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Sábado 15 de enero de 2005

Movilizan a 750 hombres y 18 tanquetas en el perímetro del penal

El Ejército quita a narcos el control de La Palma

El operativo se mantendrá hasta restablecer la máxima seguridad: Yunes

ISRAEL DAVILA Y GUSTAVO CASTILLO CORRESPONSAL Y REPORTERO

Para descartar un posible intento de fuga y combatir el control que tenían del penal de La Palma los narcotraficantes Osiel Cárdenas Guillén y Benjamín Arellano Félix, en combinación con el secuestrador Daniel Arizmendi López El Mochaorejas, el gobierno federal echó mano de tropas del Ejército y sus vehículos -entre otros tanquetas de asalto equipadas con cañón, ametralladora y mortero-, así como de 100 elementos de la Agencia Federal de Investigación y 400 de las Fuerzas Federales de Apoyo (FFA), integradas en su totalidad por militares con licencia.

A las cinco de la mañana dio comienzo un operativo que movilizó a 750 hombres y decenas de vehículos civiles y militares. El perímetro de la prisión que se localiza en el municipio de Almoloya de Juárez es resguardado por militares. En el interior del inmueble, a los grupos de custodia se sumaron los integrantes de las FFA, es decir, militares que prestan sus servicios temporalmente a la Policía Federal Preventiva (PFP).

El gobierno federal inicio así un acto sin precedente en el llamado Centro Federal de Readaptación Social número 1, La Palma, con la intención de "restablecer las condiciones de seguridad" que fueron puestas en riesgo por los líderes del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas; del cártel de Tijuana, Benjamín Arellano, y por El Mochaorejas.

En conferencia de prensa, el subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, Miguel Angel Yunes, confirmó lo que La Jornada ha publicado desde semanas atrás: que Osiel Cárdenas tomó el control del penal, que ahí se alió con los Arellano Félix, que se dejó de lado la aplicación de los reglamentos, que los internos podían adquirir alimentos en la tienda del penal a su total satisfacción y que la supervisión de los internos se relajó.

Ayer, una vez que las 18 tanquetas se apostaron alrededor del penal de "máxima seguridad", que vehículos Hummer y camiones con al menos una decena de militares fuertemente armados, recorrían una y otra vez el perímetro de la prisión, dio inicio el operativo de "revisión de estancias" y con esa acción se descubrió que había un interno que tenía cocaína, aunque sólo fueran dos grapas, un televisor con pantalla de plasma y muchas cafeteras, aunque éstas estuvieran prohibidas.

Lo peor fue comprobar, como desde hace meses habían advertido funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR), que los capos Osiel Cárdenas y Benjamín Arellano se habían aliado y mantenían contacto permanente, que imponían sus reglas, que prácticamente 12 horas de cada día podían estar hablando con sus abogados, que en muchos casos presuntamente participan del negocio del narcotráfico; que indebidamente El Mochaorejas convivía con el resto de la población penitenciaria y no permanecía, como es debido, en el área de máxima seguridad.

Ante esos "descubrimientos" se determinó reubicar en los extremos del área de máxima seguridad a Osiel Cárdenas y Benjamín Arellano, con el propósito de evitar que sigan teniendo contacto.

Estado de alerta

Durante una conferencia de prensa ofrecida en el interior de La Palma, Miguel Angel Yunes reconoció que "algunos de los hechos generados y que pusieron en riesgo la estabilidad y la seguridad del centro no son de hace un mes, ni dos, ni seis: este es un proceso que tiene dos o tres años.

"Hay, por ejemplo, interpretaciones al reglamento que dieron lugar a que se establecieran esquemas de control dentro del centro", es decir, que grupos de internos controlaran la prisión y tuvieran privilegios.

"Se establecieron prácticas tales como permitir que los internos de mayor riesgo estuvieran hasta 12 horas en los locutorios, de tal forma que de las nueve de la mañana a las nueve de la noche, Arellano Félix, Osiel Cárdenas y algunos otros se mantenían fuera de sus celdas; solamente estaban en sus estancias en los horarios nocturnos", señaló Yunes.

Pero aunque las condiciones se hayan gestado desde hace varios meses o años, lo cierto es que el operativo se puso en marcha luego de que el pasado jueves 350 internos iniciaron una supuesta huelga de hambre. Fue entonces cuando las autoridades de La Palma declararon estado de alerta "por los riesgos graves para la integridad física de algunos internos y la posibilidad de un intento de fuga".

La SSP federal informó que "el estado de alerta se mantendrá hasta que se tenga la plena certeza de que se han recuperado las condiciones de seguridad máxima y se acaten estrictamente las normas reglamentarias que lo regulan".

De esta manera, mientras esté vigente este operativo "para restablecer la seguridad y el orden" las visitas están suspendidas.

