Usted está aquí: jueves 16 de junio de 2005 Cultura ''La justicia social es una forma de plenitud de la vida de los pueblos''

Carlos Montemayor describe en su literatura ''la realidad de la experiencia humana''

''La justicia social es una forma de plenitud de la vida de los pueblos''

Una entrevista al autor de Las armas del alba comenzó el ciclo auspiciado por el CNCA

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Carlos Montemayor, la noche del martes, en La Bodeguita del Medio durante la entrevista en la que hilvan�mas como su afici�or la m� y los vasos comunicantes de su narrativa FOTO Roberto Garc�Ort�

''Sólo podemos respirar a pulmón abierto si entendemos el subsuelo del mundo indígena de nuestro continente", afirmó el escritor Carlos Montemayor (Parral, 1947) durante la charla que sostuvo con el periodista Pablo Espinosa la noche del martes, al comenzar el ciclo Literatura del Medio, escritores en la Bodeguita, que organiza el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).

La infancia de Montemayor en su natal Chihuahua, donde surgió su afición por la música, su encuentro con el comandante Fidel Castro en Cuba y, por supuesto, su profundo conocimiento del quehacer poético y del mundo indígena, fueron algunos de los temas que se hilvanaron ante un público que abarrotó uno de los salones de la tradicional Bodeguita del Medio.

Conversión del aeda en poeta

Montemayor, autor de Las armas del alba (Joaquín Mortiz, 2003), recordó cuando, siendo niño, miró a un minero tocar la guitarra, con sus manos oscuras y toscas, como de mineral; fue un momento que lo deslumbró: ''sentí que la música brotaba de sus manos, sentí que la música tenía que ver con la carne humana".

También narró cómo se aplicó a la tarea de convertirse en tenor, movido por la tentación ''tardía" por el bel canto; y detalló la transformación del oficio del poeta, llamado ''aeda" en la Grecia clásica, pues se refería a alguien que no sólo creaba los versos sino que los cantaba e, inclusive, los bailaba. Era quien ejercía la suma de las bellas artes.

La palabra poeta, en su concepto inicial, significa ''el hacedor", y poema, ''la cosa hecha". Entonces, aseveró Montemayor, ''cuando el aeda se convirtió en poeta dejó de cantar, se volvió mudo."

Pablo Espinosa planteó la existencia de vasos comunicantes entre la cultura clásica y el mundo que, por medio de sus ensayos y novelas, ha analizado Montemayor.

Se trata del ''mundo subterráneo de la cultura europea y de nuestra propia cultura", explicó el escritor. Agregó que ''el mundo de la guerrilla es otro mundo subterráneo, como el de la cultura griega, como el de la cultura minera. Las insurrecciones armadas son parte de un subsuelo en el que nuestra vida política se desenvuelve.

''Desde niño me he acostumbrado a descubrir que solamente podemos respirar a pulmón abierto, en la inmensidad del horizonte despejado, si entendemos el subsuelo minero en el que vivimos los chihuahuenses mineros, o el subsuelo clásico en que vive Occidente, o el subsuelo indígena en que vive nuestro continente, o el subsuelo guerrillero del que todavía ascienden nuestras luchas por una justicia social más imparcial, más plena, más objetiva.''

Vasos comunicantes

-Este anhelo de justicia social y de igualdad, ¿es lo que hace nítido ese suelo y ese cielo del que habla?, preguntó Pablo Espinosa.

Montemayor respondió: ''En esta secuencia de corrientes subterráneas y de vasos comunicantes, justicia social es uno de los nombres que puede recibir ese sistema comunicante subterráneo. El término más adecuado sería el de plenitud.

''Lo primero que uno siente al salir de la tierra es que uno quedó liberado. La tierra, al liberarnos, nos hace respirar a pulmón abierto, comernos la luz, el aire, la vida. En este sentido digo plenitud.

''Plenitud cultural, plenitud de conciencia histórica, plenitud de valentía, plenitud de lucha, plenitud de heroísmo. La justicia social es una forma de plenitud de la vida de los pueblos.

''La formulación ideológica y teórica de los movimientos de liberación social en la lucha política pasan por muchos filtros conceptuales, y por muchos procesos de reajuste de juicios, conceptos y plataformas políticas, pero sin esta tendencia central del subsuelo, que tiende a ese respirar a pulmón abierto, no habría luchas sociales, ni habría necesidad de una transformación de las opciones políticas.''

Por ello, el escritor puntualizó que el punto central de su literatura es el realismo, es decir, ''la realidad de la experiencia humana'', aquellas que no están filtradas por la política.

 
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