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México D.F. Jueves 4 de noviembre de 2004

Hábil manejo del temor y la defensa de "valores tradicionales" dan el triunfo a Bush

Firme endoso de los estadunidenses a la invasión a Irak, dicen republicanos

Siete de cada 10 votantes expresaron su miedo a otro atentado, según encuestas de salida

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 3 de noviembre. El presidente George W. Bush ganó su relección mediante un diestro manejo del temor entre el electorado, incesantes ataques al carácter de su contrincante y la movilización del sector religioso conservador, los opositores al aborto, los derechos gay y el control de armas, según encuestas de salida difundidas hoy que ofrecen una primera radiografía de la dinámica del voto nacional.

Los votantes preocupados por la guerra en Irak generalmente apoyaron al demócrata John Kerry, pero 7 de cada 10 votantes expresaron que su principal preocupación es la posibilidad de otro atentado "terrorista" en territorio estadunidense, y la mayoría de ellos votaron por Bush.

Estos señalaron que un presidente confiado y decisivo era más importante que uno inteligente, y sólo 7 por ciento identificó la inteligencia como la cualidad más importante que debe tener un presidente, según encuestas de votantes que salían de las casillas ayer. Una mayoría cree que fuerza, claridad y honestidad son los atributos más importantes de un gobernante.

Rápidamente, los asesores de Bush elogiaron el "mandato" recibido en esta elección, al resaltar que el republicano obtuvo más votos que cualquier otro candidato presidencial en la historia del país y es el primero, desde 1988, en ganar una mayoría (y no sólo una pluralidad) del voto popular.

Los republicanos y algunos demócratas indicaron que el pueblo estadunidense ofreció un firme endoso a la invasión de Irak, la guerra contra el "terrorismo" y la doctrina unilateral agresiva en la política exterior.

Sin embargo, una evaluación de los resultados preliminares de la elección después de que Kerry concedió su derrota, revela un panorama más complicado. Después de analizar el desastrozo fracaso de la guerra en Irak, el pobre desempeño del presidente en la generación de empleos y la creciente inseguridad en este país, desde el comienzo de la campaña los estrategas demócratas intentaron convertir la elección en un referéndum sobre Bush.

Kerry no convenció

Esa estrategia se evidenció hoy en los datos de encuestas de salida que demuestran que una abrumadora mayoría de los que votaron por Kerry lo hicieron más que nada por su oposición a Bush, y no en favor de las posiciones del candidato demócrata.

Los republicanos contraatacaron esta estrategia con cientos de millones de dólares en propaganda y actos diseñados para cuestionar la figura de Kerry, y provocar dudas sobre si él podría ser una opción viable a Bush, al insistir en que no tenía posiciones consecuentes ni consistentes y por lo tanto no era confiable. Al final, este tipo de argumentos convencieron a millones, entre ellos a personas como David Deerfield, uno de los votantes indecisos que La Jornada ha entrevistado varias veces a lo largo de este año electoral.

"Al final no sabía qué era lo que Kerry representaba", comentó Deerfield, analista de computación de Pittsburg, a La Jornada. "Sabía que se oponía a Bush, pero no me quedaba claro qué haría en la presidencia. Creo que este país será atacado otra vez por los terroristas y simplemente no creo que Kerry haría una buena labor al enfrentar eso".

Uno de los sorprendentes resultados de esta elección es que aunque la participación electoral se incrementó en cerca de 10 millones de votantes, los nuevos electores no respaldaron de manera abrumadora a Kerry, tal como algunos analistas habían pronosticado: 54 por ciento de los nuevos votantes apoyó a Kerry, pero 44 por ciento sufragó por Bush.

Una parte significativa del apoyo para Bush provino de los conservadores religiosos, los cuales fueron movilizados -en millones- por la imagen del presidente como un devoto de la fe y por el uso de temas como el aborto y los derechos gay. Las propuestas presentadas a voto promovidas por los republicanos para prohibir el matrimonio gay pasaron en los nueve estados en los que se promovieron, incluido el estado clave de Ohio. Estas iniciativas fueron parte de la estrategia para inducir una mayor participación de los conservadores religiosos y lograr que ellos a la vez movilizaran a otros votantes.

