Usted está aquí: jueves 16 de junio de 2005 Cultura Propone escritor purépecha retomar la identidad indígena ''sin desmantelar la formación occidental''

Ismael García Marcelino es autor de la novela bilingüe Alonso Mariano

Propone escritor purépecha retomar la identidad indígena ''sin desmantelar la formación occidental''

ARTURO JIMENEZ

De entrada, una idea tan atractiva como controvertida: volver a ser indígena. Es decir, volver a desandar el camino que sacó a muchos mexicanos de sus comunidades, de sus culturas originarias, en el proceso de mestizaje y asimilación a la cultura dominante, occidentalizada.

Esa es una de las ideas centrales de Alonso Mariano, novela bilingüe de estructura compleja y personajes entrañables creada por el escritor purépecha Ismael García Marcelino, quien aborda una historia comunitaria en torno de un protagonista que tiene que salir de Ch'urhinkuarhu para estudiar y que después se plantea la disyuntiva de regresar y retomar su identidad al lado de familiares y vecinos.

''Esta novela está en lengua purépecha, aborda un asunto purépecha, pero pretende ser literatura del mundo", comenta en entrevista García Marcelino sobre esta obra editada por la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en su colección Letras Indígenas Contemporáneas.

La desindianización

Narrador, poeta, tallerista y comunicador, García Marcelino responde a la entrevista vía telefónica desde Morelia, y hoy su novela será presentada por él y sus compañeros Carlos Montemayor, Juan Gregorio Regino y David Chávez Rivadeneyra, en el Museo Nacional de Culturas Populares (avenida Hidalgo 289, colonia Del Carmen, Coyoacán), a las 18 horas.

-Uno de los asuntos centrales que plantea en la novela es el de volver a ser indígena, desandar un camino.

-El asunto de volver a ser indígena equivale a reconocer que hay un proceso de desindianización sufrido por Alonso Mariano, el protagonista. Hace algunos años, en las escuelas se enseñaba la materia lengua nacional, y no español, como podría esperarse. Eso equivale a decir que la política educativa mexicana, hasta finales del siglo pasado, tendía a establecer una lengua única en el país, una lengua nacional.

''La política de incorporar a la vida nacional a los indígenas hizo que muchos de ellos, incluido yo en su tiempo, nos viéramos orillados a negar que habláramos la lengua purépecha. Por otro lado, nuestros propios padres nos hacían la recomendación, 'sana' y muy poco mal intencionada, de 'hijo, mejor habla castilla, ya no hables la lengua porque cuando sales a trabajar la gente te discrimina, no te quiere, no te entiende'."

-¿No es una especie de utopía el planteamiento de volver a ser indígena?

-No. Claro que es posible. No se trata de desmantelar la formación occidental aprendida. Sí hay un proceso de desaprender una serie de elementos que no le son inherentes a la dinámica actual de un indígena. Pero en la novela no planteo un hermetismo social, cultural ni lingual, sino comprender lo propio y reconocer lo ajeno, conservar lo ritual y relaborar lo que no nos es cotidiano, para vincular ambas cosas en la vida de una forma dinámica, conforme lo plantea este siglo.

No pensar rápido

-¿Cómo llevar estos temas, casi siempre ubicados en el plano de la antropología o de los derechos indígenas, a la literatura?

-Alonso Mariano es la primera novela en lengua purépecha publicada. Al parecer no es la primera novela que se escribe en purépecha, pues sé que Pedro Márquez y Néstor Dimas han incursionado en ese género. Abordo este tema desde la trinchera de la literatura, un género artístico que permite llegar y tocar cuerdas más sensibles, tanto de la sociedad indígena como de la no indígena.

-¿Qué pueden aportar las culturas de los pueblos indígenas a la forma de vida dominante y occidental en México?

-El modelo occidental de vida de las sociedades primermundistas es muy engañoso. Por un lado te plantean un modelo de desarrollo, progreso y vida que ellos en realidad no ejercen. Dedican mucho tiempo al estudio y al logro del éxito social y financiero, y en la práctica ellos apostarían por la forma indígena de pensamiento. Por ejemplo, el asunto de la comida rápida, que es una industria bastante exitosa, no es grave en sí, sino que esa propuesta de vida promueve el comer rápido.

''¿Tenemos que comer rápido, que pensar rápido, que meditar, valga el contrasentido, rápidamente? Las comunidades indígenas defienden su forma despaciosa, tranquila, de la meditación y del pensamiento, que casi nunca es pensamiento individual, sino consciente colectivo que les permite caminar despacio, pensar despacio y articularse de esa manera con el resto del mundo.''

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.