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Viernes 21 de enero de 2005

Luis Javier Garrido

La diligencia

El 2005 se presenta en México bajo oscuros augurios, en especial por el empecinamiento personal de Vicente Fox y de Carlos Salinas, aliados en un objetivo común: manipular las elecciones de 2006.

1 . El quinto año de gobierno es en la tradición política mexicana el de la exégesis de las realizaciones, pero sobre todo el del principio del fin, ya que lo marca la lucha por la sucesión presidencial, pero para Vicente Fox lejos de ser de realizaciones parece que será por voluntad propia un año de autopropaganda y corre el riesgo de ser el de su mayor fracaso, pues ya obnubilado persiste en su tentativa de manipular las elecciones de 2006 buscando eliminar con maniobras ilegales al político que tiene, según las encuestas, las mayores opciones de triunfo.

2. Las iniciativas del gobierno foxista tendientes a inhabilitar a Andrés Manuel López Obrador (jefe de Gobierno de la capital) como candidato presidencial en 2006 hasta ahora han fracasado y se han revertido contra el propio Fox, quien quedó exhibido a lo largo del año pasado por sus maniobras ilegales, evidenciándose su profundo desprecio por las instituciones políticas y por la democracia, y sobre todo apareciendo con claridad el hecho de que tiene acuerdos explícitos con Salinas de Gortari, que en diversos testimonios ha aparecido junto con Fox como artífice e instigador de muchas de esas acciones; no obstante, nada parece detenerlo.

3. La diligencia que llevó a cabo la sección instructora de la Cámara de Diputados en el predio El Encino el lunes 17 confirmó que Fox sigue empecinado en salirse con la suya haciendo uso faccioso de las leyes y aprovechándose para ello de sus poderes constitucionales y metaconstitucionales, pues el agente del Ministerio Público enviado por la PGR, que pretendió torpemente en esa jornada acusar al jefe de Gobierno de "indiciado" sin serlo, desempeñó un deplorable papel que puso de relieve el carácter político de la acusación.

4. En un régimen de derecho, las autoridades políticas no pueden culpar ni mucho menos criminalizar a quien se imputa un ilícito, pues esto es causa suficiente para que el proceso judicial pueda ser impugnado por estar viciado de origen al estar sus instancias influidas por las autoridades, y eso es lo que aconteció en este caso. Quien se supone que es el Presidente de la República no ha dejado de actuar a lo largo del año como fiscal, juez y periodista, que acusa, sentencia y difunde su parecer para crear un clima que le permita manipular el proceso electoral, lo que hasta ahora no ha logrado. Y a pesar de la oposición que se manifiesta ya al juicio de procedencia en las filas del PRI y del propio PAN, Fox no ceja, como se vio en el caso del video difamatorio contra López Obrador, de carácter abiertamente fascistoide, elaborado por su gobierno con el pretexto de que es "un curso" para los funcionarios públicos, y que mostró Canal 40 el martes 18.

5. En este contexto, en el que se están haciendo trizas las instituciones del país, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas presentó oficialmente su precandidatura a la Presidencia (20 de enero), hecho que a muchos sorprendió por el clima político en el que se da, como el que una vez más haya guardado silencio en torno a lo que acontece. El aspecto que más se ha criticado a Cárdenas ha sido no entender lo que entrañan las maniobras de Los Pinos para los mexicanos y para el futuro de México. La tentativa oficial no nada más conduce a impedir que un político, al que desde el poder temen por su popularidad -el actual jefe de Gobierno de la capital-, se postule en 2006, privándolo así anticonstitucionalmente de sus derechos políticos, o a excluir de la posibilidad de la alternancia presidencial al PRD, como sería el caso, manteniendo un bipartidismo a nivel federal. Lo que está realmente en juego de dejarse pasar la intentona foxista, no es sólo la cancelación de los derechos políticos de un hombre o de un partido, y desde luego por encima de éstos los derechos de los ciudadanos a elegir a quien ellos libremente decidan. Son las instituciones republicanas, que aún existen -aunque en muchos aspectos sólo sea formalmente-, y que tanto se han elogiado en los dos pasado sexenios -la democracia electoral, las libertades políticas, el derecho a la alternancia- las que quedarían canceladas por la decisión atrabiliaria de un individuo.

6. El oponerse al intento oficial de inhabilitar a López Obrador no es, como se busca plantear desde algunos sectores del gobierno -y también del PRD y del cardenismo-, un acto de apoyo, por simpatía o justicia, a una persona a la que se pretende privar de sus derechos políticos, aunque formalmente así sea. Oponerse a esto es un acto de defensa de los derechos políticos del pueblo y, sobre todo, de los incipientes espacios de libertad que, por las luchas populares más que por los acuerdos de las elites, se han venido abriendo en el país en el pasado cuarto de siglo.

7. La intentona de Fox y de Salinas por manipular el proceso electoral de 2006, en el remoto caso de tener éxito, no podría conducir más que a lesionar de manera muy grave las incipientes instituciones democráticas, deslegitimar el proceso electoral de 2006, instalar a un gobierno ilegítimo, desprestigiar por completo al Poder Legislativo y al Poder Judicial y llevar al país a un escenario de violencia social en el que todo sería válido al evidenciarse que no existe un Estado de derecho y que el titular del Ejecutivo puede violar impunemente las leyes del país para imponer a su sucesor, teniendo las instituciones políticas del país un retroceso de más de medio siglo.

8. Las acciones del gobierno son de tal gravedad que deberían haber merecido una respuesta contundente de los más amplios sectores, y en particular de los principales dirigentes del PRD, pero también de todo ciudadano. Y es por ello que quienes debiendo hacerlo han eludido su deber y han pretendido no entender que lo que se halla en juego son los intereses fundamentales de México, están adquiriendo una grave responsabilidad. Muchos personajes de horizontes políticos muy diversos han entendido, por el contrario, que la pretensión irracional de Fox traería consecuencias políticas y sociales muy graves, y por ello desde hace tiempo se han opuesto a ella: desde empresarios y dirigentes sindicales, hasta intelectuales y artistas, que saben que se causaría un daño muy grave al país en su conjunto.

9. El primer interesado en que el enjuiciamiento del jefe de Gobierno no proceda y no se le inhabilite debería ser, de tener la inteligencia para entenderlo, el propio Fox: no por ser un acto de abuso de poder, urdido en contra de la razón y del derecho, sino porque sus intereses personales y de grupo se verían afectados irremisiblemente. La tentativa atrabiliaria, de tener éxito, haría caer en mil pedazos las tesis sobre "la democratización" del país, y además de exhibir a Fox por sus contubernios con Salinas, lo dejaría ante la historia, amén de lo que ya es, como un golpista del nivel de Victoriano Huerta.

10. 2005 se presenta como un año de ambiciones desmedidas de la "clase política" y corre el riesgo de ser un año de retrocesos irreparables para el país.

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