Los más de 100 efectivos del Ejercito que apoyan el operativo conjunto de SSP-PGR-Sedena fueron apostados en el perímetro del penal de máxima seguridad con 18 tanques listos para repeler cualquier intento de ataque a esta cárcel, ya que desde hace meses se ha mencionado la posibilidad de un asalto armado para liberar a Osiel Cárdenas, Francisco y Benjamín Arellano Félix.

Además se instalaron dos nuevos retenes que se suman a otro que venía operando -a raíz del asesinato de Arturo El Pollo Guzmán Loera el pasado 31 de diciembre- a 500 metros de la entrada principal del centro.

En los retenes se realizan revisiones exhaustivas a todo aquel que pretende ingresar al Cefereso número 1.

La revisión de todas las celdas y las áreas que componen este centro penitenciario comenzó a las seis de la mañana.

Elementos de la PFP y personal de custodia se integraron en grupos para revisar cada una las celdas en compañía de un agente del Ministerio Público federal para dar fe de los hechos.

Mientras unos revisaban, otros se encargaban de videograbar cada paso del operativo. Para las tres de la tarde ya se habían decomisado más de 17 objetos punzocortantes, dos teléfonos celulares, uno de ellos encontrado en el módulo 4, en el que estaba recluido Osiel Cárdenas y Daniel Arizmendi, dos grapas de cocaína, varias cafeteras y una pantalla de plasma de 14 pulgadas, que tenía en su poder el narcotraficante Luis Rivera López, El Kelin, integrante del cártel del Golfo, y hasta hace unos meses operador de Osiel Cárdenas en Tamaulipas.

Durante la acción estuvieron presentes cuatro visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y se desmintió que el movimiento de protesta que habían iniciado los internos por la implementación de nuevas medidas de seguridad fuera una huelga de hambre, pues según Yunes había internos con capacidad económica que podían hacer compras prácticamente ilimitadas en la tienda del penal, por lo que "es mentira que se hayan puesto en huelga de hambre 300 o 400 personas, ya que en efecto, gran parte de ellas consumieron alimentos de la tienda".

Mientras en el interior de La Palma se realizaba la revisión de las celdas, la directora del penal, Josefina Jaime Quiroz, dijo a los familiares de los internos que se encontraban en los límites de la zona de seguridad que no había presencia del Ejercito Mexicano en el interior del penal, cuando a unos metros de donde daba la explicación del operativo se encontraba una tanqueta.

"No sea mentirosa y mejor lárguese", le espeto un familiar, mientras Jaime Quiroz se justificaba: "la verdad es que no tenía conocimiento de esto, porque no había salido de mi oficina".

En dos ocasiones, familiares y abogados de internos intentaron ingresar al penal para conocer el estado de salud de los reclusos. Aunque en una primera oportunidad lograron pasar la valla de elementos de la PFP, no consiguieron su objetivo, pues ese retén se instaló a más de 500 metros de la entrada formal de la prisión.

Por la noche, un pequeño grupo inició un plantón permanente a 20 metros de la garita de acceso a las instalaciones carcelarias, mientras otros intentaron promover amparos ante la justicia federal para evitar "la incomunicación" de sus familiares.

Cuando habían pasado tres horas de que había iniciado el operativo, abogados de Osiel Cárdenas y algunos familiares de internos difundieron la versión de que había ocurrido un enfrentamiento entre custodios y reclusos, y que había hasta ocho muertos y varios heridos. La especie resultó falsa.

Por otra parte, José Luis Santiago Vasconcelos, titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada (SIEDO), declaró que "muy pronto vamos a ver más acciones".


"Es un hecho que existe una crisis y debe ser resuelta"

Acción Nacional apoya intervención del Ejército en el reclusorio federal

GEORGINA SALDIERNA

La directiva nacional panista manifestó ayer su apoyo a la decisión gubernamental de que el Ejército asumiera el control del penal de La Palma, pues "es un hecho que existe una crisis y debe ser resuelta".

"Cualquier medida que tienda a reforzar la seguridad del lugar está bien", puntualizó el vocero del Partido Acción Nacional (PAN), Juan Ignacio Zavala, quien consideró que se requiere una política distinta en los penales de alta seguridad.

Agregó que no se trata de hablar de un descontrol generalizado en La Palma, sino de que operativos como el efectuado ayudarán a mejorar la situación en el reclusorio.

La acción tomada difiere de la propuesta por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, que planteaba una estrategia permanente de control por el Ejército, mientras la efectuada por las autoridades federales es de carácter temporal, abundó.

A su vez, el diputado federal Germán Martínez aseveró que se debe aceptar que en el penal hay una crisis. No se pueden cerrar los ojos ante ese problema, subrayó, al considerar correcta la actuación del Ejército en este caso, pues lo está haciendo en el marco de la ley.

El integrante del Comité Ejecutivo Nacional panista añadió que el operativo constituye una medida integral en la que concurren la Policía Federal Preventiva, el Ejército y la Procuraduría General de la República.

Luego de insistir en que se trata de una acción temporal, puntualizó que debe ser apoyada por el PAN.

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