Usted está aquí: domingo 17 de abril de 2005 Economía Colorido y creatividad en Washington contra FMI, Banco Mundial y OMC

Manifestantes exigen a Estados Unidos dejar de apropiarse del petróleo de Irak

Colorido y creatividad en Washington contra FMI, Banco Mundial y OMC

Censuran la reserva de oro del Fondo, que podría cancelar la deuda de los países más pobres

REUTERS Y DPA

Ampliar la imagen Si eres rico ser�u mujerzuela, reza la pancarta de la supuesto George Bush de la Izquierda. A la derecha, un anarquista, ayer en Washington FOTO Afp

Washington, 16 de abril. Cubiertos por los rayos del sol del atardecer, cientos de manifestantes se reunieron frente a las sedes del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) este sábado donde escenificaron coloridas y por momentos ruidosas protestas contra ambas instituciones, que realizan su reunión anual de primavera. La concentración, a diferencia de años anteriores, buscó llamar la atención sobre los problemas que afectan a los países más pobres antes que buscar interrumpir el encuentro de los ministros de Hacienda y gobernadores de bancos centrales de todo el mundo. Los cerca de 300 manifestantes que se concentraron en un parque frente al edificio del BM demandaron una inmediata cancelación de la deuda multilateral que tienen contratada los países en desarrollo.

Los manifestantes marcharon después hacía un barrio cercano al centro de la capital estadunidense llamado Dupont Circle, un distrito de caros edificios, cafeterías de Starbucks y Mercedes Benz deportivos, donde el contingente creció a unas 500 personas, mucho menos de los miles que los organizadores habían anticipado.

Las formas creativas de protesta están siendo cada vez más utilizadas por las organización que desean expresar su oposición a las políticas del FMI, el BM, la Organización Mundial de Comercio (OMC) y los países ricos a fin de mantener la atención de la prensa y el público global dado que la participación en manifestaciones callejeras decayó intensamente.

"Estoy aquí porque el BM y el FMI sólo hacen a los países del tercer mundo más seguros para los inversionistas, pero al mismo tiempo convierten a esas naciones en el peor lugar para las gentes que allí viven y que tienen que pagar impuestos y las deudas que contratan sus gobiernos", dijo Rachel Wood, de 20 años, estudiante universitario en Washington. Dos hombres y una mujer vistiendo trajes oscuros y colmillos de vampiros se presentaban a sí mismos como "los encargados de relaciones públicas del BM", mientras otros manifestantes demandaban que Estados Unidos dejara de apropiarse del petróleo de Irak.

El verdadero vocero del BM, Damian Milverton, comentó que la manifestación en realidad había sido "muy festiva" y agregó que algunos representantes del banco salieron del edificio para escuchar a los manifestantes.

Un activista ingresó en la sede del FMI, portando un gafete para participar en la reunión en calidad de representante de la sociedad civil y comenzó a ofrecer "chocolate" a los cientos de periodistas que cubren el evento.

Las tabletas eran grandes, y todos los reporteros, que trabajan entre ocho y 12 horas por día cubriendo este evento durante la semana, aceptaban el ofrecimiento gustosos. Pero no era chocolate: era una creativa forma de manifestar contra las políticas del FMI.

"El FMI tiene la tercera reserva más grande de oro del mundo; 103 millones de onzas que no necesita. Si las vendiera, tendría 40 mil millones de dólares para financiar la cancelación de la deuda a los países más pobres", dice la caja, que en lugar de chocolate contiene dos caramelos.

"El G-7 debe decidir si las vidas valen más que el oro. El mundo está mirando", dice, en referencia al Grupo de los Siete, que reúne a los siete países industrializados más ricos del mundo y que celebra este sábado una reunión de sus ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales en la sede del FMI.

Los organizadores de la original protesta son Oxfam Internacional y Global Call to Action Against Poverty (Llamado Mundial a Actuar contra la Pobreza), según reza debajo de la leyenda impresa en la caja de color dorado, que simula un lingote de oro.

La caja ofrece algunos datos sobre lo que se podría hacer con el oro del FMI.

Si se vendiera 5 por ciento de las reservas de oro, se podría financiar la escolarización de todos los niños de Africa, y con 10 por ciento se podría evitar la muerte de medio millón de madres que mueren durante el parto cada año, según dice el "lingote de oro".

Estas formas creativas de protestas están siendo cada vez más utilizadas por las organizaciones que desean expresar su oposición a FMI, BM, OMC y los países ricos.

Quedaron atrás las manifestaciones masivas contra la OMC como la de Seatlle en diciembre de 1999, o las protestas de miles de personas contra el FMI y el BM que se organizaban en Washington en cada una de sus reuniones semestrales.

En abril de 2001 la policía arrestó a cientos de personas.Algunos de los detenidos iniciaron un proceso que derivó este año en que esos arrestos fueron ilegales.

Pero la policía ya no tiene ese problema: este año, en la manifestación principal a la que convocaron los activistas, hubo menos de 30 personas, que se dedicaron a instalar un gigantesco reloj en una plaza cercana a la sede del FMI, para recordar que "cada segundo cuenta", ya que un niño muere cada tres segundos debido a la pobreza.

Los analistas, observadores y los propios activistas tienen diferentes explicaciones para esta situación. Para algunos, los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 alejaron a muchos de las protestas contra la globalización.

Otros consideran que la mera protesta ya tiene tanto atractivo, y que los manifestantes contra el FMI han evolucionado hacia otra etapa más constructiva, en que se concentran más en la elaboración de propuestas y en el diálogo constructivo con el BM.

El presidente del BM, James Wolfensohn, quien culminará el 1º de junio su gestión de 10 años al frente del organismo, dijo esta semana que uno de sus mayores logros fue abrir el diálogo del banco con la sociedad civil, que es beneficioso para ambas partes.

Para muchos de esos grupos que han logrado establecer un diálogo con el banco, la gran pregunta (y para muchos el temor) es qué sucederá con ello a partir del 1 de junio, cuando asuma la presidencia del organismo Paul Wolfowitz, ex subsecretario de Defensa de Estados Unidos, un halcón de la administración Bush y estratega de la guerra contra Irak.

 
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