Usted está aquí: martes 31 de mayo de 2005 Economía Desplome de 90% en la inversión extranjera directa en enero-marzo

Sólo se captaron 590 millones de dólares en el primer trimestre, informó el BdeM

Desplome de 90% en la inversión extranjera directa en enero-marzo

En el caso de los bancos, los inversionistas extranjeros pagaron ocho veces menos de su valor actual

Firmas foráneas ya controlan las principales actividades económicas del país

JUAN A. ZUÑIGA Y VICTOR CARDOSO

En uno de sus peores momentos de los últimos cinco años, la economía mexicana ve desvanecerse los beneficios de la nueva inversión extranjera directa (IED). Entre enero y marzo de 2005 sólo llegaron al país 590 millones de dólares por este concepto, lo que implicó un desplome de 90 por ciento respecto a los 5 mil 387 millones que arribaron en el primer trimestre de 2004, revelan informes del Banco de México (BdeM).

Lejos de su función como complemento de la economía de cualquier país, en México los nuevos capitales bien han aprovechado oportunidades para comprar barato y obtener ganancias inmediatas sin los riesgos que implica impulsar nuevos negocios.

Sólo para ilustrar, baste decir que los inversionistas de España, Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña que compraron el 87 por ciento de la banca mexicana por un total de 18 mil millones de dólares, ahora son propietarios de activos con un valor de 165 mil millones de dólares; es decir, casi ocho veces más de lo que pagaron.

En este caso, la nueva inversión extranjera directa sólo promovió la creación de 7 mil 897 nuevos empleos en el sistema financiero nacional de diciembre de 2000, al mismo mes de 2004, de acuerdo con información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

En términos generales, durante el gobierno de Vicente Fox, alrededor de 51.3 por ciento de la nueva inversión extranjera tuvo como destino la compra de empresas ya en operación y con bajo impacto en la generación de empleos.

De acuerdo con información del Banco de México, en los últimos cuatro años ingresaron 41 mil 69 millones de dólares como nueva inversión extranjera directa, de los cuales 21 mil 90 millones tuvieron como destino la compra de empresas mexicanas que ya se encontraban en operación y que, en algunos casos, son representativas del sector al que pertenecen.

Las venas abiertas de México

Las principales operaciones que se han llevado a cabo han sido:

En 2001, el banco español Santander Central Hispano adquirió por mil 560 millones de dólares el mexicano Grupo Financiero Serfin; en agosto de ese mismo año el británico HSBC compró al Grupo Financiero Bital en mil 140 millones de dólares. También, la compañía de seguros Comercial América fue vendida a ING Insurance Intermediation en 791 millones de dólares.

Un caso especial fue el de la venta del mayor banco mexicano, representativo del sistema financiero nacional, Grupo Financiero Banamex. Esta institución fue adquirida por el estadunidense Citigroup, el cual pagó en efectivo 12 mil 500 millones de dólares que fueron registrados por el Banco de México como nueva inversión extranjera en el tercer trimestre de 2001. Fue la mayor operación en su tipo de la administración de Vicente Fox.

En el mismo año el gobierno mexicano vendió el 24.6 por ciento del capital accionario que detentaba en la empresa Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), en 249 millones de dólares, una operación donde participó la estadunidense Kansas City Southern, en sociedad con Transportación Marítima Mexicana.

Los siguientes dos años, 2002 y 2003, México atravesó una verdadera atonía económica que desalentó a los inversionistas extranjeros. Los problemas económicos y sus deudas provocaron que muchas empresas nacionales fueran puestas en venta.

Aún así, en mayo de 2002 el gobierno federal se desprendió de la Aseguradora Hidalgo, la más grande y representativa del sector seguros. En licitación pública internacional iniciada en 2001, MetLife Inc. ofreció y pagó 9 mil 200 millones de pesos (unos 864 millones de dólares).

Para abril de 2003, el mayor grupo de transporte en el país, Transportación Marítima Mexicana (TMM) que controla alrededor de 40 por ciento de la carga movilizada, vendió su socio Stevedoring Services of America (SSA), su 51 por ciento de participación en TMM Puertos y Terminales, la principal concesionaria de recintos portuarios, en 120 millones de dólares. Esta operación incluyó las concesiones de las terminales de Cozumel, Progreso, Manzanillo y Veracruz.

Para el primer trimestre de 2004 aparecieron las grandes ofertas. En ese lapso el banco español Bilbao Vizcaya Argentaria realizó una ''oferta agresiva'' para hacerse de prácticamente todo el capital accionario de Grupo Financiero Bancomer, el segundo en importancia dentro del sistema financiero mexicano. Fue una operación por 4 mil 100 millones de dólares.

También se concretó la operación mediante la cual la compañía holandesa Holcim asumió la totalidad del control de la cementera mexicana Apasco por la que se pagaron 750 millones de dólares.

Al despuntar este año la asamblea de accionistas de TMM aceptó por unanimidad la recomendación de su consejo de administración para vender su participación accionaria de 51 por ciento en TFM a su socio Kansas City Southern (KCS). Por esta operación TMM espera recibir 200 millones de dólares en efectivo, 18 millones de acciones comunes del capital social de KCS, 47 millones de dólares en un pagaré con vencimiento a dos años y hasta 110 millones de dólares pagaderos en una combinación de efectivo y acciones comunes de KCS.

Para mayo de 2005 el poderoso Grupo Alfa decidió aceptar la propuesta de la empresa argentina Techint, la cual ofreció pagar 2 mil 253 millones de dólares por la mayor siderúrgica mexicana, Hojalata y Lámina (Hylsa), que durante más de medio siglo representó la pujanza industrial del norte del país.

Otra siderúrgica, la que fuera pilar del proceso de industrialización en México y que también se localiza en el norte del país, Altos Hornos de México (AHMSA), ha iniciado negociaciones con inversionistas rusos, que podrían llevar a su venta en el transcurso de este año.

Pero la que apenas ayer informó que ya amarró la venta de su división siderúrgica, fue el Grupo Industrial Camesa, encabezado por Antonio del Valle Ruiz, ex presidente del Banco Bital, de la Asociación de Banqueros de México (hoy Asociación de Bancos de México) y actual presidente del influyente Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.

Este grupo industrial controlador de empresas mineras dedicadas a la industria química, la extracción y beneficio de minerales no ferrosos, alambres de alto carbón y cables de acero, que data de hace 48 años, informó que el pasado 27 de mayo ''formalizó las negociaciones con un inversionista extranjero para la venta de su división de aceros (Aceros Camesa y compañías afiliadas), la cual espera concluir a finales de junio de 2005''.

Para este año está pendiente la desincorporación de Cintra, la controladora de las principales aerolíneas mexicanas, así como otras operaciones cuyo monto se calcula en alrededor de 3 mil millones de dólares, con lo cual seguramente repuntará el dato estadístico de la nueva inversión extranjera directa.

 
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