Peor, otro resultado preliminar sorprendente es que a pesar de toda la retórica sobre un electorado profundamente dividido entre los ultra conservadores y los liberales, 45 por ciento de los votantes se identificaron como "moderados" ideológicamente. De hecho, parte del éxito de la campaña de Bush fue que logró obtener un número mayor de este voto "moderado" que en su última elección.

El famoso asesor y estratega de Bush en la Casa Blanca, Kart Rove, a quien el presidente describió hoy como "el arquitecto" de su relección, logró que varios sectores claves votaran contra sus propios intereses y objetivos, al enfatizar los llamados "temas sociales" en el debate político.

Por ejemplo, los resultados de las encuestas de salida indican que 44 por ciento de latinos votó por Bush en esta elección, un incremento significativo de 36 por ciento que votó por él en la elección de 2000. Los latinos son un sector que ha sufrido más las consecuencias de la situación económica, la crisis educativa, falta de acceso a salud y la guerra durante esta presidencia.

El sufragio de los sindicalizados

Otro sector clave en la elección son los sindicalizados y sus familias: en su conjunto este sector conformó 26 por ciento del electorado en 2000 y 24 por ciento este año, según datos preliminares. Después de cuatro años de sufrir políticas de un gobierno al que dirigentes sindicales calificaron como el más antisindical y antitrabajador en casi un siglo, que abiertamente busca privatizar casi la mitad de la burocracia federal sindicalizada, y donde el liderazgo sindical nacional apoyó la campaña de Kerry, 40 por ciento de los sindicalizados votaron por Bush.

Esto representa un dramático incremento comparado con el 32 por ciento de sindicalizados que votó por Bush en 2000. En algunos estados claves como Ohio, los agremiados ofrecieron aún un mayor porcentaje de apoyo al enemigo de los sindicatos, lo cual resulta sorprendente ya que ese estado ha sufrido una pérdida de empleos sindicalizados mayor que el promedio nacional en los últimos cuatro años.

¿Por qué votarían contra sus intereses materiales estos trabajadores sindicalizados?, preguntó La Jornada a varios representantes de sindicatos. En parte, respondieron, se explica porque Kerry no ofreció argumentos o propuestas convincentes sobre cómo generaría mayor empleo, y por otra parte, Bush se ganó este porcentaje con su defensa de los "valores tradicionales" expresados en la oposición al aborto, controles sobre armas y el matrimonio gay.

A la vez, otros sectores tradicionalmente demócratas se mantuvieron fieles a su partido. Los afroamericanos votaron de manera abrumadora por Kerry en más o menos el mismo porcentaje en que apoyaron al candidato demócrata presidencial en 2000, y los judíos, cuya gran mayoría -a pesar del uso de la carta pro-Israel por Bush- también apoyaron al demócrata.

Aproximadamente la mitad de los votantes señalaron que los temas más importantes para ellos en esta elección eran los valores morales, el terrorismo y los impuestos, y la mayoría de estos votaron por Bush.

¿Y la guerra en Irak? El activista demócrata y comentarista Joshua Marshall se sumó a la opinión de algunos republicanos hoy al sugerir que las elecciones fueron un firme apoyo de la política exterior de Bush y en particular su guerra en Irak: "Antes de hoy, el curso que había trazado Estados Unidos en el mundo a lo largo de los últimos tres años podría percibirise como resultado de los eventos traumáticos del 11-S, y la decisión de un presidente que fue colocado en su puesto por una minoría del electorado", escribió Marshall. "Esta (elección) fue un referéndum sobre lo que ha ocurrido en los últimos tres años. Y han sido validados".

Sólo 15 por ciento de los votantes identificaron ayer la guerra en Irak como el tema más importante de esta elección, y la mayoría de estos sí votaron por Kerry. Pero al parecer los votantes no optaron por Bush como apoyo a su guerra en Irak, sino porque creen que el presidente los hará más "seguros" y que actuaría sobre los temas "sociales" que tanto les importan.

Un sector que no figura en las encuestas de salida, pero que mostró su aprobación en el resultado electoral de otras formas, fue el de los inversionistas y sus administradores. El índice Dow Jones de la Bolsa de Valores Nueva York registró un incremento de más de 100 puntos, mientras que, según los analistas de Merrill Lynch, los empresarios en las ramas de energía, defensa y farmacéutica deberían estar muy contentos con sus perspectivas en los próximos cuatro años.

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