, este miércoles fueron cremados los restos del pelotero Roberto Avila González, quien falleció en la víspera a consecuencia de una infección pulmonar que se complicó por una descompensación de glucosa.

Las cenizas de Beto Avila, considerado el más importante beisbolista mexicano en las Grandes Ligas, serán depositadas este jueves en el templo de San Pedro y San Pablo en Boca del Río.

A las 13 horas se realizó una ceremonia religiosa con el cuerpo del beisbolista en las instalaciones de una agencia funeraria particular ubicada en el fraccionamiento Floresta, donde se instaló la capilla ardiente, y en la cual participaron familiares, amigos y deportistas de la localidad.

Posteriormente, los restos mortales del también ex alcalde de la ciudad fueron cremados.

Desde las primeras horas de este miércoles, familiares y amigos, en su mayoría ex beisbolistas contemporáneos, se concentraron en las instalaciones de la funeraria, donde fueron velados los restos de Roberto Avila y ofrecieron condolencias a la esposa del pelotero, Elsa Díaz Mirón, así como a sus cuatro hijos.

Roberto Avila Díaz Mirón, hijo mayor del legendario beisbolista, agradeció en nombre de la familia las muestras de cariño hacia su padre y, sobre todo, que le hayan hecho homenajes en vida por su destacada carrera deportiva.

Elsa Díaz Mirón afirmó que su esposo, considerado como el mejor segunda base en la historia de las Grandes Ligas, fue una persona siempre humilde que no perdió piso por la fama.

Beto Avila falleció a las 22:17 horas del pasado martes en una clínica particular, donde ingresó el viernes 22 de octubre por complicaciones a causa de la diabetes que padecía desde hace tiempo.

A los servicios funerales acudieron destacados ex beisbolistas como Ramón Arano, Pedro Charrascas Ramírez y Luis Meré, directivos del equipo Rojos del Aguila de Veracruz.

De última hora llegó el presidente de la Liga Mexicana de Beisbol, Alejandro Hutt Valenzuela, para dar el último adiós al pelotero veracruzano.

En la ciudad de México, el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y su presidente, José Sulaimán Chagnón, se unieron al duelo nacional por el fallecimiento del pelotero, quien hace tiempo fue elegido uno de los grandes del deporte del siglo XX por el Consejo Mexicano de Deportes y Espectáculos (Comedep).

El deportista fue el primer campeón de bateo mexicano en las Grandes Ligas al jugar para los Indios de Cleveland en 1954 y forjó desde allí su fama en la segunda base y con el bat.

Durante las 11 temporadas que actuó en la Gran Carpa participó en mil 300 juegos, acumuló un porcentaje de bateo de .281, con 80 jonrones y 467 carreras producidas, para retirarse en 1960 con los Tigres capitalinos de la Liga Mexicana, que ese año ganaron el gallardete.