Usted está aquí: domingo 27 de febrero de 2005 Espectáculos Efrén Rebolledo, trascender el olvido

Efrén Rebolledo, trascender el olvido

Poeta, dramaturgo, novelista y diplomático son los rasgos que definen el trabajo de Efrén Rebolledo (Hidalgo, 1877) y lo convierten en uno de los principales pensadores de principios del siglo pasado, pero cuya obra es poco conocida.

Ahora se publica Efrén Rebolledo Obras Reunidas para llevar su trabajo literario a nuevos lectores y dar una perspectiva más amplia de su relevancia en las letras mexicanas.

En ''A manera de prólogo'', Benjamín Rocha traza la biografía de este autor nacido en Actopan, el 8 de julio de 1877, cuyo nombre real fue Santiago Procopio, y advierte: ''Rescatar la vida de Rebolledo no ha sido cosa sencilla, pues, además de no existir una verdadera biografía sobre este poeta ni contar con el valioso auxilio de memorias o diario, el más rico archivo sobre su vida, que se encuentra en la Secretaría de Relaciones Exteriores, contiene en muchos de sus documentos contradicciones que provienen, en más de una ocasión, de la mano mismo de Rebolledo."

Efrén Rebolledo comenzó su carrera literaria al mismo tiempo que sus estudios de derecho con la publicación de sus primeros poemas en El Mundo y El Universal.

En 1901 inició su trabajo diplomático en Guatemala y luego se trasladó a Japón, Noruega, Bélgica, Cuba, Chile y España, entre otros países, donde combinó diplomacia, prosa y verso, éste casi siempre erótico.

El volumen (coeditado por Océano, el CNCA y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo) se complementa con un Apéndice documental, textos de Nervo, Tablada, Enrique González Martínez, Luis G. Urbina, Villaurrutia, Luis Mario Schneider y Carlos Montemayor, así como una carta enviada desde Noruega de su hijo Efrén Rebolledo Blomkvist que abre las primeras páginas.

Efrén Rebolledo falleció el 10 de diciembre de 1929 en Madrid y fue enterrado en el cementerio de Nuestra Señora de la Almudena, sus restos nunca fueron repatriados a México ''y el 15 de julio de 1940, al cumplirse el plazo de ley y no ser reclamados por nadie, fueron arrojados a la fosa común''.

 
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