México D.F. Jueves 4 de noviembre de 2004
Su padre se lo llevó a la cantina y terminó en albergue del DIF, pero hubo final feliz
Vive odisea infante de 20 meses en Mérida, Yucatán
LUIS A. BOFFIL GOMEZ CORRESPONSAL
Merida, Yuc., 3 de noviembre. Sergio Chávez Fuentes, un infante de apenas 20 meses de edad, ya tiene historia, aunque sea peculiar, que contar a sus amiguitos cuando tenga algunos años más. En menos de 24 horas estuvo en una cantina, en una delegación policiaca y, finalmente, en un albergue dependiente del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Y todo por tener un padre, Sergio Chávez Suárez, cuya pasión por la bebida parece sobrepasar el cariño hacia su hijo. La historia del niño, ocurrida este fin de semana, es singular, y afortunadamente no ocurrió algo irreparable.
De acuerdo con la historia documentada en el Ministerio Público, Sergio Chávez Suárez llegó el sábado a casa de su esposa, Erica Fuentes Baeza, y le pidió al infante para llevarlo con su abuela paterna. Prometió regresarlo al día siguiente.
Sin embargo, a Sergio se le hizo de lo más natural entrar a una cantina de Mérida, donde se encontró con unos amigos y empezó a ingerir cervezas y licor, sin importarle mucho que tuviera a su bebé consigo. Algunas horas después, ya totalmente ebrio, pidió a su compañero de parranda, Valentín, que hiciera el favor de encargarse del pequeño Sergio y llevarlo con su madre, quien radica en el municipio de Umán, conurbado con la capital yucateca.
Sin embargo, el tal Valentín estaba más borracho que su amigo y cuando llegó a Umán se le olvidó dónde vivía la abuela del chamaquito, ante lo cual optó por abandonarlo en la delegación policiaca de esa comunidad sin dar más explicaciones. A su vez, los agentes decidieron remitir al infante al Centro de Atención Integral para Menores en Desamparo (Caimede), dependiente del DIF estatal.
Cuando al irresponsable padre se le pasó la borrachera, avisó a su esposa que le habían robado al niño, aunque no le dijo que estuvo de juerga. Erica Fuentes interpuso una denuncia ante el Ministerio Público en contra de su cónyuge y de inmediato los agentes judiciales se dieron a la tarea de localizar al pequeño Sergio. Finalmente el padre admitió que, en medio de la borrachera, se lo entregó a su amigo Valentín; éste confesó que lo dejó abandonado en la comandancia de Umán, y de allí todo pudo resolverse.
La madre logró recuperar la paz interna este día, después de efectuar una serie de trámites en el albergue del DIF y comprobar que Sergio Chávez Fuentes sí es su hijo. |