Número 108 | Jueves 7de julio de 2005
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Alteraciones en la piel relacionadas con el VIH
La piel, que recubre todo el cuerpo, es el más visible de los órganos, el que delata y alerta de cualquier trastorno. Hay múltiples afecciones dermatológicas que se ven favorecidas por la infección por VIH/sida, como detalla este artículo, preparado a partir de una entrevista con la médica especialista Esther Porras.
Por Mario Alberto Reyes
La piel es un órgano que recubre todo el cuerpo y se divide en dos partes: la epidermis o capa exterior de la piel, y la profunda, o dermis. En toda su extensión existen vasos sanguíneos y linfáticos, nervios y terminaciones nerviosas, además de uñas, vasos capilares, glándulas sudoríparas y sebáceas. Un todo que recubre y conforma la imagen exterior de los individuos, de ahí que su salud sea especialmente apreciada.

El VIH/sida no afecta particularmente a la piel, sin embargo, en el curso evolutivo de la infección hay manifestaciones que la involucran. La mayoría de las alteraciones en la piel, que también pueden afectar a seronegativos, son favorecidas por las enfermedades oportunistas que surgen como consecuencia de la modificación inmunológica ocasionada por el VIH. Otras son consecuencia de los medicamentos que se emplean en el tratamiento de éstas o de la propia infección.
Dentro del campo de la dermatología, especialidad médica encargada de supervisar el buen funcionamiento de la piel, las enfermedades cutáneas están clasificadas en: virales, micóticas y bacterianas.

Infecciones virales

Los principales virus que atacan la piel son el poxvirus, el herpes simple, la varicela-zoster y el papilomavirus. “El molusco contagioso, una especie de acné, es una de las manifestaciones cutáneas más frecuentes en personas seropositivas. Lo origina el poxvirus y se puede presentar como una lesión blanquecina con un punto o depósito de color perlado”, explica la especialista en dermatología, Esther Porras Adán.

Se localiza fundamentalmente en los párpados, el cuello, la zona genital y las nalgas. Las lesiones se extienden fácilmente con el rascado o con el afeitado por lo que muchas veces existe una afectación difusa especialmente cuando el recuento de células CD4 es inferior a 200. Esta lesión afecta al 10 o 20 por ciento de las personas que viven con VIH.

El tratamiento consiste en la aplicación de medicamentos tópicos, es decir, de aplicación superficial, como tintura de yodo, ácido retinoico y ácido salicílico. También están los procedimientos quirúrgicos que pueden ser el curetaje, la quimioterapia, la electrocauterización y la crioterapia.

“Los condilomas de tipo acuminado o puntiagudo constituyen otra de las enfermedades comunes en personas con VIH. Se transmiten sexualmente y son producidos por el virus del papiloma humano. Son lesiones múltiples de aspecto similar a una coliflor localizadas en áreas húmedas, genital y perianal”, explica Porras Adán.

“El herpes simple se detecta cuando aparecen vesículas en forma de racimos sobre una zona enrojecida que evoluciona a ulceración y formación de costras. Se produce en la zona perianal, alrededor de la boca, genital o dedos. Por lo general, cuando el seropositivo aún no presenta debilidad del sistema inmune, el curso del herpes oral o genital es similar al que presentan los individuos seronegativos, pero conforme avanza el deterioro inmunológico, las lesiones son más progresivas, renacen tras ser curadas y requieren tratamiento”, señala la especialista egresada del Centro Dermatológico “Dr. Ladislao de la Pascua”, de la ciudad de México. El herpes puede dejar secuelas como manchas o cicatrices.

Por su parte, el herpes zoster ocasiona ampollas muy dolorosas que terminan por formar costras; se le conoce también como “faja de la reina” porque se presenta en la región del tronco y nervios intercostales. Las lesiones provocan dolor y ardor. Su tratamiento puede ser a base de pastas o lesiones secantes, mejor conocidas como “fórmulas magistrales”. El aziclovir es el medicamento usual para estos casos.

Infecciones micóticas
Entre las personas que viven con VIH, los dermatofitos o tiñas son las enfermedades provocadas por hongos más frecuentes. La tiña cruris o inguinal suele presentarse como una placa en ambas ingles, enorojecida, con bordes bien definidos. Provoca prurito o comezón. También puede presentarse tiña en el cuerpo; aparece en regiones húmedas y axilas. Cuando no está extendida ni es severa, los tipos de tiña pueden atacarse con medicamentos tópicos.

“La tiña de pies es otra manifestación micótica frecuente y se caracteriza por la descamación en las plantas de los pies, con presencia de vesículas que provocan comezón, Se trata con antimicóticos del tipo de la terbinafina e itraconazol”, señala Porras Adán.

La onicomicosis es la infección por hongos de la uña, frecuente en casi todo portador de VIH adulto. Se manifiesta por uñas gruesas, despulidas, deformes, amarillentas y a veces con astillas. Puede ser proximal o distal, es decir, manifestarse tanto en la punta o cerca de la matriz de la uña, en los bordes laterales.
La dermatóloga comenta que esta afección cutánea también puede presentarse en las uñas de las manos, pero es más usual en pies debido a la humedad o tipo de calzado. Se requiere de un estudio micológico para conocer con exactitud el tipo de hongo y atacarlo.

Otra manifestación cutánea de origen micótico es la candidiasis oral, ocasionada por un hongo oportunista llamado candida albicans. Regularmente se presenta en la cavidad bucal, regiones laterales de la lengua y paladar duro; se caracteriza por ser una placa blanquecina extensa de consistencia natosa. Porras Adán señala que para su tratamiento se recomiendan medidas higiénicas locales, como enjuagues de la boca con solución de bicarbonato de sodio. Es importante que los lavados bucales sean con agua tibia o templada, al menos durante 15 días, además de la medicación indicada por un especialista.

El sarcoma de Kaposi es la afección más relacionada con la infección por VIH. “Puede afectar cualquier parte de la piel o mucosas, se manifiesta por medio de manchas, placas o nódulos violáceos, usualmente poco dolorosos. Se presenta en pacientes que tienen menos de 250 linfocitos T CD4 y las manchas generalmente se encuentran en la mitad superior del cuerpo: cabeza, cuello y parte alta del tórax. También es frecuente la afectación de la mucosa de la boca, sobre todo el paladar, y el tratamiento se basa en la radioterapia”, según explica la doctora Porras.

Infecciones bacterianas
El estafilococo aureus es la bacteria causal que con mayor frecuencia se encuentra en personas VIH positivas. Provoca manifestaciones cutáneas como la foliculitis y la piodermitis, pequeñas erupciones que provocan comezón.
“A las personas seropositivas que manifiestan problemas cutáneos, se les recomiendan duchas cortas, con agua fría o templada, uso de sustitutos de jabón o emolientes a base de agua. Además, no deben tallarse la piel y exponerse al sol. También debe evitarse el cigarro porque irrita y deshidrata”, concluye Porras.